Científicos
del Brigham & Women Hospital de Boston y la Facultad de Medicina de la
Universidad de Harvard, en Estados Unidos, han descubierto que con un sencillo
análisis de sangre se puede saber si una mujer tiene riesgo de desarrollar cáncer
de mama incluso 20 años antes del desarrollo de la enfermedad. El hallazgo, que
se presentará durante la Conferencia Internacional de la Asociación
Estadounidense para la Investigación de Cáncer (AACR), se llevó a cabo después
de que los investigadores se dieran cuenta de que las mujeres postmenopáusicas
con altos niveles de ciertas hormonas tenían dos veces más riesgo de
desarrollar la enfermedad.
Lo
sorprendente, según han avanzado en declaraciones a la BBC, es que estos
niveles hormonales pueden detectarse hasta 20 años antes de que surjan los síntomas.
Las mujeres que están en riesgo son las que tienen niveles altos de estradiol,
una hormona sexual femenina, testosterona y una hormona secretada por las glándulas
suprarenales, la dehidroepiandrosterona (DHEA).
Predecir
el cáncer de mama
No
es el primer test sanguíneo para detectar precozmente el cáncer de mama. Hace
menos de tres meses un trabajo publicado en The Lancet Oncology, y dirigido por
Anthony Lucci, de la Universidad de Texas, EE.UU., presentaba los primeros
resultados de un sencillo test de sangre que detecta una serie de células
tumorales circulantes en el flujo sanguíneo podría identificar a aquellas
pacientes que han sufrido un cáncer de mama y tienen un riesgo de sufrir metástasis.
Hace menos de dos meses, otro equipo de
de científicos del Cancer Research UK, el Imperial College de Londres y
la Universidad de Leicester, en Reino Unido, presentó un nuevo test que
identificaba marcadores en el ADN que indican la presencia de cáncer de mama y
pueden ser detectados a través de la sangre.
La
nueva prueba, según los investigadores, podrá usarse junto con otros factores
de riesgo, como el historial familiar, para que estas mujeres tengan mejores
probabilidades de recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados para detectar
la enfermedad en sus etapas más prematuras.
Xuehong
Zhang, autor del estudio, y su equipo analizaron los datos clínicos de casi 800
mujeres que habían sido diagnosticadas con cáncer de mama entre 1989 y 2002.
Las mujeres estaban participando en el Estudio de Salud de Enfermeras, un
sondeo nacional de salud de la mujer que se lleva a cabo en el hospital desde
hace varias décadas. Todas habían pasado ya la menopausia cuando el estudio
comenzó en 1989 y ninguna había recibido terapia hormonal.
Hormonas
chivatas
En
la investigación las participantes se sometieron a dos pruebas de sangre
hormonales: una al inicio del estudio y otra al final, dos décadas después.
También llevaron a cabo análisis de sangre en otras 1.600 mujeres del mismo
estudio que no habían desarrollado cáncer de mama y, posteriormente, se
compararon los resultados de ambos grupos. De este modo, observaron que «un
solo nivel hormonal estaba asociado al riesgo de cáncer de mama durante entre
16 y 20 años entre las mujeres postmenopáusicas que no usaban hormonas
postmenopáusicas», ha afirmado Zhang.
En
concreto, los resultados mostraron que las mujeres con los niveles más altos de
las tres hormonas, estradiol, testosterona y DHEAS, tuvieron entre 50 y 107 por
ciento más probabilidades de desarrollar cáncer de mama que aquellas con los
niveles más bajos. También se vio que las mujeres con los niveles hormonales más
altos desarrollaron la forma más agresiva de la enfermedad, con una recaída o
llegando a fallecer, y al investigar si estos niveles altos de hormonas estaban
vinculados a formas específicas de cáncer de mama, encontraron que sí.
Terapia
individualizada
Los
niveles altos de estradiol incrementaban el riesgo de una mujer de desarrollar
el llamado cáncer de mama con receptor hormonal positivo, específicamente de
tumores con receptor de estrógeno positivo (HER+) y con receptor de
progesterona positivo (PR+). Según Zhang, este hallazgo es importante porque se
puede identificar el tratamiento correcto para cada paciente.
«Estamos
ahora evaluando si el análisis de nivel hormonal junto con los actuales modelos
de predicción pueden mejorar sustancialmente nuestra capacidad para identificar
a las mujeres de alto riesgo que podrían beneficiarse de más escrutinios o de
terapias de prevención. Si es así, esto sugiere que los niveles de hormonas
deberán medirse en la clínica más de una vez cada 10 o quizás 20 años», añadió
el investigador.
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