miércoles, 31 de octubre de 2012

Mocos, virus y otros 'bichos' de guardería



Llega el frío y con él los virus, resfriados, gripes y demás 'bichitos' respiratorios. Si tiene niños en casa, prepárese para una convivencia cercana con los mocos durante los próximos meses. Los más pequeños suelen ser los principales reservorios y transmisores de estas infecciones invernales, aunque sean los adultos quienes las sufren con más virulencia.

"Con el primer frío, llegan los virus del resfriado, adenovirus que causan generalmente dolor de garganta, mocos y otras molestias sin fiebre. Cuando la temperatura vuelve a subir y bajar, los que nos 'atacan' son los virus intestinales, con fiebre no muy alta, vómitos y diarrea", explica el doctor Josep María Cots, coordinador del Grupo de Enfermedades Infecciosas de semFYC.

"Y cuando ya llega el frío de verdad, es cuando aparece la gripe, que generalmente hace su entrada en la semana 52, la última del año; aunque con los cambios climáticos el año pasado se retrasó hasta mediados de febrero".

En todos estos escenarios, añade Cots, los niños suelen jugar un papel clave en la cadena de transmisión. "La manera que tiene el organismo de ir formando el sistema inmunológico es ir haciendo frente a todas estas infecciones", añade, "si les cortásemos todas estas enfermedades leves a los niños, no podrían hacer frente a una infección grave llegado el momento".

"Esta situación puede considerarse una etapa más o menos inevitable que habrá que pasar y que un niño normal superará sin grandes problemas", destaca por su parte Carlos Valdivia, de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.

"Los niños son más susceptibles a este tipo de infecciones respiratorias, porque su sistema inmunológico es aún inmaduro", añade por su parte el doctor Eduardo López Granados, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Inmunología.

A cambio, explica, sus defensas están más ágiles que las de un adulto, por lo que su respuesta a virus e infecciones es más inmediata y, por lo general, más leve. "Los menores están muy expuestos a infecciones, de manera que su sistema defensivo está permanentemente activo y eso les permite reaccionar más rápido, aunque con mecanismos no tan eficaces ni robustos como los de un adulto", añade.

"Como sus mecanismos defensivos (como la fiebre) se disparan antes, lo habitual es que lo toleren mejor que los adultos; cuyo sistema inmune va envejeciendo con el paso de los años y con ciertos hábitos de riesgo, como el tabaco", prosigue López Granados.

Por otra parte, como subraya el doctor Valdivia, "la mayor parte de procesos febriles en la infancia son infecciones autolimitadas que, en pocos días, y con un tratamiento sintomático, se superan sin problema".

En el caso de los pequeños que no van a la guardería, prosigue el especialista de la semFYC, los niños acabarán 'cogiendo' las mismas infecciones aunque quizás en menor número y con menos intensidad que sus coétaneos. "No hay otro modo de adquirir las defensas", asegura. Como tampoco hay ningún método eficaz de fortalecer las defensas 'de venta en farmacias'. "Ni preparados vitamínicos, homeopatía, probióticos... ni siquiera hay consenso sobre la vitamina C y los estudios son contradictorios". Aunque eso sí, reconoce, esta última es un remedio natural que no hace daño a nadie y puede aliviar los síntomas.

¿Y la gripe?

El doctor David Moreno, coordinador del comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría, añade por su parte que la estecha convivencia de los niños en espacios cerrados y el contacto estrecho con sus padres y abuelos puede tener la clave de su importancia a la hora de contagiar virus a sus mayores.

Precisamente, ambos especialistas coinciden en la precaución especial que deben tener los abuelos (que cada vez ejercen más como cuidadores de sus nietos), que pueden sufrir con especial virulencia los efectos de un virus como el de la gripe (que afecta al 5%-15% de los adultos y al 20-30% de los niños, según datos del Grupo de Estudio de la Gripe).

En este sentido, el doctor Ramón Cisterna, coordinador de este grupo de expertos, aclara que en nuestro país no está recomendada la vacunación generalizada contra la gripe en niños sanos, como sí lo hacen otros países (como EEUU). En España, aclara, sí se recomienda vacunar a los menores con factores de riesgo (aquellos con problemas respiratorios, inmunodeprimidos...) y siempre a partir de los seis meses de vida. El doctor Valdivia recuerda que en los hogares con lactantes menores de seis meses con factores de riesgo, debe ser el entorno familiar el que se vacune para protegerles.

El jefe del servicio de Microbiología Clínica y Control de la Infección del Hospital de Basurto de Bilbao, añade que si un niño contrae la gripe, las recomendaciones deben ser las mismas que para un adulto: beber mucho líquido, descansar y seguir las recomendaciones del pediatra en caso de fuese necesario administrar algún antitérmico para bajar la fiebre (y no olvidar que los antibióticos no sirven de nada contra los virus).

Entre los signos de alarma que pueden indicar a los padres que la infección se agrava y deben consultar al pediatra está la fiebre de varios días de evolución, las dificultades respiratorias, decaimiento, vómitos o un deterioro del estado general del menor.

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