Un
grupo de investigadores ha confirmado la presencia de mínimas cantidades de
virus activos que continúan infectando nuevas células en pacientes
seropositivos, aunque estén bajo tratamiento aparentemente eficaz. El estudio,
publicado en el Journal of AIDS,
describe cómo optimizar el tratamiento en el 30% de personas que aún presentan
niveles detectables de replicación viral.
Los
datos del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa parecen cerrar una
controversia mundial sobre por qué los tratamientos antirretrovirales no
permiten curar la infección por VIH. El trabajo confirma la presencia de mínimas
cantidades de virus activos que continúan infectando nuevas células en un 30%
de pacientes seropositivos, a pesar de que estén bajo tratamiento aparentemente
eficaz.
Por
ello, la investigación tiene serias implicaciones clínicas. Además, aporta
pautas para reorientar el diseño de nuevas estrategias terapéuticas que nos
permitan avanzar hacia la erradicación del VIH. Por un lado, se describe cómo
optimizar el tratamiento en ese 30% de pacientes que todavía presentan niveles
considerables de replicación viral, a base de añadir un fármaco adicional. Por
otro, propone cómo se podrían mejorar algunos ensayos clínicos de erradicación
combinados con vacuna que se están llevando a cabo actualmente.
Sistema
inmune
Se
sabe que las personas con infección por VIH tienen el sistema inmunitario más
activado que las personas sanas y que esta activación se reduce pero no se
normaliza completamente con el tratamiento antirretroviral. De hecho, en 2010
los mismos expertos ya demostraron que la presencia de replicación de mínimas
cantidades de virus activo se asocia con una mayor activación del sistema
inmunitario y que la adición de un nuevo fármaco reduce sensiblemente estas
alteraciones.
Para
los autores, «se confirma así que la intensificación de los tratamientos es una
estrategia efectiva para reducir los niveles de replicación viral y mejorar el
estado del sistema inmunitario».
En
el nuevo ensayo clínico participaron 69 pacientes de los hospitales
universitarios Germans Trias i Pujol, Sant Pau y Clínic de Barcelona, que seguían
terapia antirretroviral y a los cuales no se les había detectado presencia de
virus en sangre durante una media de cinco años. Se les intensificó el
tratamiento añadiendo un nuevo medicamento denominado raltegravir, que actúa
bloqueando el ciclo de infección del virus, concretamente en la etapa en la
cual el ADN viral se integra en el ADN de la célula infectada.
Con
esta nueva medicación, los autores pudieron aplicar una sofisticada técnica de
detección de la presencia de VIH. La técnica mide el ADN viral circular que se
produce cuando el raltegravir bloquea la integración del ADN viral en el ADN
humano y es más sensible que la que se llevaba a cabo de manera rutinaria.
Ahora,
este estudio ha analizado de nuevo los niveles de activación del sistema
inmunitario en pacientes 12 semanas después de suspender la intensificación del
tratamiento. Los resultados demuestran que el sistema inmunitario se vuelve a
activar y que, por lo tanto, los niveles de replicación de virus vuelven a
subir. Para los expertos, esto indica que la adición de un nuevo fármaco puede
mejorar el estado del sistema inmunitario en algunos pacientes, pero que esta
mejora se pierde al retirar el fármaco.
«Identificar
a los pacientes que pueden mejorar con una nueva combinación de fármacos será útil
para evitar las consecuencias de la replicación viral residual y mejorar su
respuesta al tratamiento, impidiendo la generación de nuevas células infectadas
y facilitando una futura erradicación, cuando esta sea posible», apuntan.
Erradicación
del VIH
Una
de las vías para conseguir eliminar el VIH es buscar estrategias terapéuticas
curativas que permitan dejar de administrar los medicamentos después de un
cierto tiempo de terapia sin que por ello reaparezca el virus en sangre. Según
afirma Bonaventura Clotet, director de IrsiCaixa, «no podremos erradicar el VIH
hasta que no estemos seguros de que somos capaces de bloquear estas mínimas
cantidades de virus activos que continúan replicando. Estos nuevos resultados
permitirán reorientar las estrategias de tratamiento hacia la erradicación
viral y, por lo tanto, hacia la curación del sida».
Pero
los investigadores saben que bloquear la replicación viral no será suficiente.
Por eso también buscan estrategias que permitan eliminar del cuerpo algunas células
en las que el VIH permanece 'dormido', o en estado latente, y en las que los fármacos
no pueden actuar. Para Julià Blanco, investigador del Institut d'Investigació
en Ciències de la Salut Germans Trias i Pujol, «actualmente se están llevando a
cabo ensayos clínicos con vacunas contra el VIH que combinamos con fármacos que
permiten 'despertar' las células que se encuentran en estado latente».
Pero
Blanco insiste: «Con el presente estudio demostramos que nunca tenemos que
'despertar' antes de haber eliminado la replicación viral, puesto que así,
cuando apliquemos la vacuna terapéutica a personas VIH+, nos aseguramos de que
el paciente tiene el sistema inmunitario bastante fuerte como para poder
eliminar las células en el momento en que se despierten, evitando que tengan
tiempo de producir grandes cantidades de virus».
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