miércoles, 13 de julio de 2011

¿Un gen del fracaso escolar?


¿Determinismo genético a estas alturas? La hipótesis de la patronal CEOE de que la herencia fijada en los cromosomas de los alumnos puede influir en el éxito escolar por encima del nivel socioeconómico o educativo de las familias ha armado un revuelo unánime en la comunidad educativa: nadie está de acuerdo. Tampoco encuentra respaldo otro punto de vista de los empresarios: achacar la jornada continua de muchos centros -que critican- a la masiva presencia de mujeres en la enseñanza.
La patronal se queda sola con estos puntos calientes de su informe Educación y Formación Profesional, editado por el Instituto de Estudios Económicos, el think tank de los empresarios y conocido el pasado día 21. Los capítulos más polémicos del volumen -265 páginas- han corrido a cargo de Víctor Pérez-Díaz, catedrático de la Universidad Complutense, y del sociólogo Juan Carlos Rodríguez. En su diagnóstico de la educación no universitaria, el trabajo dedica un apartado a los "condicionantes sociales y genéticos" en la familia. Recoge que "algunos investigadores han vuelto a estudiar la posible influencia de un factor descuidado especialmente en sociología de la educación, esto es, los posibles efectos de la herencia genética en el rendimiento académico".
Añade que el enfoque "más provechoso" de los estudios al respecto ha sido la comparación del nivel educativo o socioeconómico de los padres con el rendimiento escolar de los hijos biológicos y los adoptados. "La principal conclusión de estos trabajos, que requerirá de más confirmaciones, es que la herencia genética tiene una influencia sustantiva en el rendimiento escolar equivalente o algo superior a la del origen socioeconómico", escriben los autores. "Cuando se tiene en cuenta esa herencia, la influencia del nivel educativo o socioeconómico se reduce a la mitad", añaden.
"No afirmamos de ningún modo que la herencia genética prime sobre el origen socioeconómico de los alumnos a la hora de explicar el rendimiento escolar", aseguran Pérez-Díaz y Rodríguez por correo electrónico. Puntualizan que su objetivo es contribuir a una mejor discusión de la influencia de distintos factores sobre los resultados educativos. "Sobra decir que somos conscientes de que se trata de un tema delicado por el uso abusivo, con consecuencias tan trágicas, de las explicaciones biológicas que han hecho científicos y políticos de todo signo y bajo todo tipo de regímenes, no solo dictatoriales. Pero que sea delicado no significa que haya que ignorarlo", añaden. Niegan ser partidarios de cualquier determinismo.
"No hay más que ver la familia de cada uno, lo distintos que llegan a ser los hermanos", ironiza Luis Carbonel, presidente de la confederación católica de padres de alumnos (Concapa). "Lo que produce el éxito escolar es el esfuerzo personal. Y si el entorno socioeconómico es positivo, mejor", zanja.
En la confederación laica de padres de alumnos (Ceapa) critican "el determinismo biológico" de la CEOE, a la que acusan de pretender con ello "limitar la igualdad de oportunidades y el derecho a la educación". En un duro comunicado, esta entidad recuerda que los prestigiosos informes Pisa sobre educación que elabora la OCDE (agrupa a los países más desarrollados) "señalan que el origen socioeconómico es el factor que más incide en el rendimiento escolar".
Las críticas llegan también de los sindicatos de profesores. "Es un planteamiento increíble. Imputar a la genética las diferencias en los resultados escolares roza el fascismo", afirma la secretaria de Igualdad de la Federación de Enseñanza del sindicato Comisiones Obreras, Esther Muñoz. "No dudamos de que la herencia sea una variable a considerar, pero eso deben determinarlo los científicos. Lo que sí sabemos es que en los resultados escolares resulta determinante el entorno social y familiar del alumno, así como el nivel cultural de las familias. Y eso lo dice también la OCDE", replica el responsable de la Federación de Enseñanza de UGT, Carlos López Cortiñas.
"Es un debate viejo y poco útil", tercia el sociólogo Mariano Fernández Enguita, experto en educación. "La evidencia más abrumadora que tenemos es la contraria: el desempeño educativo se asocia con los recursos familiares y escolares, la influencia del centro y del profesor y el amplio recorrido al alcance de cualquier alumno", afirma.
Otro aspecto del informe empresarial que levanta ampollas es el que imputa a la feminización del profesorado uno de los muchos puntos negativos que CEOE ve en la escuela: las jornadas continuas de los alumnos y las reducidas de los profesores. "Como las mujeres que trabajan fuera de casa suelen soportar también la carga del hogar, tienden a buscar ocupaciones a tiempo parcial o a convertir en tales trabajos los que no lo son, como la enseñanza: una parte de la dedicación horaria se cumple en los centros, pero el resto se cumple en casa preparando clases, corrigiendo exámenes, etcétera", establece el informe. "El énfasis en la reducción de jornada lo habría pagado el resto de las madres trabajadoras en general, con dificultades para hacer compatible el trabajo fuera del hogar con unos horarios y jornadas escolares que no encajan con aquel", añade.
Fernández Enguita avala este punto del estudio -basado en sus propios trabajos-, pero sitúa la cuestión en la falta de reparto equilibrado del trabajo doméstico y de cuidado entre las parejas. "La capacidad de los padres en general y de las madres en particular de salir al mercado de trabajo depende de la oferta escolar pública y privada y de la jornada laboral", puntualiza. Los docentes -"medio millón de mujeres y cerca de un cuarto de millón de varones"- han logrado "unas magníficas condiciones para la conciliación a costa de ponerlo más difícil para el resto de la población", plantea. Pero también importa cuánto tiempo mantienen abiertas las puertas las escuelas, aunque sea con actividades extraescolares.
"El problema de los horarios continuos no tiene nada que ver con el sexo de los profesores. Es legítimo que ellos pidan la jornada continua, que nosotros rechazamos", afirma Carbonel. "La cuestión de fondo es la racionalización de los horarios de padres e hijos. La falta de conciliación es un problema social grave", añade. Desde la laica Ceapa, también partidaria de la jornada partida en los colegios, elevan el tiro y recomiendan: "La CEOE haría bien en facilitar la conciliación de la vida familiar y laboral de los trabajadores".
La directora general del Instituto de la Mujer, Laura Seara, acusa a la CEOE de intentar "demonizar" a un colectivo de trabajadores y de hacer "una interpretación trasnochada" al considerar "que las responsabilidades familiares siguen siendo exclusivamente femeninas". Los sindicatos tampoco se quedan atrás. López Cortiñas, de UGT, califica de "sandez" relacionar la feminización del profesorado con el horario continuo. "La CEOE debería reparar en que también los hombres deben conciliar", añade Muñoz desde CC OO.
Otro elemento del informe de la patronal, que el gasto en educación no es lo más importante en la obtención de resultados, también levanta críticas. Concapa es la única organización consultada que sintoniza con el argumento de forma matizada. "El dinero es importante, pero no lo más importante. Los informes de la OCDE demuestran que hay países que dedican a la educación un porcentaje bajo del PIB y obtienen mejores resultados que otros que destinan una proporción mayor", señala Carbonel. En cambio, UGT y CC OO defienden que la relación es estrecha. Insisten en que el presupuesto educativo español debería aumentar hasta equivaler al 7% del PIB, frente al 5,1% actual. Sería una manera de mejorar las cosas, dicen.

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