martes, 23 de octubre de 2012

Identificar el cáncer de mama 20 años antes



Científicos del Brigham & Women Hospital de Boston y la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, han descubierto que con un sencillo análisis de sangre se puede saber si una mujer tiene riesgo de desarrollar cáncer de mama incluso 20 años antes del desarrollo de la enfermedad. El hallazgo, que se presentará durante la Conferencia Internacional de la Asociación Estadounidense para la Investigación de Cáncer (AACR), se llevó a cabo después de que los investigadores se dieran cuenta de que las mujeres postmenopáusicas con altos niveles de ciertas hormonas tenían dos veces más riesgo de desarrollar la enfermedad.

Lo sorprendente, según han avanzado en declaraciones a la BBC, es que estos niveles hormonales pueden detectarse hasta 20 años antes de que surjan los síntomas. Las mujeres que están en riesgo son las que tienen niveles altos de estradiol, una hormona sexual femenina, testosterona y una hormona secretada por las glándulas suprarenales, la dehidroepiandrosterona (DHEA).

Predecir el cáncer de mama

No es el primer test sanguíneo para detectar precozmente el cáncer de mama. Hace menos de tres meses un trabajo publicado en The Lancet Oncology, y dirigido por Anthony Lucci, de la Universidad de Texas, EE.UU., presentaba los primeros resultados de un sencillo test de sangre que detecta una serie de células tumorales circulantes en el flujo sanguíneo podría identificar a aquellas pacientes que han sufrido un cáncer de mama y tienen un riesgo de sufrir metástasis. Hace menos de dos meses, otro equipo de  de científicos del Cancer Research UK, el Imperial College de Londres y la Universidad de Leicester, en Reino Unido, presentó un nuevo test que identificaba marcadores en el ADN que indican la presencia de cáncer de mama y pueden ser detectados a través de la sangre.

La nueva prueba, según los investigadores, podrá usarse junto con otros factores de riesgo, como el historial familiar, para que estas mujeres tengan mejores probabilidades de recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados para detectar la enfermedad en sus etapas más prematuras.

Xuehong Zhang, autor del estudio, y su equipo analizaron los datos clínicos de casi 800 mujeres que habían sido diagnosticadas con cáncer de mama entre 1989 y 2002. Las mujeres estaban participando en el Estudio de Salud de Enfermeras, un sondeo nacional de salud de la mujer que se lleva a cabo en el hospital desde hace varias décadas. Todas habían pasado ya la menopausia cuando el estudio comenzó en 1989 y ninguna había recibido terapia hormonal.

Hormonas chivatas

En la investigación las participantes se sometieron a dos pruebas de sangre hormonales: una al inicio del estudio y otra al final, dos décadas después. También llevaron a cabo análisis de sangre en otras 1.600 mujeres del mismo estudio que no habían desarrollado cáncer de mama y, posteriormente, se compararon los resultados de ambos grupos. De este modo, observaron que «un solo nivel hormonal estaba asociado al riesgo de cáncer de mama durante entre 16 y 20 años entre las mujeres postmenopáusicas que no usaban hormonas postmenopáusicas», ha afirmado Zhang.

En concreto, los resultados mostraron que las mujeres con los niveles más altos de las tres hormonas, estradiol, testosterona y DHEAS, tuvieron entre 50 y 107 por ciento más probabilidades de desarrollar cáncer de mama que aquellas con los niveles más bajos. También se vio que las mujeres con los niveles hormonales más altos desarrollaron la forma más agresiva de la enfermedad, con una recaída o llegando a fallecer, y al investigar si estos niveles altos de hormonas estaban vinculados a formas específicas de cáncer de mama, encontraron que sí.

Terapia individualizada

Los niveles altos de estradiol incrementaban el riesgo de una mujer de desarrollar el llamado cáncer de mama con receptor hormonal positivo, específicamente de tumores con receptor de estrógeno positivo (HER+) y con receptor de progesterona positivo (PR+). Según Zhang, este hallazgo es importante porque se puede identificar el tratamiento correcto para cada paciente.

«Estamos ahora evaluando si el análisis de nivel hormonal junto con los actuales modelos de predicción pueden mejorar sustancialmente nuestra capacidad para identificar a las mujeres de alto riesgo que podrían beneficiarse de más escrutinios o de terapias de prevención. Si es así, esto sugiere que los niveles de hormonas deberán medirse en la clínica más de una vez cada 10 o quizás 20 años», añadió el investigador.

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