Un
equipo de investigadores británicos ha logrado revertir la parálisis en
extremidades en perros gracias a un trasplante con células cultivadas a partir
de la mucosa de la nariz. Los animales, señalan en el trabajo que se publica en
la revista Brain, sufrían lesiones en la médula espinal que les impedía el
movimiento de sus patas traseras.
El
estudio es el primero en probar la eficacia de este tipo de trasplante en
lesiones de la «vida real» en
lugar de animales de laboratorio. Y, aunque los investigadores son
cautelosamente optimistas, creen que la técnica podría llegar a tener un papel
en el tratamiento de pacientes humanos, en combinación con otras terapias .
El
equipo formado por expertos del Medical Research Council, del Centro de
Medicina Regenerativa y de la Escuela de Veterinaria de la Universidad de
Cambridge utilizó un tipo único de células para regenerar la parte dañada de médula
espinal de los perros.
Células
olfativas
Los
científicos son conscientes desde hace más de una década que las células
olfatorias de la glía/células gliales pueden ser útiles en el tratamiento de
las lesiones de la médula dañada debido a sus propiedades. Estas células
tienen una gran capacidad para promover el crecimiento de fibras nerviosas que
mantienen una vía activa entre la nariz y el cerebro.
Algunas
investigaciones previas realizadas con animales de laboratorio ya habían
revelado que las células olfatorias de la glía pueden ayudar a la regeneración
de los axones (las zonas de las células nerviosas que transmiten señales); de
esta forma, se forma una especie de «puente» entre el tejido de la médula
espinal dañado y el sano. Un ensayo en fase 1 en humanos con lesiones medulares
estableció que el procedimiento era seguro.
Lesión
antigua
El
estudio es el primer trabajo doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo
que ha evaluado la eficacia de estos trasplantes en la mejora de la función motora
en animales con lesiones medulares. Así, los investigadores llevaron a cabo su
trabajo en animales con una lesión medular, causada hace tiempo, una situación
mucho más semejante a los humanos, y no en animales de laboratorio.
Así,
probaron el tratamiento en 34 perros que habían sufrido una lesión grave en la
médula espinal. Doce meses o más después de la lesión, los animales eran
incapaces de usar sus patas traseras para caminar y tampoco sentían dolor en
sus cuartos traseros. Muchos de los perros eran dachshunds o «perros salchicha»,
un tipo de perros particularmente propensos a este tipo de lesión.
En
el presente estudio, se realizó un trasplante de células olfatorias de la glía
en el área de la lesión; al otro grupo de perros se les inyectó sólo el líquido
en el que las células había sido trasplantadas. Ni los investigadores, ni los
propietarios -ni los perros- conocían qué tipo de tratamiento estaban
recibiendo.
Movimientos
coordinados
Los
animales tuvieron reacciones adversas durante las primeras 24 horas; a partir
de ese momento, se analizó su función neurológica mediante una cinta andadora.
En concreto, los investigadores evaluaron la capacidad de los perros para
coordinar el movimiento de sus extremidades delanteras y traseras.
Los
resultados mostraron que el grupo de perros que había recibido el trasplante de
células mostraron una mejora considerable en su capacidad neurológica, algo que
no se observó en los otros animales: los animales eran capaces de mover las
extremidades traseras previamente paralizadas y coordinaban el movimiento con
sus patas delanteras. Esto, dicen los expertos, significa que se había
restablecido la conexión para activar los mensajes neuronales que se lleva a
cabo a través de la parte anteriormente dañado de la médula espinal. Sin
embargo, matizan, la conexión solo había sido posible en distancias cortas
dentro de la médula espinal y no en distancias más largas, necesarias para
conectar el cerebro con la médula espinal.
Robin
Franklin, co-autor del estudio, del Wellcome Trust-MRC Instituto de Células
Madre de la Universidad de Cambridge, explica que estos resultados «muestran
por primera vez que este tipo de trasplante celular en una médula espinal dañada
puede causar una mejoría significativa. Estamos seguros de que la técnica podría
ser capaz de restaurar, por lo menos, una pequeña cantidad de movimiento en
pacientes humanos con lesiones en la médula espinal, pero todavía es pronto
para asegurar que podría ser capaz de recuperar todas las funciones perdidas.
Es más probable que este procedimiento pueda ser utilizado en una combinación
con otros tratamientos, junto a fármacos y terapias físicas, por ejemplo».
Prueba
de concepto
Para
Rob Buckle, del Medical Research Council, el trabajo es la «prueba de concepto»
en perros y una excelente base para futuras investigaciones en un área donde
las opciones de tratamiento son extremadamente limitadas».
De
momento, los más contentos son Jasper y su dueña, May Hay: «Jasper no podía
caminar en absoluto, pero ahora no hay quien lo pare. Es absolutamente mágico».
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