Se
llama anastrazol y un estudio asegura que es capaz de prevenir la aparición del
cáncer de mama en las mujeres con más riesgo, ya sea por sus antecedentes
familiares o por haber tenido un tumor antes de cumplir los 50. El fármaco
acaba de superar un segundo ensayo clínico con 4.000 mujeres y ha demostrado
frente a placebo que la toma diaria del medicamento hace caer en picado el riesgo
hasta reducir en un 53% las posibilidades de desarrollar este tumor tan común.
Pero, además, lo hace sin los efectos secundarios que tenía el tamoxifeno, el
primer fármaco autorizado para prevenir el cáncer de mama.
Estos
buenos resultados se publican en la revista médica «The Lancet» y animan a
recurrir a la quimioterapia antes de que el cáncer haga aparición. Aunque estar
sano y tomar un medicamento oncológico como medida preventiva aún se vea como
una medida demasiado drástica para luchar contra la enfermedad. «Sí puede ser
una alternativa a la amputación preventiva de la mama en mujeres con un riesgo
muy elevado», explica Laura García Estévez, jefa de la Unidad de Cáncer de Mama
del CIOCC.
El
nuevo medicamento se ha probado en un ensayo internacional, liderado por el
Hospital Queen Mary de Londres, con miles de mujeres en la franja de edad en la
que se disparan los casos de cáncer de mama -tras la menopausia, a partir de
los 50 años- y con un perfil de riesgo que las hacía candidatas a someterse a
una quimioterapia preventiva.
Más
beneficios que riesgos
Los
resultados muestran una balanza que se inclina más hacia los beneficios que
hacia los riesgos. Y aunque no está exento totalmente de efectos secundarios sí
ha demostrado que son menores que con el tamoxifeno. Este último se había
relacionado con cáncer de endometrio y más probabilidades de sufrir trombos.
En
el caso del anastrazol, los problemas colaterales son la pérdida de densidad ósea
que eleva multiplica las fracturas por osteoporosis, aunque este problema se
puede resolver con la ingesta de vitamina D y calcio. El estudio parece
descartar que los dolores articulares que se asociaban a este fármaco se deban
relacionar con el medicamento. Durante el ensayo, las mujeres que tomaban
placebo (una sustancia similar a un azucarillo) experimentaron esos mismos
dolores, típicos de la menopasia.
Medicina
preventiva
Con
mayor eficacia y menos efectos secundarios, Jack Cuzick considera probado que
estamos ante una gran herramienta de medicina preventiva. «Debería ser el
medicamento de elección para las mujeres postmenopáusicas y antecedentes
familiares», explica Cuzick, que es además el coordinador del ensayo.
El
siguiente paso es establecer el criterio de quien podría beneficiarse más del fármaco.
En principio, serían las mujeres con dos o más parientes próximos con cáncer de
mama, tener una madre o hermana que hayan desarrollado este tumor antes de los
50 o que lo hayan sufrido en ambos pechos, o tener una historia de varias
biopsias por la aparición de lesiones sospechosas en la mama.
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