jueves, 16 de enero de 2014

El fin de la «paradoja de la obesidad»



Se acabó. La obesidad no es saludable; no hay obesos sanos y no protege frente a la diabetes. Esta es la conclusión de una investigación que se publica en «The New England Journal of Medicine» (NEJM) y que parece acabar con la «paradoja de la obesidad». En concreto, las conclusiones del estudio realizado en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard dicen: «tener sobrepeso u obesidad no supone una mejora de la supervivencia entre los pacientes con diabetes tipo 2». Con este trabajo se refutan investigaciones previas que había sugerido que para las personas con diabetes, el sobrepeso o la obesidad, podría estar relacionado con una menor mortalidad en comparación con personas de peso normal.

«Estos datos disipan la noción de que el sobrepeso o la obesidad confieren cierta ventaja en la supervivencia entre los pacientes diabéticos», señaló Frank Hu, autor principal del estudio. «El control del peso es una estrategia terapéutica importante para las personas con sobrepeso u obesos con diabetes tipo 2», añadió.

Para dilucidar si la obesidad era o no saludable los investigadores analizaron los datos de 8.970 mujeres que participan en el estudio Brigham and Health Study (NHS) y a 2.457 varones del Health Professionals Follow up Study con diabetes tipo 2. Se calculó el índice de masa corporal de los participantes (IMC ) poco antes del diagnóstico de la diabetes y se excluyeron del estudio aquellos participantes con antecedentes de diabetes al inicio del estudio o de enfermedades cardiovasculares; también se excluyeron los participantes con bajo peso. Los participantes fueron seguidos durante un máximo de 36 años (NHS) y 26 años (HPFS ). Se registraron un total de 3.083 muertes.

Y los resultados mostraron una asociación entre el IMC en el momento del diagnóstico de la diabetes y el riesgo de muerte por todas las causas. Así, los investigadores vieron que el menor riesgo de muerte se observaba en las personas con peso normal y que, en contra de lo sugerido por anteriores estudios, no había una menor mortalidad entre los participantes con sobrepeso u obesidad. «Es decir, no había ningún beneficio en el hecho de tener sobrepeso o ser obeso». Más aun, hubo una relación dosis-respuesta entre el IMC y la mortalidad entre aquellas personas que nunca habían fumado, de tal manera que un IMC más alto justo antes del diagnóstico de la diabetes se asociaba con un mayor riesgo de muerte.

Esta claro, afirman los investigadores, que los resultados contradicen estudios previos que habían mostrado un riesgo más bajo de muerte para los pacientes con enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, y el exceso de adiposidad. Los autores citan varias limitaciones de dichos estudios: el pequeño tamaño de las muestras, la medición del IMC años después del diagnóstico de la diabetes y la insuficiencia de evaluar adecuadamente los sesgos de fumar y las enfermedades crónicas no diagnosticadas, que a menudo conducen a la pérdida de peso.

«En la mayoría de los estudios sobre el IMC y la mortalidad, el grupo considerado como ‘peso normal’ está compuesto no solo por aquellos que están delgados y sano, sino también por fumadores y por personas con enfermedades existentes o no diagnosticados», señala Deirdre Tobias, autor principal del artículo. Así, esto puede «sesgar la relación entre el peso y la mortalidad» y como resultado, «las personas con un IMC más elevado podrían haber mejorado artificialmente las tasas de supervivencia». Nosotros, concluye, hemos sido muy cuidadosos con muchos de estos y hemos visto que el «exceso de peso en las personas con diabetes no es ventajoso para su supervivencia».

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