viernes, 4 de enero de 2013

Células reprogramadas para fortalecer el arsenal defensivo del organismo



A veces, las defensas del organismo se ven diezmadas por la invasión de un 'enemigo' y no pueden hacerle frente. En estos casos, el cuerpo necesitaría la llegada de un 'nuevo ejército' que, con energías renovadas, se colocara a la vanguardia del combate.

Lamentablemente, ese 'séptimo de caballería' no siempre está disponible, aunque podría 'reclutarse' a través de la reprogramación celular, según apuntan dos recientes investigaciones japonesas.

Estos trabajos, publicados en la revista 'Cell Stem Cell', demuestran que a través de esta técnica es posible regenerar las células del sistema inmunitario para que, rejuvenecidas, cumplan mejor su papel.

De momento, han probado el desarrollo in vitro de células especializadas en las defensas contra el virus del sida y un tipo de cáncer de piel, aunque aventuran que sus hallazgos podrían servir para impulsar otro tipo de respuestas inmunitarias.

"Estos estudios tienen un inmenso potencial", señala Salvador Macip, especialista en respuesta celular y moduladores del cáncer de la Universidad de Leicester (Reino Unido). "Demuestran que se puede multiplicar tanto como se quiera una célula específica del sistema inmune, programada para reconocer un antígeno concreto". Y eso podría tener importantes implicaciones médicas, "aunque aún queda mucho por investigar", advierte el especialista.

Las técnicas que han empleado ambos equipos han partido de la reprogramación de células T, un tipo de glóbulos blancos que tienen un papel clave en la respuesta inmunitaria. Una de las investigaciones se centró en células especializadas en combatir el VIH, mientras que la otra lo hizo con la respuesta al melanoma.

Mediante la introducción de un cóctel específico de genes, estos investigadores consiguieron que estas células adultas se retrotrajeran a un estadio primitivo, similar al de las células madre embrionarias.

Una vez obtenidas estas células pluripotentes inducidas (iPS), los científicos las estimularon en el laboratorio para que se dividieran y volvieran a diferenciarse en células T.

Estos nuevos linfocitos, que conservaban su particular información sobre el VIH y el cáncer respectivamente, tenían una gran capacidad de proliferación y una mayor vida que sus predecesoras.

"Eran células rejuvenecidas", comentan los investigadores en la revista médica. En sus conclusiones, estos científicos destacan la importancia de este logro ya que el envejecimiento normal de las células T limita enormemente su expansión y hace que su uso como terapia sea, hasta la fecha, inviable.

Las nuevas células defensivas parecían conservar la estructura correcta y toda la funcionalidad para cumplir su papel, aunque los investigadores no han podido demostrar si actúan igual que las 'originales' a partir de las que fueron creadas.

"En teoría podrían atacar al VIH o a las células cancerosas, pero esa parte es la que aún queda por investigar", señala Macip, quien adelanta las posibles utilidades de esta técnica.

"Poder contar con un suministro prácticamente ilimitado de células inmunes específicas permitirá que los experimentos con inmunoterapia avancen mucho más rápido, y quizás en un futuro cercano sirvan para tratar el cáncer y otras enfermedades", concluye.

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