Sobre
ellos se ha escrito de todo: que son cancerígenos, que pueden relacionarse con
el Alzheimer, que son malos para la piel... La polémica les persigue tanto que,
a la hora de comprarlos, la pregunta es clara: ¿son buenos para la piel los
desodorantes y antitranspirantes? ¿Realmente son necesarios?
Pues
depende. El doctor de Genética de la Universidad de Bristol (Reino Unido),
Santiago Rodríguez es el autor principal de un estudio publicado en 'Journal of
Investigative Dermatology' con el que ha puesto su granito de arena en una
evidencia que no es la primera vez que se señala: hay una parte de la población
cuyas axilas están libres de olor gracias a un gen con nombre de personaje de
Star Wars: ABCC11.
El
análisis se ha realizado en cerca de 6.500 mujeres de las que el doctor
Rodríguez encontró que un 2% tenía esta versión poco común que les hacía no
producir ningún olor de axila. Y además de la curiosidad, Santiago explica que
si se conoce esta variante genética, más común en los asiáticos -"el 90%
de esta población no desprende este tipo de olor en la axila", asegura,
aunque sus causas todavía se desconocen- que en los europeos, estas personas no
necesitarían utilizar desodorantes.
Pero
si usted no es de origen asiático y no forma parte de ese alrededor del 2%
libre de olor que existe entre los europeos, le pueden surgir otras preguntas:
¿En qué se diferencia un desodorante de un antitranspirante? ¿Son efectivos los
desodorantes naturales?
Desodorantes
vs. antitranspirantes
El
sudor, per se, no huele mal. Es un conjunto de agua y sales que regulan la
temperatura de nuestro cuerpo, pero cuando llega a la piel, las bacterias que
existen allí (en este caso en la axila) descomponen dicho sudor, momento en que
se produce el desagradable olor.
Para
enfrentarse a ello hay dos fórmulas: los desodorantes o los antitranspirantes.
El desodorante es un cosmético que tiene como principal función oler bien, para
lo cual contiene una fragancia y muchas veces alcohol -etanol- que enmascaran
el mal olor. Así, aunque se transpira normalmente, es decir, se suda, no huele
gracias a que controla el crecimiento de las bacterias.
Por
su parte, el antitranspirante bloquea los conductos de las glándulas
sudoríficas y así regulan la transpiración, el flujo de sudor, evitando el olor
corporal. Para ello, los antitranspirantes cuentan con sales de aluminio o de
zirconio, agentes injustamente acusados de provocar desde cáncer de mama hasta
Alzheimer.
"Esto
no son más que bulos", afirma tajante a ELMUNDO.es el doctor Enrique
Herrera Acosta, dermatólogo del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga.
"Cada cierto tiempo aparecen rumores infundados sobre los productos
corporales, y esto es un caso más. No hay prueba científica que apoye que son
cancerígenos o provoquen otras enfermedades como el Alzheimer", indica.
Este
especialista habla sobre "pieles muy sensibles o no tolerantes al alcohol
de estos productos o a determinados compuestos que pueden producir eccemas,
picores, rojeces o sequedad en la piel, pero no van más allá de esto",
como los principales contratiempos que desodorantes y antitranspirantes pueden
producir.
¿Y
cuál conviene mejor? Normalmente, se suele aconsejar a personas con
hiperhidrosis (excesivo sudor) los antitranspirantes y para el resto de
personas, el especialista recuerda que depende de nuestra forma de vida:
"No es lo mismo una persona que haga mucho depende a los que no. Quien
haga mucho ejercicio y opte por los desodorantes tendrá que echarse de dos a
tres veces este producto, menos si es un antitranspirante. Para alguien con
vida más sedentaria, con una o dos veces vale", comenta. Pero algo
importante a la hora de comprarlo es que "primero tenemos que saber si
somos alérgicos a alguno de sus compuestos y esto va un poco con la prueba de
'error, acierto', hay que ir probando hasta encontrar el que más nos guste. Y
siempre utilizarlos tras habernos lavado bien la zona y que esté fresca",
explica.
En
cuanto a los formatos, Herrera Acosta explica que ninguno es mejor o peor
dependiendo de la forma, "normalmente esto ya depende de lo que le sea más
fácil utilizar a cada uno, aunque no hace falta echar demasiada cantidad, cosa
que con los formatos roll-on es más fácil que con los de spray, por
ejemplo".
Desodorantes
naturales
Y
como pasa con las cremas para la cara, en los últimos años se ha puesto de moda
los desodorantes naturales, productos contra los que el dermatólogo no se
posiciona en contra, pero de los que avisa: "Como en todos estos tipos de
productos, tenemos que tener un conocimiento de sus compuestos para no
producirnos problemas alérgicos o irritativos y hay que entender que, aunque sí
funcionan, no producen los mismos resultados que los normales", señala.
"Como
todos los productos de utilización diaria, estos elementos pueden dar alguna
reacción si no se usan de forma correcta, porque lo natural no es por
definición mejor en estos casos. En todo producto cosmético (cremas de belleza,
geles, desodorantes...) los controles de calidad por los que pasan son muy
exhaustivos y cualquier mínima pega, cualquier mínimo problema, haría que no se
pongan a la venta, por lo que hay que estar tranquilos con su seguridad",
finaliza.
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