viernes, 5 de septiembre de 2014

Dieta mediterránea para reducir un 30% el riesgo de cáncer de mama



En los últimos años, han sido varios los estudios, con sello español, que han vinculado la dieta mediterránea con una mejor salud cardiovascular. El protagonismo del aceite de oliva o de los frutos secos aportan las grasas buenas que contribuyen a que nuestras arterias se mantengan jóvenes y limpias de residuos que obstruyan la circulación. Ahora los beneficios observados en los problemas cardiacos parecen que también podrían estar presentes en el cáncer de mama, según los resultados del estudio EpiGEICAM, que hoy se ha presentado en Madrid. Según este trabajo, la dieta mediterránea está asociada con una reducción del 30% del riesgo de sufrir un tumor de este tipo.

En España, cada año unas 26.000 mujeres se ven afectadas por un cáncer de mama, tumor que cada vez aparece en un número mayor de personas, con un incremento anual que está entre el 0,7% y el 1,6%. La prevención es el objetivo principal de médicos e investigadores, aunque un tratamiento eficaz frente a los diferentes estadios del cáncer es el más deseado por pacientes y familiares.

Marina Pollán, investigadora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III y una de las principales autoras de este estudio, ha señalado en la rueda de prensa que, según los resultados de este estudio epidemiológico en cáncer de mama, el efecto de la dieta en este tipo de tumores es muy importante. La investigación, publicada en la revista British Journal of Cancer, que ha sido financiada por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) y promovida por el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam) -un grupo de referencia formado por oncólogos de toda España-, ha analizado los datos de unas 2.000 españolas.

En concreto, el trabajo -en el que han participado 23 centros hospitalarios españoles- ha evaluado a través de cuestionarios realizados a 1.017 mujeres sanas y 1.017 mujeres con un diagnóstico de cáncer de mama la dieta que estas participantes habían tenido durante los cinco años previos al estudio. Así, tras analizar las respuestas de cada una de ellas, los investigadores pudieron establecer tres tipos de patrones dietéticos:
  • Dieta 'occidental': caracterizada por un alto consumo de productos grasos, carne procesada, dulces, bebidas calóricas y bajo consumo de cereales.
  • Dieta 'prudente': constituida por alimentos bajos en grasas, por frutas, verduras y zumos.
  • Dieta mediterránea: la formada por una elevada ingesta de pescado, verduras, frutas, legumbres, patatas, aceite y bajo consumo de zumos y bebidas calóricas.

"Lo que vimos fue que el patrón de dieta 'occidental' estaba asociado a un mayor riesgo de cáncer de mama, sobre todo en mujeres premenopáusicas. En cambio, la dieta mediterránea ofrecía un efecto protector, al asociarse con una reducción del riesgo de este tumor del 30%. Esa protección era más importante para los tumores triple negativos, los más graves. Este es el primer estudio que demuestra una asociación entre dieta mediterránea y su protección frente a tumores de mama triple negativo, que generalmente son más agresivos", ha explicado Marina Pollán.

Uno de los datos más sorprendentes del trabajo fue que la dieta denominada 'prudente', caracterizada por su contenido bajo en grasas, no ha sido vinculada con un menor riesgo de cáncer -tampoco con más probabilidad-. "Evitar las grasas per se no es un factor determinante del riesgo. No todas las grasas son malas, las peores -las grasas trans- están presentes, sobre todo, en la bollería y tienen un efecto pernicioso. Pero el aceite de oliva es una grasa buena, quizás eso es lo que ha influido en estos resultados", aclara Pollán.

Para Miguel Martín, presidente de Geicam, estos resultados son una prueba más de que "hay formas de evitar el cáncer de mama. Esto lo deben saber las españolas. Este estudio, uno de los más grandes en epidemiología sobre cáncer de mama en España, tiene una aplicación inminente y esto debe transmitirse a la población española. En la consulta, y fuera de ella, siempre me preguntan qué podemos hacer para reducir el cáncer de mama. Creo que tenemos que seguir esta vía de futuro".

Porque tal y como adelantan Martín y Pollán, ya se está pensando en realizar subestudios con los datos obtenidos en este y con los que se pretende correlacionar ciertas características genómicas con la forma de metabolizar el alcohol y algunas grasas.

El beneficio de seguir esta dieta se aprecia también en otro tipo de tumores. Según un estudio reciente publicado hace un año en la revista JAMA, los hombres que reemplazan un 10% de su ingesta de carbohidratos por grasas vegetales insaturadas reducen un 30% el riesgo de cáncer de próstata agresivo. Sustituir en la dieta las grasas animales y los carbohidratos por aceite de oliva y frutos secos se tradujo en una reducción de la mortalidad por cualquier causa del 26%, según este estudio.

Para Isabel Oriol, presidenta de la Aecc, este estudio es un ejemplo de lo importante que es la investigación. "Es fundamental para conocer y poder actuar a tiempo. Con estos datos, la Aecc insistirá con más fuerza en campañas de prevención sobre hábitos de vida más saludables. Por eso pedimos la colaboración de todos para poder concienciar a todas las personas desde la infancia. Si se llevaran estos hábitos de vida, podría evitarse el cáncer de mama en miles de mujeres al año. Esta medida tiene un gran impacto. En la Aecc estamos convencidos que lo único que podrá frenar el cáncer es la investigación".

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