El
cirujano estadounidense Joseph E. Murray, que en 1990 recibió el premio Nobel
de Medicina por una operación de riñón que supuso el primer trasplante exitoso
con órganos humanos, murió el lunes en Boston (Massachussetts) a los 93 años.
Murray
falleció en el mismo hospital de Boston en el que en 1954 practicó su histórico
trasplante de riñón, donde fue ingresado el jueves tras sufrir un derrame
cerebral con hemorragia, según informó el diario Boston Globe en su web.
El
hospital Brigham and Women's, el centro en el que Murray hizo historia y que en
los años 50 se conocía como Peter Bent Brigham, lamentó la pérdida del premio
Nobel a través de un comunicado enviado al personal por su presidenta, Betsy
Nabel.
"El
doctor Murray abrió las puertas a que cientos de miles de personas recibieran
trasplantes que les salvaron la vida. Hasta hoy, más de 600.000 personas en
todo el mundo han recibido el regalo de la vida a través del trasplante",
señaló la presidenta del centro.
En
la sala de operaciones de ese hospital en 1954, Murray dirigió durante 5 horas
y media a un equipo médico que trasplantó un riñón del joven Ronald Herrick a
su hermano gemelo, Richard, quien murió ocho años después de la operación.
Si
bien los primeros intentos de trasplante se remontan a 1905, con el primero de
córnea en EE.UU., y 1906, con el primero de riñón en Francia, el caso de los
hermanos Herrick es considerado como el primero con éxito, entendido ese término
como la supervivencia postoperatoria de, por lo menos, un año.
El
primer trasplante de hígado exitoso se realizó en 1967, mientras que el de
corazón se llevó a cabo en 1968 y el de dos pulmones en 1986, avances logrados
una vez superado el principal obstáculo de este tipo de cirugía: el rechazo del
órgano.
A
lo largo de los años, Murray se atribuyó también el récord del primer
trasplante exitoso de un riñón procedente de un hermano no gemelo y el de uno
procedente de un cadáver.
En
1990, el comité del Nobel le concedió el Premio de Medicina por su hazaña de
1954, un honor que comparte con E. Donnall Thomas, un pionero en el trasplante
de médula ósea que falleció el pasado 22 de octubre.
La
especialidad de Marrow era en realidad la cirugía plástica y reconstructiva,
campos en los que también logró avances, y a finales de los años 60 formó parte
de un equipo investigador de la Universidad de Harvard que desarrolló un
protocolo para determinar cuándo declarar la "muerte cerebral" de un
paciente.
Hace
unos años, el cirujano animó al jefe de la unidad plástica del hospital Brigham
a intentar hacer un trasplante de cara, pese a las objeciones éticas que
planteaban muchos de sus colegas de profesión.
"Creo
que es algo genial. No hay ninguna diferencia con lo que yo hice", dijo
entonces Murray, según el Boston Globe.
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