En
España la mayor parte de las muertes relacionadas con la cocaína no se
certifican adecuadamente, por lo que hasta ahora existen pocos estudios que
analicen las consecuencias de su consumo en términos de mortalidad.
"En
los datos anotados en el certificado de defunción no suele aparecer ninguna
referencia a esta sustancia", explica Gregorio Barrio, investigador del
Instituto de Salud Carlos III de Madrid y uno de los autores del nuevo estudio.
Esto
sucede, según Barrio, porque a menudo la causa inmediata de estas muertes es un
problema de salud inespecífico -como infarto de miocardio o suicidio- que puede
estar provocado por causas muy diferentes a la cocaína o por varios motivos
concurrentes.
"Además,
cuando en la eventual investigación forense y toxicológica se encuentran
evidencias de consumo de cocaína antes de la muerte, generalmente la causa
certificada inicialmente no se corrige, por lo que pasa a las estadísticas de
mortalidad sin el apellido cocaína", añade el investigador.
Ante
la dificultad de cuantificar directamente las muertes relacionadas con cocaína
a partir de las estadísticas generales de mortalidad, los investigadores
compararon la tasa de mortalidad en un grupo de consumidores de heroína o
cocaína con la de la población general de la misma edad y sexo.
Para
su estudio, publicado en el Journal of Substance Abuse Treatment, se captaron
dos grupos de usuarios de cocaína, uno de 8.825 personas que consumían, además
de la cocaína, heroína, y otro de 11.905 personas que no tomaban esta última
sustancia.
Todos
los participantes fueron admitidos a tratamiento por abuso o dependencia de
drogas psicoactivas en las ciudades de Madrid o Barcelona entre 1997 y 2007,
tenían entre 15 y 49 años en el momento de la captación y fueron cruzados con
el registro general de mortalidad del período 1997-2008 para observar su estado
vital.
La
sobremortalidad -cociente de tasas de mortalidad ajustadas entre participantes
y población general- fue considerable en ambos grupos de participantes. De
hecho, la tasa de mortalidad de los que consumían también heroína fue 14,3
veces más alta que la de la población general, mientras que la de los que no
consumía esta sustancia fue 5,1 veces más alta.
Los
resultados revelan además que los hombres tuvieron un mayor riesgo de muerte
que las mujeres entre los que consumían también heroína (1,5 veces), mientras
que no se encontraron diferencias según sexo entre los que no consumían dicha
sustancia.
Los
autores afirman que el exceso de mortalidad encontrado está dentro del rango de
los resultados publicados previamente en otros países (4-12 veces más).
Otros
factores asociados
A
parte del uso de heroína, se identificaron otros factores asociados con un
mayor riesgo de muerte, como carecer de empleo regular, usar drogas por vía
inyectada o tomar cocaína diariamente.
"Este
exceso de mortalidad podría deberse al consumo de cocaína o heroína, pero
también a otros factores cuya distribución puede ser diferente en la población
general y en los participantes, como los trastornos mentales, rasgos de
personalidad, condiciones sociales, etc.", sostiene Barrio
Otro
hallazgo interesante fue que el exceso de mortalidad con respecto a la
población general de su misma edad y sexo fue significativamente mayor en las
mujeres que en los hombres, especialmente entre los que consumían cocaína pero
no heroína (8,6 veces en mujeres frente a 3,5 veces en hombres).
"Estos
datos no significan que las consumidoras de cocaína tengan un riesgo de muerte
significativamente más alto que sus colegas varones, sino que el aumento
relativo del riesgo de las consumidoras de cocaína con respecto a las mujeres
de la población general de su misma edad (que tienen un riesgo de muerte muy
bajo) es más elevado que el incremento relativo de los consumidores con
respecto a los hombres de la población general", puntualiza.
Para
los autores, las conclusiones de este trabajo son relevantes porque permitirán
obtener mejores estimaciones de la mortalidad atribuible a cocaína y ponen de
manifiesto que es necesario intensificar las intervenciones para reducir su
consumo y los daños asociados al mismo.
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