No
importa si no tiene buena voz, si no recuerda bien las letras o si es incapaz
de seguir el ritmo. Si usted le canta habitualmente a sus hijos, estará
favoreciendo su desarrollo auditivo.
Al
menos eso es lo que sugiere una reciente investigación finlandesa, cuyos
resultados muestran que no sólo los años de conservatorio ayudan a tener buen
oído.
"En
los últimos años, se han demostrado los efectos sobre la plasticidad de las
neuronas que produce la formación musical formal", comentan los autores de
este trabajo en la revista 'European Journal of Neuroscience'. "Pero para
la mayoría de los niños la experiencia musical no proviene del entrenamiento
con un instrumento, sino que consiste en actividades informales, como las
canciones y los juegos en casa", añaden.
Motivados
por este hecho, estos científicos de la Universidad de Helsinki realizaron un
experimento con 25 familias que llevaban a sus niños de dos y tres años a la
misma guardería. Por un lado, midieron las capacidades auditivas de los
pequeños a través de un electroencefalograma que, entre otras cuestiones,
evaluó su habilidad para discriminar sonidos. Al mismo tiempo, preguntaron a
los padres sobre las actividades musicales que habitualmente realizaban en
casa.
Los
resultados del análisis mostraon que una mayor actividad musical informal en el
hogar -principalmente las canciones conjuntas, aunque también el baile o los
juegos con instrumentos improvisados- se relacionaba con mejores resultados en
cuanto a la sensibilidad acústica o la detección de cambios en los sonidos,
entre otros valores. Según destacan los autores del trabajo, las habilidades
musicales de los padres no parecían influir de ninguna manera en esta
asociación.
"Nuestros
resultados sugieren que la experiencia musical informal podría facilitar o
acelerar el desarrollo de funciones auditivas muy importantes en la
infancia", señalan los investigadores. Esta estimulación, continúan,
"también podría favorecer el posterior desarrollo de habilidades auditivas
no sólo relevantes para la percepción musical, sino también para el proceso de
aprendizaje del lenguaje".
De
cualquier manera, los científicos recuerdan en la revista médica que su trabajo
no ha podido establecer una relación causal entre estos factores, por lo que
reclaman más estudios sobre el tema.
"Parece
razonable que incluso la experiencia musical informal, en forma de juegos o
canciones con los padres, también influya en la respuesta del sistema auditivo
a los cambios acústicos. [...]. Futuros trabajos deberán indagar en las
relaciones que median entre estos factores y en la estabilidad a largo plazo de
estas asociaciones", concluyen.
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