jueves, 28 de julio de 2011

Hepatitis C: antes de curar hay que diagnosticar



El virus de la hepatitis (VHC) afecta en España a una cifra que oscila entre las 700.000 y las 900.000 personas -se estima que el mundo viven 170 millones con VHC y 5 millones en Europa-. El principal problema de la infección por este virus es que como no da síntomas, la mayoría de los casos que se detectan se hacen en fases ya muy tardías, cuando el virus ya se ha cronificado y ha causado daño en el hígado llegando a producir cirrosis o cáncer de hígado. Sólo, dice Rafael Esteban, del hospital Valle de Hebrón (Barcelona), el 15% de las personas infectadas con el virus lo elimina y, lo peor es que, «creemos que entre el 50 y el 70% de las personas que están infectadas no lo saben porque no han sido diagnosticadas», advierte Esteban.
Este es sin duda el principal problema con la hepatitis C, un virus que es la primera causa de trasplante hepático y de enfermedad hepática crónica en los países desarrollados. Este infradiagnóstico hace que, a pesar de que actualmente existan medicamentos que pueden curar a casi el 90% de las personas infectadas por el virus, muchos de ellos no pueden llegar a beneficiarse de ellos porque cuando son diagnosticados su hígado se encuentra ya muy afectado.
Área prioritaria
Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud declaró a las hepatitis virales como un área prioritaria de salud -el próximo 28 de julio se celebra el Día Mundial de las Hepatitis Víricas- y desde algunos colectivos sanitarios en España se solicita el screening o cribado para el VHC en la población general. «El virus se transmite por vía sanguínea en la mayoría de los casos; por eso, muchas personas que recibieron una transfusión de sangre antes de 1992 en España pueden haber sido infectadas con el virus -antes de 1992 no se analizaba la sangre para el VHC-», apunta Esteban.
De hecho, según señala Manuel Romero, del hospital Nuestra Señora de Valme (Sevilla), los datos parecen mostrar un aumento de los casos de hepatitis C entre aquellas personas que se pudieron infectar en las décadas de los 60, 70 y 80.
Sin síntomas
Este parece ser el caso de Nieves Sánchez. «Fui a una revisión ginecológica. Me mandaron un análisis de sangre y vieron que tenía las transaminasas muy altas y la ginecóloga me derivó a un médico de medicina interna, que me encargó un análisis más específico y comprobó que había pasado la hepatitis B, pero que tenía el virus de la hepatitis C». Nieves reconoce que no sabe cómo se pudo infectar, aunque sospecha que pudo ser en alguna transfusión sanguínea hace ya muchos años.
Según Esteban situaciones como la de Nieves, y la de muchas otras personas, se resolverían incluyendo en los análisis clínicos de rutina la prueba de los anticuerpos antiVHC, «algo que supondría apenas un coste de 1euro adicional». Según este experto, «el sistema sanitario lo podría asumir sin problema pero, es más bien un problema cultural que económico». Sobre todo, subraya Romero, porque ahora ya tenemos medicamentos muy eficaces que nos van a permitir curar a 1 de cada 3 personas con VHC. Con la llegada de nuevos fármacos, como boceprevir y telaprevir, «se ha producido un cambio de escenario total en el tratamiento del VHC». Pero, para que esto sea posible, matiza Esteban «antes de curar hay que diagnosticar».

Día mundial


Con motivo del Mundial de las Hepatitis Víricas la Real Academia Nacional de Medicina considera necesario un mayor compromiso por parte de las Administraciones Sanitarias en la atención a estas infecciones y por eso urge a poner en marcha un Plan Nacional que incluya la creación de Unidades de Hepatitis. Su presidente, Manuel Díaz-Rubio, cree que es preciso mejorar la sensibilización de la población en torno a estas infecciones y advierte sobre el importante grado de desconocimiento que existe no sólo entre la sociedad en general sino también entre los propios afectados, ya que sólo un 10% de los portadores del virus de la hepatitis B y C son conscientes de su situación. "Se trata de un problema sanitario de primer orden. Las campañas de educación sanitaria y el diagnóstico y tratamiento tempranos son clave para modificar la historia natural de la enfermedad. Asimismo, el fracaso terapéutico es una realidad en muchos pacientes, por lo que el avance en la investigación sigue siendo una esperanza para esta enfermedad".
Por eso consideran prioritarios los siguientes objetivos:
  • Extender a todo el mundo la mejora de las condiciones sanitarias generales para dificultar la cadena de transmisión de los virus de hepatitis.
  • Desarrollar Planes Nacionales de Hepatitis dirigidos a trabajar en el aumento de la consciencia y la prevención, así como mejorar el conocimiento epidemiológico.
  • Universalizar la vacunación contra el virus B.
  • Incrementar los esfuerzos para obtener una vacuna eficaz contra el virus C.
  • Desarrollar y disponer de nuevos fármacos contra los virus B y C que sean más eficaces, mejor tolerados, menos costosos y que permitan tratamientos de breve duración.
  • Dedicar una especial atención y seguimiento a los pacientes afectos de patologías crónicas por virus de la hepatitis B y C, creando incluso unidades específicas para ello.

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