Dos
investigadores de las universidades Politècnica de València (UPV) y de Oxford
han comprobado que el chocolate sabe mejor en un vaso naranja o de color crema
que en otro blanco o rojo. El estudio se suma a investigaciones recientes que
demuestran cómo los sentidos aprecian los alimentos de forma diferente
dependiendo de las características del recipiente donde se toman, según ha
informado la institución académica valenciana en un comunicado.
"El
color del recipiente donde se sirven los alimentos y las bebidas puede realzar
algunos de sus atributos, como el sabor o el aroma", ha explicado a SINC
Betina Piqueras-Fiszman, investigadora de la UPV. La científica, junto a su
colega Charles Spence de la Universidad de Oxford, lo ha comprobado en el caso
del chocolate líquido.
La pareja planteó un experimento donde 57
participantes tenían que evaluar muestras de chocolate caliente servido en
cuatro tipos de vasos de plástico, del mismo tamaño pero de diferente color:
blanco, crema, rojo y naranja con interior blanco. Los resultados, que publica
la revista 'Journal of Sensory Studies', revelan que el sabor del chocolate
servido en los vasos naranja y color crema gustó más, según los voluntarios que
lo probaron.
Sin
embargo, el dulzor --no el sabor a cacao-- y el aroma --el olor--, "apenas
se vieron influidos por el color de la taza", a pesar de que los
participantes comentaron que en los vasos de color crema se detectaba
"ligeramente" un chocolate más dulce y aromático que en los otros.
"No existe una regla fija para poder
decir que un sabor o aroma se realza con un color o tono en particular",
ha reconocido Piqueras-Fiszman. "Esto en realidad varia con el tipo de
alimento, pero lo cierto es que, como el efecto ocurre, se tendría que prestar
más atención al color de los envases, ya que tiene más potencial del que uno se
puede imaginar".
Según el estudio, estos resultados son
relevantes para los científicos interesados en comprender cómo el cerebro
integra la información visual, no solo de la propia comida, también del
recipiente o el envase en el que se consume.
PENSAR
MÁS EN EL COLOR DE VAJILLAS Y ENVASES
Además, estos datos "pueden animar a los
cocineros y profesionales de la hostelería, así como a los del sector del
envasado de bebidas y alimentos, a pensar más en el color de las vajillas y los
embalajes". "Es cuestión de experimentar para conocer cómo afecta el
propio contenedor a la percepción que tienen los clientes del producto",
ha apuntado la investigadora.
En el artículo se repasan las conclusiones de
otros estudios anteriores que también confirman el efecto del recipiente sobre
las características sensoriales de la bebida o el alimento. Los ejemplos son
numerosos, desde latas más amarillas para percibir mejor el sabor a limón,
hasta vasos de refresco que si están pintados de colores fríos, como el azul,
parecen saciar mejor la sed que con los cálidos, como el rojo, según la UPV. Y
si son rosas, el líquido incluso se nota "más azucarado".
En otros casos, se ha demostrado que una
mousse de fresa se aprecia más dulce e intenso en un plato blanco que en otro
negro. Respecto al café, una mayoría de encuestados asocia el color marrón del
paquete a un sabor y aroma más fuertes, mientras que si son rojos se atenúa esa
sensación, y si están coloreados de azul o amarillo, la bebida se percibe más
suave.
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