El
ictus es la segunda causa de mortalidad entre los españoles y detectarlo a
tiempo es esencial para conseguir buenos resultados en su tratamiento, además
de minimizar sus posibles secuelas. Tan importante es controlar los factores de
riesgo como detectar a tiempo que se está produciendo un ictus.
El
ictus es un trastorno brusco de la circulación cerebral que puede deberse a
infarto debido a un daño producido por la falta de aporte sanguíneo o bien a
una hemorragia derivada de la rotura de una arteria cerebral.
Según
explica a Infosalus Jose A. Egido, Coordinador de la Unidad de Ictus del
Hospital Clínico San Carlos de Madrid, "hasta hace poco no disponíamos de
datos fiables de la población española. Recientemente hemos publicado el
estudio IBERICTUS que arroja una incidencia de ictus nuevos cada año de 187 por
cada 100.000 habitantes".
En
cuanto a la prevalencia, Egido señala que llega hasta el 5% de pacientes
mayores de 65 años, lo que supone que en España hay aproximadamente 500.000
españoles que han tenido un ictus.
Reconocer
el ictus
Según
explica el doctor Egido, los signos de alarma del ictus en general son fáciles
de reconocer, los más evidentes son:
- Trastorno brusco de la movilidad de medio cuerpo: de forma brusca aparece debilidad de brazo y pierna del mismo lado, muchas veces con desviación de la boca.
- Trastorno brusco del lenguaje: dificultad de expresión o comprensión de lo que se le dice, a veces cambiando unas palabras por otras, o con un habla mal articulada o ininteligible. Esto puede acompañarse de debilidad de medio cuerpo.
- Trastorno brusco de la visión de un lado del campo visual.
- Pérdida brusca de sensibilidad de medio cuerpo.
La
prevención, el principal aliado
Las
causas del ictus estan relacionadas con la enfermedad de las arterias y también
con enfermedades cardiacas que pueden producir émbolos que van a viajar con la
sangre hasta tapar una arteria cerebral. Así, los factores de riesgo más
importantes son:
- Edad: a partir de los 60 años la incidencia se duplica por cada década de edad.
- Hipertensión arterial: es el factor de riesgo mas potente tanto para el infarto como para la hemorragia cerebral y el principal factor modificable mediante la prevención
- Diabetes: ya que daña a largo plazo las arterias.
- Colesterol elevado: al dañar las arterias y arterioesclerosis.
- Enfermedades cardiacas: en especial la arritmia conocida como fibrilación auricular.
Entre
los factores de riesgo más importantes del estilo de vida se incluyen el
tabaquismo, el sedentarismo, el estrés y la obesidad.
Algunos
de estos factores de riesgo, como la edad o las enfermedades genéticas, no son
modificables pero existen tratamientos farmacológicos para el control de la
hipertensión, la diabetes o el colesterol. En el caso de las embolias de origen
cardiaco puede ser necesario el tratamiento preventivo con anticoagulantes, que
previenen la formación de émbolos.
Los
hábitos de vida saludables, la dieta equilibrada con bajo contenido en sal, el
abandono del tabaquismo o el ejercicio moderado diario mejoran el pronóstico en
las personas con un mayor riesgo de padecer un ictus.
Presente
y futuro de los tratamientos
La
Comunidad de Madrid ha conseguido reducir hasta un 50% la mortalidad por ictus
a través de un plan específico que incluye la capacitación de 6 centros para la
atención integral de ictus operativos. Los hospitales La Paz, La Princesa,
Ramón y Cajal, 12 de Octubre, Gregorio Marañón y Clínico San Carlos atienden en
unidades específicas a los pacientes de ictus.
El
tratamiento que ha demostrado una mayor eficacia se centra en las medidas para
abrir la arteria que está ocluida mediante la denominada fibrinolisis intravenosa.
El problema es que este tratamiento debe ser aplicado de forma rápida, pues a
partir de las 4,5 horas de iniciarse los síntomas ya no es eficaz y tiene
riesgos. Si se aplica de forma correcta evita un caso de muerte o dependencia
cada 7 pacientes tratados.
Como
alternativa en algunos pacientes puede utilizarse la trombectomía mecánica, que
consiste en extraer el trombo mediante un dispositivo a traves de un
cateterismo. Aunque su utilidad definitiva no está demostrada ya se realiza en
algunos casos en la práctica diaria.
En
el futuro se espera que existan mejores fármacos fibrinolíticos, más eficaces y
con menor riesgo, y que mejoren las técnicas de trombectomía. Actualmente se
investiga activamente en fármacos que protejan el cerebro para aumentar el tiempo
en que la fibrinolisis es eficaz o en medicamentos para estimular la
plasticidad neuronal mejorando así la rehabilitación.
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