Hay personas que soportan de forma envidiable las situaciones estresantes y otras que no aguantan el menor agobio. Esta incapacidad puede estar relacionada con el estrés que sufrieron sus madres durante la gestación, según un estudio publicado esta semana.
La investigación que recoge la revista 'Translational Psychiatry' analizó a 25 embarazadas y a sus descendientes a los 10 y a los 19 años de edad. Aquellas madres que fueron víctimas de una de las circunstancias vitales más angustiosas, la violencia de género, 'transmitieron' esa vivencia a sus hijos. Estos presentaban diferencias en un gen -denominado receptor de glococorticoides (GR)- que está relacionado con los problemas de comportamiento y las enfermedades mentales.
Pero no se trabata de la típica mutación genética, sino de un cambio en la expresión de dicho gen sin que se produzcan transformaciones en la secuencia del ADN. Es lo que se conoce como modificación epigenética.
Los responsables del trabajo advierten de que sus resultados no indican necesariamente una relación de causa-efecto, sino una correlación a la que merece la pena seguir la pista. Sus hallazgos suponen un paso más en una línea de investigación que lleva ya unos cuantos años de recorrido: los factores de las mujeres embarazadas que modifican la expresión genética en el futuro hijo.
Tal y como explica María Teresa Colomina, directora del Departamento de Psicología de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona e investigadora en psicobiología, "los efectos de este tipo de alteraciones pueden prolongarse durante toda la vida del individuo".
Sin embargo, recalca que "por el hecho de que la madre haya estado expuesta durante la gestación a un mayor estrés no se puede decir que el hijo vaya a tener siempre una reacción más exagerada" ante los eventos que le generan tensión. "Será un factor más", agrega.
La psicóloga señala que la principal aportación del nuevo estudio es que da a conocer "el mecanismo biológico" que está detrás de la mayor propensión a sufrir problemas de comportamiento o trastornos mentales que tienen los hijos de madres con embarazos emocionalmente 'complicados'.
Hay diversos equipos científicos que estudian este fenómeno en todo el mundo. El grupo de Colomina ha comprobado en modelos animales que el estrés prenatal provoca cambios en el desarrollo y el aprendizaje.
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