jueves, 23 de enero de 2014

Las células madre que forman la sangre también tienen sexo



Desde hace años se sabe que las células madre de los órganos sexuales masculinos y femeninos están reguladas de manera diferente por sus respectivas hormonas. Pero ahora, gracias a un trabajo de la UT Southwestern y del Baylor College of Medicine, en EE.UU., ya sabemos que las células madre del sistema encargado de forma la sangre -similar en ambos sexos- también están reguladas de manera diferente por las hormonas, y que los estrógenos son un promotor especialmente prolífico de células madre con capacidad de autorenovarse .

La investigación, publicada en la revista «Nature», plantea muchas posibilidades interesantes para desarrollar investigaciones que podrían conducir a mejores tratamientos para los cánceres de la sangre o hematológicos, así como para aumentar la seguridad y la eficacia de la quimioterapia .

Antes de este hallazgo, los científicos pensaban que las células madre que forman la sangre, o hematopoyéticas ,estaban reguladas de manera similar en varones como en mujeres. Pero, asegura el autor principal del artículo, Sean Morrison, ahora ya sabemos que las células madre hematopoyéticas se dividen con mayor frecuencia en las mujeres que en los hombres: y el responsable de todo esto son los niveles más altos de estrógenos.

La investigación, realizada con ratones, demuestra que la actividad de las células madre hematopoyéticas está regulada por señales hormonales. «Este descubrimiento explica cómo aumenta la producción de glóbulos de la sangre durante el embarazo», explica Morrison. Y añade que, por ejemplo, en los ratones hembras, el estrógeno aumenta la proliferación de las células madre hematopoyéticas como preparación para el embarazo; así, continúa, «los niveles de estrógeno elevados que se mantienen durante el embarazo inducen la movilización de células madre y la producción de glóbulos rojos en el bazo, que sirve como una 'especie de reservorio' de sangre adicional para producción de células».

Para llegar a estos resultados, los investigadores trataron a un grupo de ratones machos y hembras durante días con cantidades de estrógeno necesarias para alcanzar una situación equivalente a la de un embarazo. Así vieron que cuando se eliminaba un receptor de estrógeno presente dentro de las células madre hematopoyéticas, éstas ya no eran capaces de responder a los estrógenos, pero tampoco de aumentar la producción de glóbulos rojos. Los resultados demostraron que el estrógeno actúa directamente sobre las células madre para aumentar su proliferación, y la del número de glóbulos rojos que generan.

Morrison se pregunta ahora que si el estrógeno tiene el mismo efecto sobre las células madre en humanos que en ratones, «entonces podríamos plantearnos una serie de cuestiones que podrían cambiar la forma en que tratamos a las personas con enfermedades hematológicas. ¿Podemos promover la regeneración en el sistema hematopoyético mediante la administración de estrógenos? ¿Podemos reducir la toxicidad de la quimioterapia teniendo en cuenta los niveles de estrógeno en pacientes de sexo femenino ? ¿Puede el estrógeno promover el crecimiento de algunos tipos de cáncer de la sangre? Me surjen muchas posibilidades», señala.

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