Investigadores
del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) y del
Departamento de Ciencias Experimentales y la Salud (CEXS) de la Universidad
Pompeu Fabra (UPF) han descubierto una variante común del genoma humano que
protege del asma y la obesidad.
Según
ha informado hoy la UPF, tras estudiar a 5.800 personas es la primera vez que
se consigue una prueba convincente de la existencia de una variante genética
común para el asma y la obesidad y de que ésta varía según el origen de los
individuos.
Los
resultados de la investigación, que publica la revista "The American
Journal of Human Genetics", se han obtenido utilizando nuevas herramientas
bioinformáticas (inveRsion) que son capaces de analizar el genoma completo para
detectar regiones donde hay inversiones (alteraciones en el genoma que pueden o
no derivar en patología) y analizarlas respecto a enfermedades comunes usando
datos existentes de individuos estudiados.
Según
ha explicado el doctor experto en bioinformática Juan Ramón González,
investigador del CREAL, centro de investigación de la alianza ISGlobal,
"hasta ahora este tipo de estudios eran muy costosos ya que no existían
métodos para analizar de forma masiva las inversiones genómicas en poblaciones
grandes".
En
este trabajo, los investigadores han analizado los datos de 5.800 personas de
Europa, Asia, África y América.
Los
resultados muestran que la región genómica analizada varía según el continente
de donde proceda la persona.
"Se
trata de un ejemplo de cómo las variaciones del genoma se pueden seleccionar en
función de la adaptación de los seres humanos a su entorno, en este caso, las
necesidades metabólicas en relación al clima", ha aclarado Luis
Pérez-Jurado, investigador de la Unidad de Genética del Departamento de
Ciencias Experimentales y de la Salud de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y
del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER).
Concretamente,
sólo un 10 % de la población del este de África cuenta con esta inversión
genómica y un 50 % de la población del norte de Europa (donde se supone que
esta alteración se ha seleccionado para mejor adaptación al clima frío que
exige un metabolismo basal más activo).
Tras
analizar a las 5.800 personas, esta variante genética explica el 40 % de la
"protección o predisposición" genética a padecer conjuntamente asma y
obesidad.
"Actualmente
estamos usando los métodos que hemos desarrollado para estudiar el papel de más
de cien inversiones en otras enfermedades. Concretamente, ahora estamos
estudiando algunas inversiones que parecen predisponer a desarrollar autismo o
discapacidad intelectual, entre otras", ha avanzado Juan Ramón González.
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