El
Congreso Europeo del Cáncer ESMO-2014 ha acuñado un nuevo concepto: se trata de
la ‘medicina de precisión’, definida por Johann de Bono, presidente del Comité
Científico del congreso como «el paciente correcto, con el tratamiento indicado
en el momento idóneo». Lo que también se conoce en EE.UU. como ‘medicina
personalizada’, no es más que «ofrecer a cada paciente el tratamiento que
necesita para lograr la máxima eficacia y evitar toxicidades» ya es una
realidad en algunos cánceres, como el de colon o el de mama, avanzó Bono. Y
otros tumores, como el de próstata, los avances han empezado a verse este año.
«El
cáncer de próstata no es una única enfermedad, sino 20 o 30», señaló el
presidente del Comité Científico de ESMO 2014, y por eso los tratamientos deben
hacerse mediante la «medicina de precisión». En este sentido, David Olmos, del
Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), ha comentado que en los últimos
diez años se han producido tres cambios fundamentales en la forma de tratar el
cáncer de próstata: en 2004 se aprueba la primera quimioterapia que aumenta la
supervivencia en cáncer de próstata -tradicionalmente se había considerado una
enfermedad resistente a la quimioterapia-; en 2010 se presentan en el congreso
de ESMO de Milán la primera terapia dirigida para cáncer de próstata,
abiraterona (fármaco al que seguiría posteriormente, enzalutamida); y ahora en
ESMO 2014 se presenta el ensayo Chaarted que demuestra que añadir desde el
principio quimioterapia a la enfermedad muy agresiva de debut (con metástasis)
aumenta la supervivencia (hasta ahora se les daba solo tratamiento hormonal). «Este
estudio cambia el concepto de que en estos pacientes no había que darles
tratamiento agresivo desde el principio», afirma Olmos.
Herramienta
básica
Tanto
los pacientes con cáncer de próstata como con el resto de tumores se beneficiarán
de la utilización de biomarcadores. «Son una herramienta básica en la ‘medicina
de precisión’», sostiene Bono. En este sentido, durante el ESMO 2014 también se
han presentado los primeros marcadores moleculares que indicarán si los
pacientes responden o no a los tratamientos dirigidos (abiraterona y
enzalutamida).
El
hallazgo, que se publicó recientemente en «The New England Journal of Medicine»
se ha ampliado durante la reunión de Madrid y, en opinión de Olmos, resulta «fundamental»,
porque ahora ya sabemos que si las células tumorales del paciente «expresan una
variante del receptor de andrógenos que se llama AR-V7, no van a responder a
ninguno de estos tratamientos». Los datos presentados en ESMO 2014 confirman
que la variante AR-V7 se asocia con una resistencia, tanto a abiraterona como
enzalutamida, por lo que los autores del trabajo señalan que debe emplearse
como un «biomarcador no invasivo para predecir la resistencia a los
tratamientos y facilitar así la selección del tratamiento más idóneo».
Otro
avance importante relacionado con el cáncer de próstat ha sido el primer
estudio en cáncer de próstata con un inhibidor de PARP presentado por un grupo
del Hospital Royal Mardsen de Londres. «Aparte de la tasa de respuesta, lo más
importante es que el estudio lleva en paralelo un análisis genético de la
enfermedad, por lo que podríamos conocer algunos marcadores genéticos asociados
a la respuesta a los inhibidores de PARP», añade Olmos.
Sobre
la importancia de los biomarcadores en la ‘medicina de precisión’ también ha
hablado el presidente electo de ESMO, Fortunato Ciardello, que ha presentado un
informe sobre el uso de estos elementos por parte de los oncólogos europeos. «Sabemos
que son útiles pero, ¿cómo los usamos en la práctica clínica». Gracias de una
encuesta realizada en 2013 en 895 oncólogos representativos de Europa, América
del Sur y Asia, los investigadores han determinado que los médicos saben de la
gran utilidad de los biomarcadores en la ‘medicina de precisión’.
Cáncer
colorrectal
Por
ejemplo, para Ciardello, en el cáncer colorrectal metastásico, se debe
priorizar la prueba RAS antes de iniciar la primer línea de tratamiento.
Aunque, señaló Dirk Arnold, de Klinik für Tumorbiologie en Freiburg (Alemania),
«en términos de biología molecular, la situación actual de utilizar solo la
prueba RAS no es satisfactoria. En el futuro necesitamos más biomarcadores
definidos y posiblemente también pequeños biomarcadores para subgrupos de
pacientes. La prueba RAS es el comienzo de la historia de los biomarcadores en
cáncer colorrectal metastásico. No es el momento para respuestas sencillas.
Elegir la mejor y más apropiada primera línea de tratamiento en cáncer
colorrectal se considera una decisión compleja y multifactorial».
En
este sentido se ha referido a dos estudios presentados en Madrid que evaluaban
dos estrategias terapéuticas diferentes para cáncer colorrectal metastásico y
que han proporcionado a los clínicos la garantía necesaria de que las actuales
opciones de tratamiento son válidas, además de confirmar que la caracterización
molecular de estos tumores es fundamental. Pero aunque los resultados confirman
que ambos tratamientos son una opción, Ciardello reconoce que todavía no se ha
encontrado todavía el biomarcador predictivo definitivo para seleccionar el
mejor tratamiento en cáncer colorrectal metastásico. «Necesitamos tener en
cuenta otros factores a la hora de elegir el mejor tratamiento para un paciente
concreto», añade.
Una
epidemia
Los
especialistas reunidos en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica
(ESMO 2014) han advertido del incremento de casos de cáncer de boca y garganta
en España causados por el virus del papiloma humano (VPH).
Estos
tumores estaban asociados al consumo de tabaco y alcohol, pero, según Grau, están
pasando a estar producidos por una infección del VPH debida a una «mayor
promiscuidad sexual, actividades sexuales de riesgo con más personas y por
tener relaciones sexuales bucogenitales», ha asegurado Juan José Grau, oncólogo
del Hospital Clínic de Barcelona.
En
EE.UU. y el norte de Europa se han convertido en «una epidemia» -en Dinamarca
suponen el 60 % de nuevos casos-, pero en España, el tipo de incidencia es aún
baja, de entre el 6 y el 10 % del total de este tipo de cánceres, aunque hace
cinco años era del 1 %.
No
obstante, Grau está convencido de que este porcentaje aumentará en los próximos
años porque, aunque la gente fuma y bebe menos, crecen las migraciones de Suramérica,
donde hay mayor prevalencia del virus, y por una «mayor promiscuidad y de
parejas sexuales». A pesar del incremento de este tipo de cáncer, los expertos
también quieren subrayar como una «buena noticia» sobre estos tumores que son más
fáciles de curar que los producidos por el alcohol y el tabaco.
Actualmente
se está trabajando en diferentes ensayos con vacunas terapéuticas para los
tumores causados por el VPH, unas vacunas que se aplicarían sólo a las personas
que padezcan ese tumor, y se espera que en los próximos años empiecen a dar
resultados. La vacuna que se comercializa en la actualidad contra el VPH es sólo
preventiva.
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