Investigadores
de la Universidad RWTH Aachen, en Alemania, aseguran que la anorexia nerviosa
puede atenderse de forma segura mediante tratamiento ambulatorio sin necesidad
de tener que estar permanentemente ingresado en el hospital, según los
resultados de un estudio publicado en 'The Lancet'.
En
concreto, y a pesar de que el tratamiento ambulatorio de dicho trastorno no
suele aplicarse en casi ningún país, observaron que las adolescentes que
participan en programas de atención diurna no consiguen peores beneficios que
quienes permanecen ingresadas durante meses.
"Muchas
pacientes me dicen que han perdido su juventud por estar mucho tiempo en el
hospital", ha reconocido Beate Herpetz-Dahlmann, autora principal del
estudio y directora del Departamento de Psiquiatría Infanto-Juvenil de este
centro alemán.
Por
ello, y a pesar de que en muchos países europeos el tratamiento suele requerir
una larga estancia hospitalaria, buscaban ver si era posible llevar a cabo un
seguimiento ambulatorio en función de la gravedad de la enfermedad, a pesar de
que también cuenta con sus detractores.
De
hecho, reconocen los investigadores, hay quienes lo critican por presentar una
mayor tasa de reingresos y por lograr un aumento de peso insuficiente. Pero el
tratamiento hospitalario también tiene sus desventajas, añaden, ya que también
presenta más recaídas y es más costoso.
Para
su estudio, Herpetz-Dahlmann y su equipo reclutaron a 172 niñas de entre 11 y
18 años de edad, que necesitaban tratamiento por padecer una anorexia nerviosa
moderada a severa y habían sido ingresadas en seis hospitales de Alemania entre
febrero de 2007 y abril de 2010. De media, al inicio del estudio las niñas
pesaban menos del 98 por ciento de lo que se suele pesar a su edad.
Después
de tres semanas de tratamiento en el hospital, los investigadores asignaron
aleatoriamente a 87 para recibir el tratamiento en su centro de salud, al que
tenían que acudir cada día, y el resto permanecieron ingresadas.
En
ambos casos, las participantes recibieron las mismas terapias para la anorexia
nerviosa, con la única diferencia de que las pacientes que no estaban
ingresadas podían volver a casa por la noche.
El
tratamiento no concluyó hasta que no se consiguió mantener el peso estándar
durante al menos dos semanas, algo que se logró después de 15 semanas en las
jóvenes hospitalizadas y después de 17 en aquellas que recibían tratamiento
ambulatorio.
Después
de 12 meses, los investigadores encontraron que el peso de las niñas en cada
grupo había mejorado, y en ese momento pesaban menos del 83 por ciento de las
compañeras de su grupo de edad.
Las
pacientes del tratamiento ambulatorio obtuvieron mejores resultados que las
pacientes hospitalizadas en aspectos relacionados con su salud mental, lo que
los autores atribuyen al hecho de poder vivir en sus casas con su familia.
Además,
este programa fue un 20 por ciento más barato que el ingreso hospitalario, y
"quizá no es tan malo para las pacientes como se pensaba", dijo
Herpertz-Dahlmann.
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