jueves, 31 de enero de 2013

Las neuronas del bienestar



¿Alguna vez se ha preguntado por qué los gatos gruñen de satisfacción cuando se les acaricia en la cabeza? Es la imagen de la felicidad y la paz absoluta. Pues ahora un equipo de investigadores han descubierto por qué. La razón está un grupo de neuronas, presentes en muchos animales, que responden a una caricia proporcionando un estado de bienestar total.

Estas neuronas del bienestar, según explica una investigación que merece la portada de la revista Nature, se han identificado en ratones, pero existen en otras muchas especies animales.

Utilizando un cepillo especial, los investigadores, coordinados por David Anderson, del Instituto de Tecnología de Pasadena (EE.UU.), acariciaban las peludas patas traseras de los ratones para estimular las neuronas sensoriales y, gracias a la tecnología de imágenes de calcio, pudieron demostrar que las células que respondían a estos estímulos, que expresan la proteína MRGPRB4, componía un grupo raro de neuronas sensoriales desmielinzadas que se sabe que inervan sólo en la piel peluda. Hay otros tipos de neuronas que responden a los pellizcos.

Efectos gratificantes

Los experimentos realizados por los investigadores sugieren que la activación de las neuronas que expresan MRGPRB4 produce unos poderosos efectos ansiolíticos y sus resultados son gratificantes -una idea que se ajusta a las conductas que tienen muchos animales cuando son acariciados-.

A pesar de los numerosos estudios fisiológicos que hay al respecto, esta es la primera vez que se identifican in vivo neuronas sensoriales que detectan caricias «placenteras». Estas células nerviosas carecen de fibras de mielina -una envoltura que hace que el impulso nervioso viaje más rápido-, e inervan exclusivamente la piel con pelo a través de grandes ramificaciones que, según el estudio, «se asemejan a los campos receptivos de las fibras C humanas», que también se encuentran bajo la piel con pelo.

El trabajo revela que estas neuronas se activan acariciando la piel peluda del animal, pero no ante una estimulación dañina, como puede ser una punzada o un pellizco. Es más, al aplicar esos estímulos nocivos se activan otras neuronas -las que expresan la proteína MRGPRD- que no responden ante las caricias.

En humanos

¿Y qué pasa en los humanos? Aunque los investigadores reconocen que se precisan más estudios para ver si existen neuronas sensoriales similares en humanos, lo cierto es que ya se sabe que hay unas células, C-MRUB, también denominadas C-táctil (CT), que se han asociado con una sensación agradable cuando se acaricia la piel con pelo; sin embargo, no se puede clasificar como mecanorreceptores.

En cualquier caso, los expertos señalan que harán falta más estudios para determinar si las neuronas sensoriales con propiedades similares existen en los seres humanos. En ratones, la activación de estas neuronas ocurre normalmente durante las interacciones sociales u otras condiciones de comportamiento. Además, la caracterización funcional de esta nueva población de neuronas abre el camino para identificar los mecanismos de moleculares que operan en estas células y, además, a través de qué circuitos dichas neuronas se dedican a producir este efecto positivo.

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