En
las salas de parto de las maternidades, cuando nace un bebé, hay un sentimiento
que hace que los trabajadores sanitarios se sientan verdaderamente orgullosos
de la asombrosa labor que hacen: la oportunidad de traer una vida a este mundo.
Ahora, por partida doble. Porque las células madre que contiene el cordón
umbilical que ha alimentado durante nueve meses a ese bebé tienen la capacidad
de curar a otro niño o a un adulto de leucemia u otra enfermedad de la sangre,
en cualquier lugar del mundo.
Los
profesionales «coleccionistas» de este material genético sólo tienen que
sostener en el aire la placenta del recién nacido y presionar hacia abajo la
cuerda del cordón umbilical para que la sangre fluya. Sólo queda perforar con
una aguja y llenar una pequeña bolsa de plástico con ese valioso fluido. Este
procedimiento tarda apenas unos segundos, es indoloro y no tiene riesgo para la
madre ni para el bebé. Esta bolsa posteriormente se lleva a un banco de cordón
umbilical, donde se congelará, hasta el momento en el que sea necesaria para
salvar una vida.
Este
tipo de donación es aún una práctica incipiente en nuestra sociedad. En España,
el banco público dispone de unas 60.000 unidades almacenadas, según la
Organización Nacional de Trasplantes (ONT), pero se ha convertido el tercer
donante mundial de este tipo de material genético, tras EEUU y Taiwán. Además,
sólo en el banco Crio-Cord, el primero privado de conservación de células madre
en nuestro país, existen otras 55.000 unidades.
Visión
de futuro
Se
trata, sin embargo, de un porcentaje «ínfimo, dado que cada año nacen cerca de
medio millón de bebés en nuestro país», según Luis Madero, jefe del Servicio de
Oncohematología del Hospital Niño Jesús de Madrid y pionero en los trasplantes
con sangre de cordón umbilical en España. Hoy en día, se estima que entre el
90% y el 95% de las muestras de sangre de cordón umbilical se desechan tras el
nacimiento. Madero aconseja a los padres que guarden el cordón porque «aún no
somos capaces ni de imaginar hasta dónde llegaremos». Hoy hay miles de
intervenciones donde se usan estas células madre no embrionarias, especialmente
para curar enfermedades relacionadas con la sangre, como leucemias o anemias
graves. No se trata de ciencia-ficción. De hecho, el Hospital Infantil Niño Jesús
realiza trasplantes de células madre de cordón umbilical desde 1995.
El
primer trasplante lo hicieron con las células de un donante de Nueva York, pero
ahora los donantes son mayoritariamente españoles, algo que ocurre incluso en
muchas partes del mundo, porque estamos entre los tres principales
suministradores. Estas maravillosas células de bebés españoles han viajado para
realizar más de 1.300 trasplantes en el extranjero hasta la fecha, según los últimos
datos de la ONT. En el mundo, se han realizado ya 25.000 trasplantes con este
material genético, es decir, un 8% de estos casos ha encontrado donante en un
banco español.
En
España, se han realizado hasta la fecha cercas de 500 trasplantes de médula ósea
utilizando células de cordón umbilical. Se utilizan estas células porque tienen
muchas ventajas: poseen mayor capacidad de proliferación que las de adulto,
crean poco rechazo al trasplantarse, su generación es continua y, además,
suelen estar libres de virus, bacterias y células tumorales.
Para
el doctor Miguel A. Sanz, del departamento de Hematología del Hospital La Fe,
de Valencia, en los años 90 se empezó a barajar esta solución para los
pacientes con este tipo de enfermedades, con indicación de un trasplante de médula
ósea como única opción para curarse sino no disponían de un hermano compatible.
En 1997, abrieron en este hospital valenciano un programa pionero de trasplante
de cordón umbilical, que ya ha conseguido realizar 300 operaciones en adultos. «Esta
opción aumenta las posibilidades de encontrar un donante apropiado y en un
tiempo muy breve, de entre 2 y 3 semanas», comenta. Sanz ha tratado, entre
otros, a la presentadora de televisión Concha García Campoy, una de las
personas que se ha trasplantado con éxito en nuestro país.
Donantes
accesibles
El
doctor Sanz explica que «este tipo de trasplantes para determinados pacientes
es no sólo una alternativa: si no probablemente la mejor alternativa disponible».
España tiene una población menos homogénea genéticamente que otros países
europeos, «por lo que se hace más difícil encontrar un donante de médula o de
sangre compatible en un periodo de tiempo pequeño», explica este experto.
Beneficiarse un banco repleto de células madres de diferentes donantes abre un
mundo de enormes posibilidades para estos pacientes.
En
las situaciones más favorables, los expertos hablan de que estos trasplantes
pueden llegar a tener unos porcentajes de éxito alrededor del 70-80%, lo cual
es extraordinario si se tiene en cuenta que se trata de pacientes que morirían
de su enfermedad si no se trasplantasen.
Hoy
en día, estas células se utilizan para tratar más de 70 enfermedades graves,
principalmente leucemias, linfomas, anemias graves y desórdenes metabólicos
hereditarios, explica Susana Esteban, directora general de CrioCord. Y su
potencial es uno de los descubrimientos más esperanzadores de la medicina. La
siguiente aplicación médica de estas células podría ser en casos de esclerosis
lateral amiotrófica, isquemias e infartos de miocardio, diabetes tipo 1
infantil o parálisis cerebral,... Así lo vaticina el doctor Gregorio Garrido
Cantarero, jefe de Servicio de Área Médica de la ONT.
Los
ensayos clínicos en estas áreas están avanzados, aunque los especialistas
advierten de que todavía no son una realidad. «Si los pacientes que sufren
estas enfermedades desean ser tratados ahora mismo, por el momento su única
opción segura es formar parte de un ensayo clínico, a sabiendas de los efectos
adversos y del hecho de no obtener la curación deseada, si fracasa», comenta
Madero.
En
el caso de las enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson,
la investigación está en fases elementales, aunque prometedoras: «La ciencia
requiere su tiempo aunque tenga delante una mina de este calibre», afirma este
especialista.
«Hay
más de 4.400 estudios en marcha con células madre adultas», señala Esteban,
cuya empresa colabora con la investigación de estas técnicas en la regeneración
de cartílago y de parálisis cerebral infantil. Además, se está investigando
también el potencial de las células madre de la sangre del propio tejido del
cordón, no sólo de su preciado contenido, «con las que hay abiertas importantes
líneas de investigación en el campo de la medicina regenerativa», concluye.
Lucas,
dos años. Inmunodeficiencia severa. Un donante anónimo le salvó la vida
Lucas
tiene hoy dos añitos, y con tan solo tres meses fue diagnosticado de
inmunodeficiencia combinada severa. Su madre, Maite, nos cuenta que tenía solo
un mes cuando saltó la alarma. «Tras varias infecciones, Lucas fue
diagnosticado de síndrome de Ommen. La noticia fue horrible, devastadora, pero
nos dijeron que había una posibilidad por medio del trasplante de células de
cordón umbilical». «Su hermano se hizo las pruebas, pero no era compatible, así
que tuvimos que esperar para encontrar un donante», explica. «En un mes nos
dieron la gran noticia: habían encontrado un donante en el Banco de Cordón de
Barcelona compatible con Lucas».
El
trasplante se lo hicieron con seis meses, después de cuatro ingresado y en
aislamiento, solo con la compañía de su madre y las visitas de su padre y su
hermano. En ese tiempo, Maite quiso compartir con todos los amigos y familiares
que estaban pendientes de la salud de Lucas lo que iba sucediendo, a través del
blog «La pecerita de Lucas». «Fueron meses muy difíciles, y contar nuestra
experiencia nos ayudó a mi marido y a mi a llevarlo mejor, sabiendo que además
podíamos ayudar a otros padres en la misma situación».
Hoy
Lucas es un niño sano y feliz, que no recuerda nada de lo que le ha pasado, al
que le encanta disfrutar con sus compañeros de cole y con su hermano de toda
clase de juegos. Sus padres reconocen que lo vivido les ha servido para «exprimir»
cada minuto con el y disfrutar al máximo de su compañía.
Alba,
4 años Leucemia mieloblástica aguda. «Mi mundo se desmoronó cuando mi hija de 4
meses recibió quimio»
Con
solo dos meses, Alba no cogía peso. Dos meses más tarde, los análisis mostraron
anomalías graves, y llegó el diagnóstico: «Tiene leucemia mieloblástica aguda,
la más agresiva. Para su curación necesitará un transplante de médula ósea
previo tratamiento quimioterápico bastante agresivo. El porcentaje de curación
oscila entre el 40 y el 50%», unas palabras que se han quedado grabadas a fuego
en la memoria de Celia, su madre. «El mundo se me cayó encima. Mi hija apenas
tenia 4 meses. A los pocos días empezaron a darle el tratamiento de
quimioterapia, cada ciclo consistía en administración del fármaco durante 8 días
consecutivos. El primer ciclo fue más o menos bien, dentro de lo que cabe,
claro. Nos aislaron en una habitación especial, solo Alba y yo, y de visita su
padre», recuerda Celia. El segundo ciclo fue peor. La niña cogío una infección
por una bacteria bastante agresiva justo en el momento en que sus neutrófilos
estaban a cero, es decir que su cuerpo no disponía de defensas para combatirla.
Después
de esta dura experiencia, que mantuvo a Alba en la UCI del Hospital Virgen de
la Salud, de Toledo, más de 20 días, apareció el primer donante, que resultó no
ser compatible. Y volvieron las malas noticias. Alba tenía la leucemia mieloblástica
aguda M0, la de peor pronóstico, que solo afecta a un 35% de los casos. «Los médicos
nos dijeron que ellos solo habían tenido 10 casos, de los que solo uno estaba
vivo, que no curado», explica Celia.
El
Complejo Mayor de Histocompatibilidad (HLA) de Alba era raro, complicado para
encontrar donante, y su cuerpo estaba muy afectado ya por la quimioterapia como
para soportar bien más sesiones. «Desde el principio mi idea era tener otro
hijo para poder salvar a Alba, pero en nuestro caso esa opción no era viable
por falta de tiempo, el trasplante había que hacerlo antes de que mi embarazo
llegara a término», explica Celia.
Pero
no cabía rendirse, los padres de Alba se movilizaron para pedir que la gente se
hiciera donante por todos los medios posibles: reportajes en televisión, ayuda
de amigos y familiares, de la gente de su entorno y de gente de toda España que
se solidarizó con su caso. Al poco tiempo llegó la noticia, tenían un donante
compatible de un banco de Estados Unidos. El trasplante se llevó a cabo cuando
Alba tenía ocho meses, y ahí empezó un nuevo proceso en el que la pequeña tuvo
que superar muchas complicaciones: un rechazo tras el trasplante, un episodio
de paro cardiaco, convulsiones. Pero todo eso pasó y, muy poco a poco, Alba fue
recuperando su salud. Por fin el hospital dejo de ser la casa de Alba, que para
entonces ya había pasado allí más de la mitad de su vida. «Así es Alba,
reacciona salvajemente para mal, pero a la vez salvajemente para bien», define
su madre con una mezcla de amargura y alegría. Hoy, con cuatro años, es una niña
completamente sana, muy sociable y alegre, a la que le encanta ir al colegio y
disfrutar de estar en la calle. Su madre dice que es un milagro, pero ella ya no
se acuerda.
Candela
salvó la vida a su hermano Pedro
El
pequeño Pedro tiene cuatro años. Le «debe» la vida a su hermana Candela, que
nació «preparada» para curarle. Aunque la enfermedad de Pedro, anemia de
Blackfan-Diamond, le fue diagnosticada hace tan solo tres meses, desde el
momento del nacimiento necesito continuos controles y, a partir del tercer año,
transfusiones de glóbulos rojos cada seis semanas. «La posibilidad del
trasplante fue la primera opción que nos mencionaron desde el principio para curar
a Pedro, así que, cuando me quedé embarazada de Candela, nos pusimos en
contacto en seguida con un banco privado, Crio-cord, que nos ofreció la
conservación del cordón de forma gratuita, acogiéndonos a su programa familiar»,
explica Elena, su madre. «Fue una milagrosa coincidencia, nos enteramos casi a
la vez de la necesidad del trasplante y del embarazo», añade.
La
buena noticia vino acompañada de otros contratiempos: «Nos encontramos con el
problema de que en los hospitales de la seguridad social no nos garantizaban la
recogida del cordón, aunque nosotros asumiésemos los gastos de recogida,
conservación, etc. Por ello tuvimos que buscar una ginecóloga de la sanidad
privada, que atendiese partos en la pública y así asegurarnos de que el cordón,
en el caso de que fuesen compatibles, se destinara a Pedro».
Así
fue como Candela se convirtió en una doble alegría para sus padres, más aun
cuando, a medida que avanzaba el embarazo, descartaron que ella padeciera la
enfermedad de su hermano y, cuando nació supieron que era completamente
compatible con Pedro. «¡Eran idénticos! Los médicos nos dijeron que eso solo
ocurre con uno de cada cuatro hermanos», cuenta Elena emocionada. Con esa buena
noticia llegaron al Niño Jesús, donde les prepararon para el trasplante, explicándoles
los riesgos y beneficios de la intervención. «El 15 de abril ingresamos en la
sala 1 del centro Maktub del hospital y, tras treinta y tres días asistidos por
un equipo de médicos y enfermeras excepcional, para el que solo tengo palabras de
gratitud, salimos felices con nuestro hijo por fin curado», explica Elena.
Hace
muy poco tiempo que la vida de esta familia ha dado un cambio radical, pero ya
parece que lo que han pasado ha quedado muy lejos. «Desde que era un bebé,
Pedro ha vivido de visita en visita médica, y eso le ha hecho muy fuerte y
valiente. Sorprendentemente, él ha sido el primero que ha normalizado la
situación, siempre ha sido consciente de que estaba 'malito'», cuenta Elena. «Nos
ha dado fuerzas a todos, incluso en los momentos más duros. Durante la estancia
en el hospital, solo hubo tres o cuatro días en los que estaba cansado, el
resto los pasó jugando al futbol, cantando y bailando con los médicos y
enfermeras», añade Elena.
Centros
a su alcance
En
nuestro país, están autorizados los siguientes bancos públicos: Santiago de
Compostela (recoge también de Asturias y Castilla y León)Barcelona (para toda
Cataluña, Aragón, Baleares, Cantabria, Navarra y Extremadura)Madrid (también
para La Rioja)Málaga (toda Andalucía, Murcia y Castilla la Mancha)Valencia, País
Vasco y Tenerife (para toda Canarias).
Además,
existen bancos privados: Crio-Cord, Vidacord e IVIDA (en Madrid), Sevibe (en
Gerona) y StemCell (en Valladolid).
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