Leyendo
las frías cifras del BOE de la semana pasada, las familias con niños que usan
prótesis encontraron respuesta a la preocupación que arrastraban desde hace
meses: cuál sería el importe del copago que les tocaría asumir dentro de las
nuevas medidas de Sanidad para el catálogo de ortoprótesis.
Finalmente,
según el texto publicado el sábado, los usuarios de prótesis externas de
miembros superiores e inferiores tendrán que asumir un 10% del precio del
implante; a la espera de que el Consejo Interterritorial de Salud fije los
límites máximos que tendrá que abonar el usuario por cada producto.
Aún
así, y mientras se decide ese importe máximo, las familias de niños con
prótesis recuerdan que estos pequeños tienen que cambiar de implante a medida
que van creciendo. Y el 10% de algunas de estas prótesis puede llegar a suponer
un desembolso de unos 3.000 euros.
"Hace
unos meses, la Asociación de Usuarios de Prótesis Infantiles (AUPI) hizo
entrega en la mayoría de las Comunidades Autónomas de un escrito en el que se
explicaba nuestra problemática y el precio de las prótesis. El 10% de esas
prótesis es una barbaridad; una media de 3.000 euros cada dos o tres años en
niños a partir de los dos años", resume Esther Bellido, vicepresidenta de
esta asociación de familias.
Pendientes
de un importe máximo
Desde
AUPI, Bellido espera que se fije un importe máximo "de sentido común;
particularmente voto por 300 euros de máximo". De hecho, reconoce que la
mayor parte de las consejerías de Sanidad están muy sensibilizadas con este
problema, y al tratarse de un colectivo tan pequeño esperan un trato especial
de la administración en este tema.
Consultado
por este periódico, el Ministerio de Sanidad no ha querido precisar qué
decisión se tomará finalmente respecto a los niños y han recordado que
"los límites máximos aún no están establecidos, el documento se encuentra
en fase técnica y será el Consejo Interterritorial el que tome la decisión
definitiva".
Jorge
Navarro admite también la inquietud de estas familias y recuerda los tiempos en
los que su hija Paula, que ahora tiene 13 años, recibía sus primeras prótesis.
"Había una comisión que decidía al arbitrio si concedía o no las prótesis,
era una lotería; los precios de catálogo estaban desfasados, sólo se cubrían
las mioeléctricas si eras biamputado y únicamente te pagaban una de las
dos...".
Después
de aquellos inicios tortuosos, admite que las familias han pasado unos años de
tranquilidad, pero están expectantes ante las novedades que se les avecinan.
"Estamos inquietos. Si establecen un límite razonable nos lo tragaremos,
pero si es el 10% ahí nos tendrán para hablar, porque es una barbaridad. La
prótesis que lleva mi hija es más cara que algunos coches que hay en el
mercado", señala.
Prótesis
que crecen con el niño
Los
niños que nacen con algún tipo de amputación congénita (agenesia) reciben su
primera prótesis a los cuatro o cinco meses de vida; se trata de un implante
meramente estético que les permite adquirir con normalidad sus primeras
habilidades, como el gateo. A los dos años aproximadamente, y siempre según
cada caso, se les coloca por primera vez una prótesis mioeléctrica, con mayor
movilidad y que les permite realizar las primeras acciones de pinza.
Esta
prótesis puede llegar a costar unos 18.000 euros, y tiene una vida útil de dos
o tres años. Sin embargo, cada seis meses es necesario reemplazar los encajes,
los engranajes que las unen a las articulaciones. Estas piezas pueden tener un
precio que ronda los 2.500 euros; a los que hay que sumar los guantes de
silicona que protegen la prótesis y que en el caso de los niños es fácil que
'destrocen' en el parque o la guardería. "No es lo mismo el 10% de unas
muletas que de una prótesis", se lamenta Bellido mientras echa cuentas y
recuerda a aquellas familias de la asociación en la que uno o ambos
progenitores se han quedado en el paro.
Es
el caso de Consuelo, la madre de Pablo (dos años). "No me parece
justo", se lamenta; "son niños, no haces un pago y te olvidas, ellos
necesitan llevar la prótesis de por vida". Incluso aunque Sanidad
establezca finalmente un importe máximo 'asumible', Consuelo lamenta el
trastorno importante que va a suponer para su economía familiar.
Pablo
está a punto de pasar de su primera prótesis estética a una mioeléctrica que ya
le permita coger las cosas. "Ahora empieza a ser consciente y ya me dice
que su 'mano guay' no se mueve", señala su madre. Consuelo lamenta que el
BOE publicase las nuevas medidas el pasado puente de Todos los Santos, casi a
escondidas, y sin información suficiente para sus familias. La economía,
reconoce, es sólo un obstáculo más al que tienen que hacer frente estos padres
con niños diferentes, que ya arrastran tras de sí el impacto del diagnóstico,
las preocupaciones por darles una vida normal, los temores...
Catálogo
desfasado
Fernando
Otero de Navascues, presidente la Asociación Nacional de Amputados (Adampi),
también espera de la administración una sensibilidad especial hacia los niños.
"Algunos adultos pueden ir tirando hasta cuatro o cinco años hasta que la
prótesis ya no aguanta más, pero con los niños no es posible ese 'ahorro'".
A
su juicio, el tema del copago se suma a otro problema que ya arrastra este
colectivo desde hace años: el catálogo está desactualizado y no ha incluido
algunas de las mejoras técnicas que se han producido en el mundo de la
ortopedia en las últimas décadas. "No se corresponden con los precios
reales de mercado", se lamenta. "La prótesis de pierna que yo uso es
de fibra de carbono y titanio y cuesta unos 9.000 euros, pero el catálogo lo
considera un lujo y prevé para casos como el mío una de 4.000 euros como mucho.
Ahora, además, vamos a tener que pagar el 10% de precios desfasados. Llevamos
cinco años hablando de que se deben actualizar", se lamenta.
"No
pedimos lo más caro, ni lo más sofisticado; sino lo mejor para cada uno",
lamenta este militar amputado en un acto de servicio; lo que le da derecho a un
reembolso íntegro de la prótesis que él elija. "De hecho, yo he probado
alguna prótesis carísima y decidí que no; pero es que el catálogo contempla lo
mismo para un chaval de 18 años que para alguien de 83, y tampoco distingue si
se trata de una amputación simple o bilateral... Con la nueva norma
retrocedemos aún más", lamenta.
Adampi
calcula que unas 50.000 personas en España llevan una prótesis; y aunque no hay
cifras oficiales, se estima que un 10% de ellos son niños.
Ref:
Haz click aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario