La
legionelosis es una enfermedad bacteriana de origen ambiental, parecida a una
neumonía, que afecta de dos a tres veces más a hombres que a mujeres y es rara
en niños; si la patología se trata a tiempo, el índice de mortalidad no supera
el seis por ciento. Dos personas que sufrían patologías previas han fallecido y
una veintena está afectada -17 de ellas hospitalizadas- por un brote de
legionela detectada en Sabadell (Barcelona), del que ayer informó el
Departamento de Salud de la Generalitat catalana.
La
legionela presenta dos forma clínicas: infección pulmonar o "Enfermedad
del Legionario", que se caracteriza por neumonía con fiebre alta; y la forma
no neumónica, conocida como "Fiebre de Pontiac", más leve.
Fue
detectada por primera vez en 1976 en Estados Unidos, tras un brote epidémico
observado en Filadelfia durante una convención de la Legión Americana, en la
que más de 200 legionarios contrajeron una extraña neumonía que provocó la
muerte de 34 de ellos.
En
1977, el Centro de Control de Enfermedades Infecciosas de Atlanta logró aislar
la bacteria causante de la enfermedad, a la que bautizó con el nombre de
"Legionella pneumophila".
La
bacteria de la legionela tiene su hábitat natural en el agua, ya sean lagos,
arroyos o ríos, y, en particular, en los residuos acuosos de aparatos de aire
acondicionado, duchas y sanitarios.
No
se contagia persona a persona, ni se contrae al beber agua ni a través de los
alimentos; para resultar infectado se ha de inhalar agua pulverizada en forma
de aerosol, como gotas minúsculas.
Los
focos principales de contagio son las redes de distribución de agua de los
edificios, a través de grifos y duchas; los respiradores y humidificadores que
en los hospitales se reutilizan con los pacientes; y las torres de
refrigeración y sistemas de aire acondicionado.
Tiene
un periodo de incubación de entre dos y 10 días y sus manifestaciones clínicas
se parecen a las de las neumonías atípicas, con una sintomatología respiratoria
variable (que al principio puede incluso confundirse con la gripe), así como
alteraciones de diversos órganos, hígado, riñón, tracto intestinal y cerebro,
que pueden ser más o menos severas en función del estado previo del afectado.
Si
la patología se trata a tiempo, la mortalidad no supera el seis por ciento;
pero si el tratamiento se inicia pasadas 48 horas del comienzo del cuadro
clínico, puede aumentar al 25 por ciento.
En
la evolución de la enfermedad influye el estado de salud previo, aumentando la
incidencia en diabéticos, pacientes con EPOC, así como fumadores o alcohólicos.
Presenta
una mayor incidencia a finales de verano y en otoño, y para tratarla se utiliza
el antibiótico eritromicina.
Para
minimizar sus efectos, caracterizados por su gran resistencia, se aboga por
mantener la limpieza e hipercloración del agua y, en las áreas de pacientes de
alto riesgo, se aconseja colocar filtros estériles en grifos y duchas.
En
España, la legionelosis es enfermedad de declaración obligatoria nacional desde
1996.
El
primer brote importante en España surgió en un hotel de Benidorm en el verano
de 1980, y el brote que mayor número de casos generó fue en Murcia, en julio de
2001; afectó a más de 600 personas y provocó cuatro muertes.
Ref:
Haz click aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario