En
mayo de 2013 la actriz Angelina Jolie anunció que se había sometido a una doble
mastectomía debido a que es portadora de una mutación en el gen BRCA1, gen que
predispone a padecer cáncer de mama. Después la cantante Anastacia declaró que
ella también se había sometido a esta intervención debido a su riesgo de cáncer
de mama. Desde entonces, lo que algunas conocen como el «efecto Angelina» en
Reino Unido se han duplicado el número de consultas y de pruebas genéticas para
el cáncer de mama, asegura un estudio que se publica en «Breast Cancer Research».
La
investigación ha recabado información de una base de datos de 21 centros y
muestra que muchas más mujeres han acudido a sus médicos para consultarles sus
dudas sobre este tema. La noticia positiva es que la mayoría de éstas tenían
motivos reales –antecedentes familiares- para hacer la consulta médica. De
hecho, según el documento muchas se sometieron a pruebas y consejos genético
porque lo necesitan y no se había creado, como se pensaba en un principio, un
efecto no deseado.
Mutación
genética
La
mutación BRCA1 se hereda de uno de los progenitores y es la causa de al menos
el 10% de los cánceres de mama. Las mujeres que son portadoras de esta mutación
tienen entre 45% y 90% de riesgo de desarrollar cáncer de mama durante su vida.
Las recomendaciones aconsejan que si se tiene historial familiar de cáncer de
mama y un familiar con cáncer de mama es necesario que reciba asesoría genética.
En el Reino Unido, poco después de que Angelina Jolie anunciara su decisión, se
publicó un documento en el que recomienda que sólo las mujeres que tengan
riesgo de desarrollar cáncer de mama deben ser derivadas a la realización de
pruebas genéticas.
Lo
que este trabajo constata es que el impacto del anuncio de Jolie no ha sido
transitorio, sino que meses después muchas mujeres siguen buscando información
sobre este tema. En concreto, en este estudio se aprecia un aumento del doble
en cuanto a las consultas sobre asesoramiento genético en cáncer de mana si se
compara con el mismo periodo del año anterior, 2012.
Los
investigadores creen que el anuncio de Angelina Jolie ha provocado que muchas
personas sean más conscientes de los riesgos de una historia familiar de cáncer
y sobre qué estrategias se puede adoptar para mitigar los riesgos. «Es posible
que el caso de Angelina Jolie haya tenido un impacto más grande que otros casos
conocidos, probablemente debido a su imagen de mujer glamorosa y fuerte»,
asegura Gareth Evans, autor del trabajo. Su mensaje, añade ha reducido los
temores de muchas pacientes sobre la pérdida de «identidad sexual después de la
cirugía y ha alentado a muchas mujeres a informarse sobre este tema».
«El
caso de Jolie es digno de aplauso», señala a ABC Begoña Graña, de la Sección de
Cáncer Hereditario de la Sociedad Española de Oncología (SEOM). Ahora bien,
matiza, su impacto ha sido mucho mayor en los países anglosajones que en los
mediterráneos, como España.
El
problema para valorar el «efecto Angelina» en nuestro país radica en que no
existen bases de datos completas. «Si hemos apreciado un mayor interés y
conocimiento sobre el cáncer de mama», apunta esta experta. De similar opinión
es Ana Patiño, de la Unidad de Genética Clínica de la Clínica Universidad de
Navarra (CUN): «hemos percibido un mayor ‘murmullo’ social sobre este tema»,
afirma. «Y no entre las mujeres, sino también entre nuestros compañeros médicos».
La
experta de la CUN subraya el hecho de que gracias al «efecto Angelina» muchas
mujeres saben que existen tratamientos preventivos para evitar el cáncer si
tienen riesgo. «Y no me refiero solo a la extirpación de la mama, sino a algo
que es más desconocido, pero también importante, que es la extirpación de los
ovarios». Porque, señala Graña, aunque el cáncer de mama hereditario y el de
ovario están muy relacionados, muchas personas lo desconocen. Y, subraya, «aunque
extirpase las dos mamas puede ser una alternativa preventivo, lo que ha
demostrado que aumenta la supervivencia en estas pacientes es la cirugía de
ovarios».
Explica
Patiño que el 80% de los casos de cáncer son esporádicos; del 20% restante, un
15% es familiar, «aunque no hay causas genéticas identificadas», y el 5% es
hereditario: asociado a dos genes principalmente, BRAC1 y BRAC2, pero también a
Check2 y Palb2. Las pruebas genéticas se hacen para identificar los dos
primeros genes, aunque en algunos centros como el Patiño, también los otros
dos. Ahora bien, comenta Graña, «es preciso identificar qué personas son
candidatas a la pruebas genéticas».
Criterios
definidos
Y
para eso hay unos criterios definidos: tener un caso de cáncer de mama con
menos de 40 años; cáncer de mama y cáncer de ovario en la misma paciente, a
cualquier edad; dos o mas casos de cáncer de mama, uno de ellos diagnosticado
con menos de 50 años, o bilateral –ambas mamas-; un caso de cáncer de mama
diagnosticado con menos de 50 años o bilateral, y un cáncer de ovario en un
familiar de primer o segundo grado; tres casos de cáncer de mama u ovario (al
menos uno de ovario), en familiares de primer o segundo grado; dos casos de cáncer
de ovario en familiares de primer o segundo grado, y un caso de cáncer de mama
en varón, y otro caso de cáncer de mama (varón o mujer) u ovario en un familiar
de primer o segundo grado.
Y
si los resultados son positivos, afirma Graña, oncóloga en el Complejo
Hospitalario Universitario de A Coruña, además de medidas preventivos, se debe
evaluar «el impacto sicológico: no todo el mundo está preparado para hablar de
riesgos». Aunque los tratamientos preventivos se deben individualizar en cada
caso, las expertas recuerdan que los tratamientos, mastectomía y cirugía de ovarios,
puede reducir el riesgo de cáncer de mama de un 80% a un 2%. Aunque no sepamos
cuánto puede durar, apostilla Graña, el «efecto Jolie» ha tenido «más impacto
que el que tiene la labor diaria de muchos médicos, y eso hay que agradecérselo».
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