El
Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del CSIC ha
iniciado hoy un experimento para comprobar cómo afecta la contaminación del
aire a las personas que acostumbran a correr por la ciudad. El proyecto,
denominado Expo-Cov, cuenta con financiación del Ministerio de Economía y
Competitividad y se llevará a cabo desde hoy y hasta el próximo día 28 en el
Parque de l'Escorxador, un lugar muy frecuentado por corredores y situado en
una zona céntrica de la capital catalana, y en el vecino parque natural de
Collserola, adonde también acostumbran a acudir los corredores.
Con
estos dos escenarios, según ha informado el CSIC, intentarán descubrir si hay
diferencias sustanciales entre correr en un área limpia de contaminación, como
es el campo, y en una ciudad contaminada.
"Normalmente
se dice que los beneficios de correr sobrepasan los efectos negativos de la
contaminación, pero la verdad es que no hay ningún estudio que haya intentado
medir los efectos nocivos de la contaminación urbana en los que practican este
deporte", ha explicado Joan Grimalt, profesor de investigación del CSIC y
líder del proyecto.
En
Expo-Cov, más de una veintena de voluntarios correrán durante una hora dentro
de la ciudad y, al cabo de tres días, en el campo.
Durante
las pruebas, los científicos medirán los niveles de exposición a contaminantes
en aire, aire exhalado y orina de los deportistas y diferentes marcadores
biológicos en sangre para averiguar si la contaminación supone una diferencia
sustancial y en qué sentido.
Los
25 voluntarios irán en diferentes turnos, de uno en uno o, máximo, de dos en
dos y antes de iniciar la carrera pasarán un control médico.
Los
corredores llevarán una mochila a la espalda con una bomba de aire para medir
los contaminantes orgánicos volátiles y otra para el carbón negro que están
respirando.
También
irán provistos de un GPS y de un pulsómetro para registrar su esfuerzo físico.
Asimismo,
los investigadores controlarán el número y la masa total de partículas que
están en suspensión en el aire y recogerán muestras para analizar.
Las
pruebas se realizan primero en Barcelona y, posteriormente, en Puertollano y
Ciudad Real.
El
objetivo, según el CSIC, es realizar el experimento dos veces en verano y dos
en invierno, en cada una de las poblaciones y cada vez con los dos recorridos,
uno en zona contaminada y otro en una zona limpia.
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