lunes, 29 de octubre de 2012

Añadir alcohol a la bebidas energéticas multiplica sus riesgos



Como si de una pócima mágica se tratara, las bebidas estimulantes o «energy drinks» se orientan, según revelan sus etiquetas, a revitalizar cuerpo y mente y a dotarnos de una cantidad extra de energía y vitalidad. A pesar de esto, los expertos no las consideran tan inofensivas como aseguran sus fabricantes y, como prueba de ello, la Agencia Americana de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) está investigando la relación entre cinco muertes en los últimos tres años y el consumo de la bebida energética «Monster Energy». En todos los casos, los fallecidos habían consumido, durante sus últimas 24 horas de vida, al menos dos latas de esta marca, cuyo contenido en cafeína equivale, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) «a la ingesta de catorce refrescos de cola».

Aunque los componentes por sí solos no entrañan un riesgo para la salud, sí lo puede ocasionar un mal uso de los mismos. «No existen estudios que hayan demostrado que el consumo de estas bebidas tengan efectos negativos, pero sí pueden convertirse en un problema si se abusa de ellas», advierte el doctor Ángel Moya, presidente de la sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española del Corazón (SEC).

Causas inmediatas

Sin embargo, no hay que olvidar que «los estimulantes que contienen este tipo de bebidas–taurina, cafeína o guaraná–, elevan la tensión arterial y aumentan el ritmo cardiaco», advierte Elena Pérez Montero, nutricionista del Hospital Universitario Quirón Madrid. Unos efectos que pueden incrementarse en pacientes con problemas de corazón. «La toma excesiva de estos compuestos puede generar un elevado riesgo, especialmente en personas con patologías de base de origen cardiovascular, muchas de ellas sin síntomas aparentes», recuerda el doctor José Antonio García Donaire, experto en riesgo cardiovascular del Hospital USP San Camilo de Madrid.

Precisamente, en agosto de este año, la OCU elaboró un estudio para comprobar el contenido en cafeína de las principales bebidas energéticas –20 tipos y la versión sin azúcar de cinco de ellas, además de tres refrescos con cafeína– y de los riesgos de un consumo inadecuado, sobre todo si se mezclan con alcohol. «Con la cafeína que contienen, un adolescente superaría su tope diario de cien miligramos con una sola lata de Monster, Rockstar o Zen Republic», indica el estudio.

Los eslóganes que hay detrás de muchas de estas bebidas se convierten en el mejor método para atraer a los jóvenes quienes, además, han establecido como última moda mezclarlas con alcohol. Para García, el problema de mezclarlo con alcohol es que los componentes de las bebidas energéticas enmascaran los efectos de la ingesta de alcohol y genera una potenciación de los efectos secundarios derivados de una toma excesiva, tanto físicos como psicológicos. Dentro de los positivos  aparecería la euforia, mientras que como negativos se encuentra la depresión. Por tanto, el riesgo se multiplica». Esta misma opinión la comparte Moya, quien añade que «no es de extrañar que algunos jóvenes que abusan de estas bebidas también tomen drogas o alcohol»

Etiquetado confuso

A diferencia de España, en Estados Unidos la legislación sobre este tipo de bebidas no obliga a los fabricantes a incluir la cantidad de cafeína que contienen sus productos. «Desde 2003 es obligatorio que la cafeína utilizada como aroma aparezca en el etiquetado.  Si contiene más de 150 miligramos por litro de cafeína, la legislación establece la obligatoriedad de añadir la leyenda ‘‘contenido elevado de cafeína’’, seguida de la cantidad en miligramos por litro», advierten desde la organización de consumidores. Sin embargo, en las bebidas analizadas, continúan, «no siempre figura de forma destacada, al igual que el aviso de no mezclar este tipo de bebidas con alcohol».

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