miércoles, 5 de junio de 2013

Espaldarazo a la lucha del organismo contra el cáncer



Shannon tenía 50 años en 2001 y ningún futuro por delante. Cuando acudió a la consulta de Antoni Ribas, presentaba un melanoma que había recurrido a pesar de la cirugía y se había extendido al hígado. Doce años después, el médico español, oncólogo en el Jonsson Comprehensive Cancer Center de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), comenta a ELMUNDO.es que sigue viendo a Shannon una vez al año. "Hablamos de sus hijos y de la mía, porque los resultados de su escáner siempre son perfectos", comenta.

Shannon fue una de las primeras beneficiadas en el mundo de un fármaco llamado ipilimumab que, en aquella época, estaba sólo intentando demostrar su seguridad. "Participó en el primer ensayo en fase I del fármaco", comenta Ribas. Lo que nadie podía sospechar que pasaría, pasó; y Shannon se recuperó por completo de la enfermedad. "La respuesta se ha mantenido todo este tiempo sin que se haya vuelto a tratar, el medicamento 'educa' al sistema inmunológico", comenta el experto.

El fármaco que Shannon probó pasó todas las fases de investigación clínica y ahora ya está aprobado para su uso en melanoma avanzado. Pero, más allá de eso, ipilimumab pasará a la historia como el primer fármaco inmunológico, que hacía que fuera el propio sistema inmunologico el que atacara al tumor.

Afortunadamente, el fármaco no fue el último de su clase. Tras la presentación en 2010 de los buenos resultados de este medicamento, se supo que había otros compuestos parecidos en investigación. De hecho, la reunión de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO) de 2012 fue el escenario de la puesta de largo de otro compuesto similar, aunque con un mecanismo de acción diferente. Era un fármaco dirigido contra una proteína que se encargaba de 'esconder' al cáncer frente al sistema inmunológico, la PD-1.

Este año, se han presentado datos favorables a nuevos fármacos que actúan contra esa proteína y contra su 'anfitriona' en el tumor, la PD -L1. Varios laboratorios trabajan en esta línea. Además del 'padre' de la primera criatura, el laboratorio Bristol-Myers Squibb, en la edición de este año de ASCO se han presentado los resultados de labrolizumab, otro compuesto del laboratorio MSD.

Roche, por su parte, viene pisando fuerte con su fármaco MPDL3280A, del que se han presentado estudios en fase I. Este fármaco se dirige contra PDL1 lo que, en teoría, le haría ser aún más específico. En estos primeros trabajos, la molécula se ha mostrado activa no sólo frente al melanoma, sino también contra el cáncer de pulmón y el colorrectal.

"No importa tanto la fase, las cosas van a ir muy rápido, esto va a ser como el Glivec", apunta Ribas. "El año pasado fue el año del PD-1, este año lo ha seguido siendo y el año que viene también lo será".

Y, siguiendo a la lógica, los investigadores han ido aún más allá. Si una primera inmunoterapia fue capaz de reducir tumores imposibles y otra ha conseguido mejorar aún más esos resultados, ¿por qué no combinar las dos, como se ha hecho siempre en el tratamiento de las enfermedades más insidiosas? Uno de los mejores centros de cáncer del mundo, el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York (EEUU), probó la combinación de dos medicamentos de esta clase, el veterano ipilimumab y el joven nivolumab.

El trabajo ha tenido tal éxito (el 53% de los pacientes de melanoma avanzado experimentaron una reducción considerable de sus tumores) que la propia 'biblia' de las revistas médicas, 'The New England Journal of Medicine', lo ha recogido en sus páginas.

Más allá de su eficacia en tumores complicados, todos los fármacos inmunológicos tienen algo en común: no se utilizan en combinación con quimioterapia. Es más, médicos y pacientes se despiden de este tratamiento. "Yo llevo dos años sin aplicar 'quimio' a mis pacientes de melanoma", subraya Ribas.

Como todo tratamiento innovador, la inmunoterapia genera sus preocupaciones. Lo que se hace en esta técnica es quitar los frenos que el organismo tiene contra su propio sistema inmunológico. "Esos frenos están ahí por algún motivo", reflexiona Ribas. "Tenemos que aprender a modular, aunque estamos viendo progresos fabulosos", concluye el experto.

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