Cerca
de un 40 % de la población española y catalana padecerá ansiedad o depresión a
lo largo de su vida, una enfermedad que puede interferir en otros aspectos
vitales e incitar al consumo de drogas y otras sustancias adictivas, aunque
sólo la mitad de los afectados han sido diagnosticados y se medican.
Así
lo han considerado hoy los doctores Salvador Ros, presidente de la Asociación Española
de Psiquiatría Privada; Antonio Arumí, secretario de esta entidad, y Josep
Ramon Domenech, coordinador del VII Congreso Nacional de Ansiedad y trastornos
comórbidos (presencia de uno o más trastornos), que se celebrará mañana y el
próximo sábado en Barcelona.
Según
Salvador Ros, "en España la ansiedad afecta a más de seis millones de
españoles y causa un absentismo laboral de un 10 por ciento, un 7 % más que la
media de países europeos", debido, en gran parte, a la grave crisis
económica y laboral que se atraviesa.
Doménech,
por su parte, indica que "más de la mitad de las personas que sufren una
depresión no piden ayuda especializada e ignoran que la padecen, y otra gran
parte no son diagnosticados de trastorno depresivo al enmascararse como algún tipo
de patología orgánica o psicosomática".
Por
ello, los organizadores del congreso propondrán estos días a sus casi 500
asociados de toda España la creación de una organización no gubernamental para
atender de forma gratuita a personas de barrios en los que los desahucios y
otros problemas económicos son más acuciantes en nuestro país, para intentar
paliar sus efectos en la salud de los vecinos.
"Igual
que pasó cuando sucedió el accidente de tren de Galicia el verano pasado -ha
explicado Arumí-, estamos seguros de que habrá psiquiatras voluntarios para
atender a estas personas".
Antonio
Arumí ha indicado que la "situación actual de incertidumbre y estrés
afecta de forma evidente e importante", especialmente a la franja de
población de 50 a 65 años, seguida de la de 40 a 50 años.
Parados,
amas de casa y trabajadores autónomos son los sectores más afectados por la
ansiedad, y también se ha observado un aumento del consumo de tóxicos como
tabaco y alcohol y un mayor desorden en la alimentación, añade Arumí.
Ros
ha lamentado, por su parte, que se hayan desmantelado en el último año
servicios para enfermos mentales como el del Hospital del Mar, de Barcelona,
que ha cerrado 80 camas dedicadas a los trastornos agudos, así como los
"despidos masivos" de especialistas en la sanidad pública en Cataluña.
Ha
deplorado, por otra parte, la influencia que ejercen ciertos
"curanderos" o autodenominados 'psicoterapeutas' que no son médicos y
que incitan a pacientes con depresión o trastornos mentales a abandonar los
tratamientos farmacológicos.
Salvador
Ros ha reclamado que los colegios de médicos aborden esta situación de
intrusión, y Arumí ha considerado que los tratamientos psiquiátricos pueden
complementarse con otros alternativos -como homeopatía, acupuntura u otros-
pero sin que se incite a abandonar los fármacos.
El
VII Congreso Nacional de Ansiedad y trastornos comórbidos abordará las
particularidades del paciente esquizoafectivo, el TDAH en adultos, la ansiedad
y el insomnio, un nuevo tratamiento para la agitación, que tiene un efecto
inmediato en los pacientes, y el debate "¿La rata o el diván?", que
permitirá debatir los tratamientos psicológicos de los trastornos de ansiedad.
En
este encuentro también se tratará la obesidad como uno de las consecuencias de
la ansiedad o la depresión, informa Domènech, que precisa que "entre un 50
y un 70 % de las personas con obesidad pueden presentar algún tipo de trastorno
psíquico asociado".
"Los
pacientes obesos tienen una probabilidad más alta de padecer trastornos
psíquicos, al igual que los pacientes con enfermedades mentales tienen una
probabilidad elevada de padecer obesidad", ha asegurado.
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