viernes, 24 de enero de 2014

La anorexia nerviosa puede tratarse bien sin recurrir sólo al ingreso hospitalario



Investigadores de la Universidad RWTH Aachen, en Alemania, aseguran que la anorexia nerviosa puede atenderse de forma segura mediante tratamiento ambulatorio sin necesidad de tener que estar permanentemente ingresado en el hospital, según los resultados de un estudio publicado en 'The Lancet'.

En concreto, y a pesar de que el tratamiento ambulatorio de dicho trastorno no suele aplicarse en casi ningún país, observaron que las adolescentes que participan en programas de atención diurna no consiguen peores beneficios que quienes permanecen ingresadas durante meses.

"Muchas pacientes me dicen que han perdido su juventud por estar mucho tiempo en el hospital", ha reconocido Beate Herpetz-Dahlmann, autora principal del estudio y directora del Departamento de Psiquiatría Infanto-Juvenil de este centro alemán.

Por ello, y a pesar de que en muchos países europeos el tratamiento suele requerir una larga estancia hospitalaria, buscaban ver si era posible llevar a cabo un seguimiento ambulatorio en función de la gravedad de la enfermedad, a pesar de que también cuenta con sus detractores.

De hecho, reconocen los investigadores, hay quienes lo critican por presentar una mayor tasa de reingresos y por lograr un aumento de peso insuficiente. Pero el tratamiento hospitalario también tiene sus desventajas, añaden, ya que también presenta más recaídas y es más costoso.

Para su estudio, Herpetz-Dahlmann y su equipo reclutaron a 172 niñas de entre 11 y 18 años de edad, que necesitaban tratamiento por padecer una anorexia nerviosa moderada a severa y habían sido ingresadas en seis hospitales de Alemania entre febrero de 2007 y abril de 2010. De media, al inicio del estudio las niñas pesaban menos del 98 por ciento de lo que se suele pesar a su edad.

Después de tres semanas de tratamiento en el hospital, los investigadores asignaron aleatoriamente a 87 para recibir el tratamiento en su centro de salud, al que tenían que acudir cada día, y el resto permanecieron ingresadas.

En ambos casos, las participantes recibieron las mismas terapias para la anorexia nerviosa, con la única diferencia de que las pacientes que no estaban ingresadas podían volver a casa por la noche.

El tratamiento no concluyó hasta que no se consiguió mantener el peso estándar durante al menos dos semanas, algo que se logró después de 15 semanas en las jóvenes hospitalizadas y después de 17 en aquellas que recibían tratamiento ambulatorio.

Después de 12 meses, los investigadores encontraron que el peso de las niñas en cada grupo había mejorado, y en ese momento pesaban menos del 83 por ciento de las compañeras de su grupo de edad.

Las pacientes del tratamiento ambulatorio obtuvieron mejores resultados que las pacientes hospitalizadas en aspectos relacionados con su salud mental, lo que los autores atribuyen al hecho de poder vivir en sus casas con su familia.

Además, este programa fue un 20 por ciento más barato que el ingreso hospitalario, y "quizá no es tan malo para las pacientes como se pensaba", dijo Herpertz-Dahlmann.

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