Cuidado
con el café, ojo con los fármacos y las grasas... Cuando una mujer se queda
embarazada, los consejos sobre sus hábitos de vida se multiplican tanto por
voces expertas como por su entorno más cercano. Y aunque muchos de estas
recomendaciones son ciertas, otras no lo son o dejan de serlo. Uno de los focos
de estas advertencias ha sido durante mucho tiempo los frutos secos pues se
vinculaban con un mayor riesgo de alergias en los descendientes. Ahora, este
consejo parece que queda relegado al pasado.
Con
el aumento de las alergias alimenticias en los últimos 10 años, donde el número
de personas con estos problemas se ha duplicado, los niños también han sufrido
un incremento de estas reacciones a ciertos alimentos. En el caso de los pequeños,
las alergias más comunes son las producidas por cacahuetes, leche y mariscos,
aunque parece que en España las visitas más frecuentes por estos problemas se
deben a las relacionadas con frutas frescas como melocotón, melón, kiwi, plátano
o sandía. No obstante, los frutos secos, si se toman en su conjunto, también
son una fuente considerable de estas urgencias y a los cacahuetes hay que sumar
alergias a la nueces y avellanas.
Diferentes
estudios médicos habían vinculado en la década de los 90 la ingesta de estos
frutos secos durante el embarazo con un mayor riesgo de desarrollar una alergia
a estos alimentos en los futuros hijos, pero otros no habían evidencia esa
relación. No obstante, durante muchos años las guías clínicas recomendaban
evitar su ingesta en el periodo de gestación y hasta que el niño cumplía los
tres años.
Para
aclarar esta confusión, investigadores del Hospital Infantil de Boston llevaron
a cabo un estudio prospectivo, cuyos datos publica la revista JAMA Pediatrics
en el que incluyeron a 10.907 participantes nacidos entre enero de 1990n y
diciembre de 1994, cuyas madres habían registrado su alimentación durante su
embarazo, como parte del estudio Nurses' Health II. Posteriormente, registraron
los casos de alergias infantiles a frutos secos que desarrollaron algunos de
estos niños y compararon la alimentación que habían llevado sus madres.
De
los 308 casos de alergias alimenticias, de las que 140 fueron a frutos secos,
se comprobó que la incidencia de casos fue significativamente inferior (cinco
veces menos) entre aquellos niños cuyas madres habían tomado frutos secos
durante su gestación (más de cinco veces al mes) que entre los pequeños de
madres que habían evitado estos alimentos.
"Cuantos
más frutos secos consumieron las madres, menor fue el riesgo para su hijo.
Nuestro estudio apoya la hipótesis de que una exposición temprana al alérgeno
aumenta la probabilidad de tolerancia y por tanto disminuye el riesgo de
alergias alimentarias en la infancia. No obstante, se requerirían estudios
adicionales para replicar estos resultados. Mientras tanto, nuestros resultados
apoyan la reciente decisión de rescindir la recomendación de que todas las
madres deberían evitar los frutos secos durante el embarazo y la
lactancia", concluyen estos investigadores en su estudio.
Para
Ruchi Gupta, del departamento de Pediatría y Programas para la Salud Materna e
Infantil del Instituto de Salud Pública de la Universidad de Northwestern, en
Chicago (EEUU), son precisas más investigaciones que incluyan una mejor
comprensión de cómo la dieta maternal afecta en el desarrollo de alergias
alimentarias, para "entender mejor el porqué de que más y más niños estén
desarrollando alergias alimentarias y de cómo prevenirlas. Una vez hayamos
comprendido el porqué, seremos capaces de dar un consejo seguro y elaborar más
recomendaciones preventivas y específicas".
Por
su parte, el doctor Michael Young, del Hospital Infantil de Boston y principal
autor de este estudio, señala que "nadie puede asegurar si las
recomendaciones de evitar los frutos secos durante el embarazo están
relacionadas con el aumento de estas alergias detectadas a finales de los 1990
y principios de 2000, pero una cosa sí es cierta: no dejaron de aumentar".
Porque no es una relación causa-efecto, "no podemos decir con certidumbre
que comer más frutos secos en el embarazo prevendrá la alergia a estos
alimentos en niños, pero sí podemos decir que su consumo durante la gestación
no causa alergia en la infancia".
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