Pican,
son molestos, dan mala imagen, imponen un absentismo obligado... Los piojos no
entienden de clases sociales ni de fronteras; y sólo en EEUU su coste anual
asciende a más de 1.000 millones de euros. En los últimos años, además,
empiezan a registrarse resistencias a los tratamientos más habituales, lo que
obliga a seguir buscando alternativas terapéuticas más eficaces.
Esta
semana, la revista 'The New England Journal of Medicine', presenta una de esas
alternativas, la ivermectina, que ya se usa desde hace tiempo por vía oral como
tratamiento contra algunos parásitos (como los nemátodos o los que causan la
llamada ceguera de los ríos, oncocercosis) y cuando los piojos no responden a
ninguno de los tratamientos de primera línea disponibles.
En
un trabajo patrocinado por Sanofi Pasteur, el laboratorio fabricante del
producto, investigadores de la Universidad de Eastern Virginia (en EEUU) han
demostrado que ivermectina aplicada por vía tópica en la cabeza (en una
concentración del 0,5%) puede tener una elevada eficacia contra estos molestos
'bichitos'.
Con
un solo día de aplicación, casi el 95% de los afectados quedó libre de piojos
(frente al 31% del grupo control). La eficacia de esta nueva loción se mantuvo
transcurridos 15 días de la primera aplicación (73,8% de eficacia frente al
17,6% de los niños) y sin efectos secundarios destacados.
La
loción a base de ivermectina se administra sobre el pelo seco y se retira con
agua tibia pasados 10 minutos, una fórmula que garantiza un correcto cumplimiento
del tratamiento, como demuestran las elevadas tasas de adherencia en el ensayo.
Aparición
de resistencias
Desde
los años ochenta, los derivados de los piretroides, sobre todo la permetrina al
1% en crema o loción, son la primera opción cuando aparecen los piojos (tienen
una eficacia superior al 95% y baja toxicidad). Sin embargo, los especialistas
reconocen que la aparición de resistencias ha obligado a seguir desarrollando
tratamientos, como el malatión (de aparición en la década de los noventa, aunque
sin datos sobre su seguridad en niños menores de dos años).
Existen
también otros insecticidas (como las piretrinas), dispositivos de aire caliente
(los piojos mueren a temperaturas superiores a 50-60 ºC) o peines que aplican
una pequeña descarga eléctrica al piojo o a las liendres cuando los atrapan
entre sus púas; aunque en estos últimos casos existen muy pocas evidencias
científicas que avalen su uso.
Como
explica a ELMUNDO.es el presidente de la Academia Española de Dermatología,
José Carlos Moreno, la ivermectina en pastillas ya se usaba hasta ahora fuera
de indicación en casos resistentes o epidemias graves, porque se conocían sus
"buenos resultados y pocos o ningún efecto secundario. En este sentido, en
un comentario en la misma revista, Oliver Chosidow y Bruno Giraudeau, del
Hospital Henri-Mondor de París (Francia) añaden que "una formulación
tópica es bienvenida puesto que se espera que produzca menos efectos adversos
sistémicos y un mejor cumplimiento que en pastillas", apuntan.
Sin
embargo, y a pesar de los buenos resultados presentados, insisten en que hasta
que se realice un buen ensayo comparativo entre tratamientos, las lociones de
permetrina al 1% deben ser la primera opción. "Si hay casos de
resistencias en la comunidad o siguen apareciendo piojos vivos un día después
de completar el tratamiento, será necesario cambiar a una terapia con malatión;
"ivermectina debe seguir siendo la última opción".
¿Cómo
aplicar las lociones?
Como
explica la Asociación Española de Pediatría en su página web, cada piojo hembra
pone en el cuero cabelludo de seis a 10 liendres al día. Al cabo de ocho o 10
días sale de este huevo un piojo que enseguida empieza a picar (como reacción a
la sustancia que segrega al morder). A las dos semanas, este piojo se ha
convertido en adulto y comienza a multiplicarse con facilidad.
"En
el caso de la permetrina, que es la loción más utilizada, debe aplicarse por la
noche, mejor sin lavar el pelo ya que la grasa contribuye a su
efectividad", explica el presidente de los dermatólogos españoles. "A
la mañana siguiente ya se puede proceder al lavado del cabello; y repetir la
misma operación al cabo de siete días, ya que no hay seguridad de que el
tratamiento elimine las liendres".
Precisamente
porque no todos los insecticidas disponibles son 100% ovicidas (es decir, no
matan todos los huevos en distintos estadíos), los Centros de Control de las
Enfermedades de EEUU recomiendan en algunos casos la extracción manual (o bien
con ayuda de liendreras) de las liendres adheridas a un 1 cm de la base del
cabello una vez completado el tratamiento para evitar la reinfectación.
Es
importante, añade el doctor Moreno, evitar un uso erróneo e indiscriminado de
los productos antipiojos, precisamente para evitar la aparición de
resistencias. "No hay que hacer un uso profiláctico, ya que no sirve de
nada", apostilla también.
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