Matthew
J. Press lo ha sufrido en primera persona tanto desde su perspectiva de médico
como de paciente, por eso sabe bien de lo que habla cuando se refiere al
"silencio de la bata blanca".
El
fenómeno, que impide a muchos pacientes formular sus dudas cuando se encuentran
en un entorno sanitario, se debe a una mezcla de ansiedad, intimidación, temor
y vulnerabilidad y levanta una auténtica barrera para una adecuada
comunicación, subraya el especialista en Salud Pública del Weill Cornell
Medical College de Nueva York, que ha acuñado este término utilizando una
analogía con la conocida 'hipertensión de la bata blanca' (la elevación de la
tensión arterial que sufren muchos enfermos al pisar un centro de salud o un
hospital).
"Muchos
profesionales probablemente no son conscientes de que el silencio de un
paciente durante una visita no siempre supone comprensión. También puede
significar que no están entendiendo determinados aspectos de su tratamiento y
no se atreven a preguntar", explica a ELMUNDO.es Press, que publica esta
semana en 'JAMA' un artículo sobre las dificultades de entedimiento que se dan
en las consultas.
La
tradicional dinámica paternalista que siguen utilizando muchos profesionales y el
temor de los pacientes a ser calificados como "difíciles" si sus
preguntas resultan molestas o invasivas en ocasiones crean muros que dificultan
esa fluidez de información que resulta necesaria para ambas partes, asegura
Press.
Asimetría
de poder
"Internet
ha permitido a los pacientes estar mejor informados, lo que probablemente ha
ayudado a reducir esa relación paternalista entre paciente y médico. Pero en
ocasiones sigue existiendo una clara asimetría de poder en la relación",
comenta.
Coincide
con su punto de vista Rafael Casquero, coordinador del Grupo de Trabajo de
Comunicación de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria
(SEMERGEN).
"La
red ha influido mucho. El paciente está más informado y es más exigente en el
sentido de que pide más información. Y esto es positivo aunque haya médicos
chapados a la antigua que no sepan entender que el paciente quiere saber",
apunta el especialista.
Tanto
Press como Casquero coinciden en señalar que, en muchas ocasiones, las barreras
se levantan desde el lado de la consulta en la que se sienta el profesional
sanitario.
Para
aclarar adecuadamente las dudas de sus pacientes, los médicos necesitan un
tiempo que habitualmente es muy escaso. Y esa sensación de tener que agilizar
las consultas puede limitar la accesibilidad del profesional, indica Press.
Además, continúa, muchas dificultades también se deben a que algunos
especialistas creen determinadas preguntas cuestionan su profesionalidad o,
simplemente, son incapaces de hacerse entender utilizando términos no
científicos. "Algunos médicos pueden sentirse desafiados por determinadas
cuestiones, no tienen los datos necesarios para responder a una pregunta en un
momento determinado o no tienen la capacidad para traducir los datos médicos a
un lenguaje que el paciente pueda comprender", señala Press.
En
un estudio realizado por Casquero hace un par de años, los tres 'reproches' que
más realizaban los pacientes a sus doctores eran, precisamente, la falta de
tiempo, el uso de un lenguaje excesivamente técnico y la 'frialdad en la
atención'.
"Hasta
hace poco, sólo importaba la formación técnica de los médicos. Pero de un
tiempo a esta parte se ha visto que los pacientes valoran mucho la empatía, la
forma en que el médico les trata humanamente. Eso también es fundamental",
comenta Casquero.
Afortunadamente,
añade, cada vez hay más profesionales interesados en esta faceta, en conocer
las herramientas de comunicación que permitan establecer un vínculo terapéutico
adecuado, subraya.
Consejos
En
su artículo, Press sugiere algunas soluciones para derribar las barreras en las
interacciones entre médicos y pacientes. La primera pasa por usar distintos
métodos que garanticen la comprensión del paciente, como pedirles que repitan
los puntos claves de la terapia o las recomendaciones indicadas. También puede
ser útil llevar a cabo programas que ayuden a los profesionales sanitarios a
adaptarse al nivel cultural de sus pacientes y a afrontar determinadas
preguntas que puedan considerar incómodas (como si ha realizado muchas veces
una determinada intervención o cómo ha sido su formación).
Sin
embargo, para este especialista las trabas sólo se acabarán cuando "los
sistemas sanitarios cambien y se cree un modelo centrado por completo en el
paciente".
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