Los
bebés recién nacidos están mucho más en sintonía con su idioma nativo de lo que
se creía. De hecho, aprenden sonidos distintivos de su lengua materna desde el útero,
sugiere un estudio reciente.
La
investigación, dirigida por Christine Moon, profesora de psicología de la
Pacific Lutheran University (PLU) de Estados Unidos, ha demostrado que pequeños
de tan solo unas horas de edad muestran un especial interés por las vocales de
idiomas que no son su lengua materna, informa Tendencias 21.
Según
explica Moon sobre este hallazgo en un comunicado de la PLU: "Hemos sabido
durante 30 años que antes de nacer comenzamos a aprender vocablos a partir del
habla de nuestras madres". Sin embargo, el presente estudio es el primero
que demuestra que también "aprendemos sonidos particulares de nuestra
lengua materna antes de nacer".
Antes
de esta investigación, el consenso general de los especialistas era que los niños
aprendían pequeñas partes del discurso (en concreto, vocales y consonantes)
después del nacimiento. Este nuevo análisis "ha trasladado el resultado
mensurable de la experiencia con los sonidos del discurso individual de los
seis meses de edad a la etapa anterior al nacimiento", añade la
investigadora. Los hallazgos realizados han sido publicados por la revista Acta
Paediatrica.
Cómo
se hizo
En
la investigación -en la que, además de Moon, participaron Hugo Lagercrantz,
profesor del Instituto Karolinska de Suecia, y Patricia Kuhl, co-directora del
Institute for Learning and Brain Sciences de la Universidad de Washington- se
analizó a bebés recién nacidos poco después de ser dados a luz.
Las
pruebas fueron realizadas en el Madigan Army Medical Center de Tacoma (Estados
Unidos) y en el Hospital Infantil Lindgren de Estocolmo (Suecia), con un total
de 80 niños (40 en cada país), de entre siete y 75 horas de vida.
Todos
los bebés escucharon vocales del sueco o del inglés mientras tenían en su boca
un chupete que estaba conectado a un ordenador. Las vocales oídas estaban
divididas en dos grupos: 17 eran sonidos de la lengua nativa de los niños y
otras 17 eran sonidos de la lengua extranjera. La mitad de los niños analizados
escucharon vocales en su idioma materno, y la otra mitad vocales de una lengua
extranjera.
El
tiempo y la frecuencia con que los bebés succionaban su chupete permitieron a
los investigadores detectar el interés de los pequeños por los sonidos vocales
presentados. "Cada succión (del chupete) provocaba una vocal hasta que el
niño paraba, y una nueva succión producía un nuevo sonido", explica Kuhl.
En
ambos países, los bebés que escucharon las vocales extranjeras succionaron más
sus chupetes que aquellos que escucharon sus vocales nativas,
independientemente de la experiencia postnatal que los bebés hubiesen tenido.
Este
hecho indicó a los autores del estudio que los pequeños habían aprendido
sonidos vocales en el útero. "Los niños habían escuchado la voz de su
madre en el vientre, y particularmente sus vocales durante diez semanas",
señala Kuhl. "Al nacer, aparentemente, estaban listos para (oír) algo
nuevo", concluye la investigadora.
Pequeñas
partes del discurso
Mientras
que investigaciones previas se habían centrado en el aprendizaje prenatal de
frases u oraciones, este es el primer estudio que demuestra el aprendizaje
prenatal de pequeñas partes del discurso que no son fácilmente reconocibles por
su melodía, su ritmo o su sonoridad.
Los
investigadores escogieron los sonidos de vocales para su análisis porque
pensaron que, al ser sonidos destacados, podían ser detectadas por los fetos en
los discursos maternos, incluso en medio del ruidoso sonido de fondo del
vientre.
Según
ellos, los resultados obtenidos demuestran que los recién nacidos tienen la
capacidad de aprender y recordar sonidos elementales de su idioma durante las
10 últimas semanas de embarazo (los mecanismos cerebrales y sensoriales de la
audición están listos en la semana 30 de la gestación, que dura de media 40
semanas).
Kuhl
afirma que este descubrimiento es "sorprendente". "Pensábamos
que los niños 'nacían aprendiendo' pero ahora sabemos que saben incluso desde
antes. No son fonéticamente inexpertos al nacer", afirma la especialista,
quien concluye: "El hecho de que los niños puedan aprender vocales en el útero
implica que están poniendo en marcha algunos sofisticados centros cerebrales,
incluso antes de nacer".
Otra
prueba de aprendizaje lingüístico prenatal
La
interpretación derivada del estudio de Moon y sus colaboradores coincide con la
interpretación de otro hallazgo sobre el lenguaje y los recién nacidos,
realizado en 2009 por científicos de la Universidad de Würzburg, del Instituto
Max Planck de Alemania, y de la Ecole Normale Supérieure de París.
En
este caso, los investigadores constataron que los llantos de los recién nacidos
emulan a la lengua materna. En concreto, los científicos pudieron demostrar que
los recién nacidos franceses lloran de forma distinta a los recién nacidos
alemanes, por influencia de las lenguas de sus padres. En el estudio
participaron 60 bebés sanos, 30 de familias de habla francesa y 30 de familias
de habla alemana, y de cinco días de edad.
Los
científicos señalaron entonces que esta constatación suponía, por un lado, que
la capacidad para producir activamente el lenguaje está presente en el ser
humano mucho antes de lo que se creía previamente.
Por
otra parte, podría significar que los diversos patrones de entonación del alemán
y del francés habrían sido percibidos por los fetos en el vientre materno, y
posteriormente reproducidos por los bebés tras el nacimiento.
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