Un
comité del Gobierno japonés ha aprobado el primer ensayo clínico del mundo
usando células pluripotentes inducidas (iPS) humanas, lo que puede ampliar los
horizontes de la medicina regenerativa. El comité ha dado el visto bueno a la
solicitud presentada conjuntamente por el Instituto RIKEN de Investigación y la
Fundación para Investigación Biomédica de cara a estudiar la posibilidad de
regenerar la retina humana mediante estas células, que tienen la capacidad de
convertirse en cualquier tipo de tejido. El estudio podría comenzar este mismo
año, ya que solo es necesaria la aprobación final del Ministro de Salud,
Trabajo y Bienestar, Norihisa Tamura.
El
proyecto consiste en extraer muestras de piel humana y a partir de éstas
extraer células iPS. Esas células serían programadas para que se transformen en
tejido de la retina, que sería implantado después en pacientes que sufren una
degeneración en la mácula relacionada con la edad. Este problema, que
actualmente afecta a unas 700.000 personas en Japón, viene provocado por daños
en la retina y conduce a una pérdida de visión.
La
noticia, dice Felipe Prósper, del Laboratorio de Terapia Celular de la Clínica
Universitaria de Navarra, va en la línea de otras que se han ido produciendo en
los últimos meses. Así, señala este investigador, hace pocos meses en editorial
en la revista Nature hablaba de los «esfuerzos de las autoridades niponas para
acelerar los procesos reguladores para los tratamientos con terapias celulares»,
y hace apenas un mes se publicó el British Medical Journal «el primer caso de
una paciente con infarto de miocardio tratado con terapia celular con células
IPs».
Apuesta
firme
Por
eso, subraya, «la noticia es muy importante y refleja una apuesta firme por la
terapia celular». Prósper reconoce que este estudio suponen avanzar en lo que
todo el mundo espera que vaya la investigación con estas células. Además,
explica, «la enfermedad elegida es la degeneración macular, la única patología
que ya ha sido tratada con células madre embrionarias», cuyos resultados se
publicaron en The Lancet. «No hay que olvidar que apenas han pasado 8 años
desde que se descubrieron las células iPS y ya estamos hablando de ensayos clínicos».
Ahora bien, advierte, se trata de un ensayo en fase I, «pero no hay duda de que
es muy importante».
El
hallazgo de las células iPS es el que ha abierto la puerta a que este instituto
solicitara en 2012 hacer el primer estudio clínico de la historia en humanos
empleando este hallazgo genético, que en el futuro puede conducir a enormes
avances en la medicina regenerativa y personalizada. El pionero en generación
de iPS, el japonés Shinya Yamanaka, fue galardonado en 2012 con el Premio Nobel
de Medicina por el método que desarrolló para crear este tipo de células
mediante la reprogramación de células ya maduras. Esto resuelve en principio el
problema ético de trabajar con células madre de embriones que, como las iPS,
también poseen la capacidad de transformarse en cualquier tipo de célula.
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