miércoles, 13 de julio de 2011

El efecto de las radiaciones en la salud


A pesar de los esfuerzos investigadores, los campos electromagnéticos y sus efectos plantean todavía interrogantes sobre sus posibles repercusiones sobre la salud. Es de crucial importancia tener respuestas claras ya que, si fuera cierto que constituyen un riesgo, sería un problema de primera magnitud con consecuencias en todos los países industrializados. Además de investigaciones rigurosas para obtener respuestas, los especialistas insisten en que es importante no dejarse llevar por los sensacionalismos e intentar que la información proporcionada sea seria y contrastada.
En los últimos años ha habido un aumento en la exposición a campos electromagnéticos (CEM) debido al uso masivo de aparatos eléctricos, dispositivos de telefonia móvil y pantallas de ordenadores, entre otros. Hasta este momento todavía se desconocen los efectos que la exposición frecuente puede causar en la salud, lo que genera una lógica inquietud. Es evidente que, a determinados niveles, los campos electromagnéticos pueden desencadenar efectos biológicos sobre los organismos y no cabe duda de que, a corto plazo, exponerse a campos muy intensos puede ser perjudicial para la salud. En principio, esto no debería ser un problema, ya que los niveles están limitados por normativas internacionales.

Efectos sobre la salud

Las principales dudas se plantean con niveles bajos: a pesar de que no se ha demostrado que la exposición a corto plazo a los niveles que, de forma habitual, están en el medio ambiente o en el hogar pueda tener efectos perjudiciales, no se sabe qué ocurre a largo plazo con exposiciones continuadas, aunque sean poco importantes. Respecto a las repercusiones de los CEM sobre la salud, hay evidencias de que las exposiciones significativas a ondas infrarrojas pueden llegar a provocar irritación ocular y cataratas.
También se conocen casos de irritación en trabajadores expuestos a niveles altos de radiación de radiofrecuencia y microondas, pero no hay pruebas fehacientes de que se registren tales efectos a los niveles a los que está expuesta la población general.
En cuanto a la radiación ultravioleta, los efectos sobre la salud están relacionados con quemaduras y, en el caso de exposiciones prolongadas, con cáncer de piel. De la misma manera, las exposiciones repetidas a los rayos X y los rayos gamma pueden propiciar el desarrollo de algunas neoplasias. La posible relación de los CEM con el cáncer es una de las cuestiones que genera mayor preocupación. Aunque algunos estudios sugieren una posible relación con la leucemia infantil, este punto todavía no está claro y aún se realizan estudios a gran escala que podrían ayudar a esclarecer estas dudas.
Uno de los factores que preocupa a consumidores y expertos son los posibles efectos sobre el embarazo. Se han evaluado numerosas fuentes y exposiciones diferentes a campos electromagnéticos sin que se haya demostrado todavía ninguna relación con abortos espontáneos, malformaciones o bajo peso al nacer.
Otro de los efectos sobre la salud es la posible "hipersensibilidad" a los CEM. Algunas personas les atribuyen diversos síntomas como cefaleas, depresión o alteraciones del sueño. Sin embargo, hay escasa evidencia que apoye la posibilidad de estos casos de mayor sensibilidad y tampoco hay ningún mecanismo biológico aceptado que la explique. Además, la investigación en este campo resulta complicada por la dificultad para objetivar y cuantificar ciertos síntomas.

¿Qué son los campos electromagnéticos?

Desde el microondas para calentar el desayuno, al ordenador y el móvil, la tecnología que rodea la vida doméstica y laboral es fuente de radiación electromagnética. No obstante, no es un fenómeno exclusivo del progreso tecnológico. De forma natural, las personas siempre han estado rodeadas de campos electromagnéticos: las tormentas producen campos eléctricos por la acumulación de cargas en determinadas zonas de la atmósfera y el campo magnético terrestre es una realidad visible en la orientación de las agujas de las brújulas.
En el organismo humano también se registran de forma natural pequeñas corrientes eléctricas. Desde la conducción nerviosa a la contracción muscular o los impulsos del corazón tienen su base fisiológica en cargas eléctricas. De esta manera, puede comprenderse que los campos electromagnéticos influyan en el organismo, como en cualquier otro material formado por partículas cargadas. La mayoría de los campos electromagnéticos generados por el hombre están relacionados con las corrientes eléctricas que ponen en funcionamiento la tecnología de uso doméstico e industrial.
Hay varios tipos de radiación según el tipo de onda. Una onda electromagnética es la forma de propagación a gran velocidad de la radiación electromagnética a través del espacio. La frecuencia de estas ondas es el número de oscilaciones por segundo, mientras que el término longitud de onda se refiere a la distancia que hay entre las ondas. De esta manera, se puede deducir que la longitud de onda y la frecuencia están relacionadas, ya que cuanto mayor es la frecuencia, más corta es la longitud.
Las características de las radiaciones tienen una importancia crucial, ya que de ello dependen de forma directa las consecuencias sobre la salud. Hay varios tipos de campos electromagnéticos y los efectos que ejercen varían según su frecuencia. De esta manera, las radiaciones más energéticas (de frecuencia muy elevada) tienen una mayor capacidad para causar efectos biológicos sobre los seres vivos porque son capaces de alterar la estructura de determinadas moléculas, como el ADN. Este tipo de ondas son conocidas como radiaciones "duras" o ionizantes.

TIPOS DE RADIACIONES

Hay distintos tipos de radiaciones electromagnéticas que, por orden creciente de frecuencia, se denominan: radiofrecuencias y microondas, ondas infrarrojas, luz visible, rayos ultravioletas, rayos X, rayos gamma y rayos cósmicos. Las ondas de radiofrecuencia y las microondas pueden originarse en muy diversas fuentes, desde los hornos microondas, televisores y teléfonos en el hogar, hasta las antenas de radio y telefonía móvil o las producidas por equipos médicos para fisioterapia y resonancia magnética.
Las ondas infrarrojas son generadas por cualquier cuerpo por el hecho de encontrarse a una temperatura determinada. Las emiten la luz solar y numerosos aparatos industriales, médicos y domésticos. En cuanto a la radiación ultravioleta, además del sol, que es la principal fuente natural, hay fuentes artificiales como las lámparas de rayos UVA y algunos dispositivos para tratamientos médicos, entre otras.
A partir de estas frecuencias, las ondas electromagnéticas tienen suficiente energía como para provocar alteraciones moleculares. Este es el caso de los rayos X y de los rayos gamma, muy utilizados con finalidades médicas. Exposiciones repetidas a este tipo de radiaciones pueden propiciar el desarrollo de algunas neoplasias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario