La
incontinencia urinaria (IU) es un problema del que apenas se habla, pero es tan
común que el Colegio Estadounidense de Médicos (ACP, de sus siglas en inglés)
acaba de publicar unas guías de práctica clínica para ayudar a galenos y
pacientes a manejarlo. Y entre las muchas recomendaciones, una destaca por
encima de todas: las medidas no farmacológicas son, según la medicina basada en
la evidencia, una mejor opción a los medicamentos para el tratamiento de este
problema, según se puede leer en la última edición de Annals of Internal
Medicine, que recoge las nuevas recomendaciones.
Aunque
algunos consejos son viejos conocidos de las mujeres de mediana edad, en esta
ocasión su recomendación se basa en estudios que han demostrado su eficacia. La
guía incluye, además, pautas específicas para cada tipo de incontinencia
urinaria.
Así,
para las féminas que experimentan incontinencia urinaria por estrés -que
consiste en la incapacidad de retener la orina cuando se ríe, se tose o se
estornuda- el ACP recomienda los famosos ejercicios de Kegel que, básicamente,
consisten en contraer los músculos vaginales tres segundos por contracción y
tres segundos por relajación repitiendo series de 10 veces, tres veces por día.
Pero, además, los médicos estadounidenses desaconsejan específicamente la
farmacoterapia para estos casos.
El
otro tipo más común de incontinencia urinaria es la de urgencia, que se define
como las pérdidas de orina sin razón aparente tras sentir una repentina
necesidad urgente de orinar. Para este tipo de escapes, el ACP aboga por el
llamado entrenamiento vaginal, que consiste en una terapia cognitiva que
incluye intentar orinar siguiendo un horario e ir incrementando gradualmente el
tiempo entre visitas al servicio.
Sin
embargo, las guías apuntan a la posibilidad de que, ni siquiera con este
entrenamiento, se consiga controlar la incontinencia de urgencia y es en estos
casos cuando el médico sí debe plantearse prescribir un tratamiento
farmacológico, que ha de elegirse "según la tolerabilidad, los efectos
secundarios, la facilidad de uso y el coste".
Los
autores de las guías dedican todo un apartado a desglosar los medicamentos que
han demostrado eficacia para este problema y que incluyen fármacos
antimuscarínicos, como la darifenacina o la fesoterodina (entre otros) y
agonistas adrenoceptores de la B-3 como el mirabegron o el solabregon. El
documento desglosa la evidencia publicada con respecto a cada fármaco e incluso
las comparaciones entre ellos, aunque anima al médico a elegir entre las
distintas opciones.
Para
la llamada incontinencia mixta, que consiste en una combinación de los dos
tipos anteriormente mencionados, el ACP recomienda la realización de ejercicios
de Kegel y el entrenamiento vaginal. En el caso de las mujeres obesas, añade a
esta prescripción la de perder peso y practicar ejercicio regularmente.
"Los
médicos deben optar por los tratamientos no farmacológicos siempre que
puedan", explica el presidente del ACP, David Fleming que señala las
razones obvias para este consejo: "Son efectivos, tienen menos efectos
secundarios y son menos caros que la medicación". "Aunque varios
fármacos pueden mejorar la incontinencia, los efectos adversos llevan muchas
veces a que los pacientes discontinúen su uso", concluye.
Ref:
Haz click aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario