Hoy
se celebra el Día Mundial del Cáncer de próstata, una enfermedad que afecta en
Europa a 1 de cada 6 varones y que se calcula que cada año tiene una incidencia
en España de 20.000 casos. Aun así este tipo de tumor es, en Europa, la segunda
causa de muerte por cáncer en varones, por detrás del de pulmón. Sin embargo,
si se diagnostica a tiempo, su tasa de curación alcanza el 80%.
Se
trata de un tumor que apenas da síntomas, por lo que el diagnóstico resulta en
muchas ocasiones muy complicado. Así lo reconoce Sofía Vivancos, del Hospital
Universitario de Canarias: el principal reto del diagnóstico precoz del cáncer
de próstata es que, en la mayor parte de los casos, se trata de una enfermedad
silente, es decir, que no provoca síntomas reconocibles. «El cáncer de próstata
comienza a dar sintomatología, normalmente, en una fase ya avanzada.
Habitualmente, los pacientes suelen ser diagnosticados en las revisiones periódicas
y por eso es tan importante la realización del cribado o screening a partir de
los 40 años».
De
esto sabe mucho Toribio, al que diagnosticaron un cáncer de próstata en fase
avanzada y tuvo que ser sometido a cirugía radical. «Yo no sabía apenas nada
sobre esto; ni PSA, ni tacto rectal, ni de cribado, ni nada de nada», dice. Y,
de pronto, «todo de golpe». Le diagnosticaron un tumor de próstata en una
revisión, «nunca iba al médico porque nunca estaba enfermo», y ya estaba
avanzado.
El
diagnóstico del cáncer de próstata comienza a realizarse a través del tacto
rectal y de una analítica de sangre en la que se solicita el PSA (Antígeno
Prostático Específico). «Las primeras pruebas de detección se pueden realizar
en la consulta del médico de atención primaria. Por lo tanto, es muy importante
concienciar a estos especialistas para que deriven a las consultas del urólogo
a aquellos pacientes en los que, a través de esta primera evaluación, se tenga
la sospecha de la presencia de este tumor», señala Vivancos.
Información,
información
Falta
de información en general es lo que demanda Toribio, y sobre todo, señala, «falta
de información sobre los efectos secundarios de los tratamientos, pero también
sobre el cáncer». Todavía recuerda como ha sido todo su proceso: «no te cuentan
casi nada, al menos a mí, sobre la incontinencia y la impotencia, efectos
secundarios muy frecuentes. Y, por eso, no estás preparado para hacerlos frente».
Afortunadamente Toribio ha podido con todo, aunque la cuesta mucho hablar de
ello. «Y eso está mal; no se habla de la enfermedad; se oculta, incluso a tus
amigos y terminas por encerrarte en casa, sin querer salir y si hacer nada».
Es, como dice Toribio, el tumor de la vergüenza. Otros tumores, dice, tienen más
presencia, como el de mama, pero del de próstata no quiere hablar casi nadie.
Y
dos últimos consejos. Primero, dice Toribio, «para todas aquellas personas que
estén pasando por lo que pasado yo. Que hablen, que lo cuenten y que no se
encierren en casa». Así lo hizo él, que trabaja como voluntario a en un banco
de alimentos. El segundo, y esto lo tiene preparado, es para el Metro de
Madrid, extensible a los de otras ciudades: «¿qué les cuesta poner aseos en las
estaciones. Cuando sufres incontinencia, como consecuencia de un tratamiento
para el cáncer de próstata o por cualquier otra razón, muchas veces no salimos
porque no tenemos donde ir al servicio. De verdad, ¿sería mucha molestia?».
¿Cómo
prevenir?
Existen
algunos factores de riesgo que hay que tener en cuenta:
Raza:
el cáncer de próstata presenta grandes variaciones de incidencia según la zona
del mundo. En Europa son los escandinavos los que mayor incidencia presentan.
En los paises del sur como España, Grecia o Italia presentan una tasa de cáncer
de próstata más baja. Es más frecuente
en afroamericanos que en blancos americanos. Los hombres de ascendencia
asiática o los habitantes de las islas del Pacífico tienen las tasas más bajas
de incidencia y mortalidad.
Herencia:
se estima que un 10% de los casos de cáncer de próstata pueden presentar un
componente hereditario.
Edad: es una enfermedad que,
fundamentalmente, afecta a varones con edad avanzada. El 75% de los casos son
personas mayores de 65 años. Algunos expertos dicen que si se viviera 100 años
todos los varones tendrían cáncer de próstata.
Hormonas:
el inicio y la progresión están influenciados por los andrógenos
(testosterona). Se sabe que estos tumores disminuyen o desaparecen cuando lo
hacen los niveles de dicha hormona.
Dieta:
hay evidencia que sugieren que las dietas con alto contenido en grasas podrían
aumentar el riesgo de cáncer de próstata.
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