Cuando
el paso por el quirófano forma parte del tratamiento oncológico constituye, no
sólo un reto para el cirujano, sino también para el paciente. Por ello, resulta
imprescindible buscar sistemas menos invasivos y más precisos que los que
ofrece la cirugía convencional. «El sistema robótico da Vinci permite hacer una
cirugía mínimamente invasiva con menor hemorragia, con una recuperación
postoperatoria más rápida y mejor, con menores requerimientos analgésicos con
lo cual el alta hospitalaria es más precoz y una reincorporación rápida a la
vida diaria. Todo esto supone, además, un menor impacto psicológico sobre el
paciente», explica el doctor Ignacio Moncada, jefe del Servicio de Urología del
Hospital Sanitas la Zarzuela y jefe del Instituto de Cirugía Robótica de
Sanitas Hospitales.
La
Unidad de Cuidado y Consejo Oncológico de Sanitas (UCCO), cuenta con este
sistema robótico para garantizar el abordaje de numerosos tumores. Su uso se
aplica eficazmente en el tratamiento de multitud de tumores «como aquellos que
están situados en la cavidad abdominal, que se pueden beneficiar de la cirugía
laparoscópica asistida por robot. Tanto los cánceres de riñón, como de vejiga y
próstata en Urología, o de útero y ovarios en Ginecología, o de colon y recto
en cirugía general pueden ser intervenidos de una forma mucho menos invasiva y
eficaz con este sistema», matiza Moncada. También puede beneficiarse, según el
experto, de este procedimiento las patologías benignas como «la incontinencia
urinaria en la mujer, las alteraciones de la vesícula biliar o incluso las
histerectomía por miomas uterinos».
Menos
agresivo
Frente
a otros procedimiento que se estaban empleando en la actualidad, Moncada aclara
que «puesto que la operación es la misma que se realiza con uno u otro
procedimiento, las tasas de curación son similares a otros métodos quirúrgicos
con unas tasas de éxito muy altas». Sin embargo, el beneficio del sistema Da
Vinci se halla, continúa el especialista, «en su menor invasividad y,
particularmente, con menos secuelas quirúrgicas.
Esto
es especialmente importante en lo que hace referencia a la incontinencia
urinaria y a los problemas de erección tan comunes con la cirugía convencional
y con una incidencia mucho menor con el robot». Otra de las ventajas reside en
que se puede emplear en casi todos los pacientes. «Siempre que un paciente
pueda ser intervenido se puede operar con Da Vinci.
Hay
casos en los que la cirugía es más laboriosa o dificultosa, pero ocurre igual
con otras técnicas quirúrgicas.
Obviamente, aquellos individuos con alto riesgo quirúrgico y con
contraindicación para la cirugía tampoco pueden ser intervenidos con el Da
Vinci», advierte Moncada.
Entre
los múltiples avances que se han sucedido el campo de la oncología en los últimos
años, «sin duda alguna, el desarrollo y la disponibilidad de este nuevo sistema
quirúrgico ha sido un enorme avance en cirugía oncológica y, aunque por el
momento no esta disponible en todos los hospitales, acabará siendo la forma común
de operar la cirugía oncológica en los próximos años o décadas», concluye Moncada.
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