"Uno
no espera tener tal cantidad de lesiones. No nos trastornan en gran medida,
aunque sí perturban el equilibrio del equipo. Vamos a tener que repensar con
qué equipo jugar, pero cuando se ponga en marcha no habrá que
preocuparse". - Sir Alex Ferguson (noviembre de 2011).
Por
primera vez en la historia de la Premier League, el título de la temporada
2011-2012 se decidió por la diferencia de goles. Después de 38 partidos,
Manchester City y Manchester United empataban a puntos al frente de la tabla de
clasificación. Mismas victorias, mismos empates, mismas derrotas. Los citizens
se llevaron la copa coronada de 15 kilos a su sala de trofeos por un pequeño
puñado de goles de diferencia. Se podría pensar que la igualdad entre estos dos
equipos fue tan grande que cualquiera podría haber ganado la competición
durante esa temporada.
Sin
embargo, hay un dato en el que los diablos rojos y sus molestos vecinos no
puntuaron igual: las lesiones. Aquella temporada, el United fue el equipo que
más lesiones acumuló de toda la Premier. Los de Ferguson sufrieron nada menos
que 39 lesiones relevantes (al menos dos semanas de baja) que sumaron un total
de 1.681 días de baja entre todos los jugadores del equipo, según recoge la web
especializada Physio Room. Vidic, el capitán y muro de su defensa, se perdió 23
partidos por culpa de los ligamentos; Fletcher, 22; Owen, 19; y Rafael, 26.
También cayeron Ferdinand, Nani, Rooney, Carrick, Valencia, Park y un
larguísimo etcétera hasta llegar al inmortal Giggs, que se perdió seis
encuentros.
Mientras,
el City sufrió sólo 7 lesiones en la temporada y 186 días de baja en total, una
décima parte que sus rivales. El equipo de Roberto Mancini fue el club que
menos tuvo que usar la camilla de toda la liga inglesa y fue el que se llevó el
campeonato. Ante los medios, Ferguson trataba de quitarle importancia pero sin
esa plaga bíblica que golpeó a su equipo la Premier hubiera sido suya. El
escocés, muy en su línea, prefería echarle la culpa a Mancini y a su influencia
sobre los árbitros mientras su vestuario se convertía en el hospital de campaña
de los alemanes en Stalingrado.
El
mejor entrenador es el que aleja a sus jugadores de la enfermería. Contando con
su equipo técnico, obviamente. A la hora de fichar al míster, los presidentes
deberían fijarse primero en el número de lesiones que tienen en sus equipos
cada temporada, porque se trata de uno de los factores más determinantes del
fútbol. Por un lado parece obvio y por otro lo olvidamos con demasiada
frecuencia. Sin embargo, por primera vez tenemos un estudio serio con el que
atizarle a los responsables de los clubes para que lo capten.
Los
grandes de Europa
"La
prevención de lesiones debe ser la máxima prioridad para el cuerpo técnico.
Nuestros datos muestran claramente que cuando un equipo logra mantener baja la
carga de lesiones, las posibilidades de éxito del equipo en esa temporada se
incrementan notablemente", explica el investigador sueco Martin Hägglund.
Acudimos a él porque, junto a su equipo de la Universidad de Linköping, acaba
de publicar un trabajo científico de los que, como dice el tópico, marca un
antes y un después. Con respaldo de la UEFA, Hägglund consiguió que el equipo
médico de los 24 clubes más importantes de Europa (Real Madrid, F.C. Barcelona,
Bayern, Borussia, Milan, Inter, Juve Liverpool, Chelsea... todos los grandes)
le mantuviera mensualmente informado de la situación médica de todos sus
futbolistas entre los años 2001 y 2012.
En
esas once temporadas, durante más de un millón de horas expuestos a percances
en competición y en entrenamientos, los jugadores sufrieron 7.792 lesiones
(3395 entrenando, 4397 en partidos). De media, los futbolistas estuvieron
disponibles para saltar al campo en el 86% de los partidos. Lo bueno del big
data, el análisis de ingentes cantidades de información, es que se puede cruzar
y procesar en tantas direcciones que puede ser infalible a la hora de
proporcionar conclusiones.
En
el caso de Hägglund, encontraron una fuerte correlación (negativa, claro) entre
el número de lesiones y el éxito deportivo: "Hemos sido capaces de
demostrar científicamente que si un equipo logra mantener bajo el número de
lesiones, las posibilidades de éxito en su liga y en copas internacionales se
incrementa notablemente", determina Hägglund. "Muchos de los que
trabajamos dentro de la familia del fútbol pensábamos que la prevención de las
lesiones y el éxito del equipo van de la mano, pero ahora hemos proporcionado datos
concretos de esa correlación en uno de los estudios epidemiológicos más grandes
entre equipos de alto nivel", asegura este investigador y fisioterapeuta.
Invertir
en salud, invertir en éxitos
Hägglund
consiguió montar este proyecto permanente de supervisión de las lesiones en los
grandes clubes gracias a la creciente preocupación de la UEFA por el estado
físico de los futbolistas. Según lo entiende este investigador sueco, los
clubes profesionales deben invertir mayores recursos en mantener a sus
empleados sanos "y ahora les hemos proporcionado un incentivo más fuerte
para hacerlo". "El éxito del equipo en las competiciones nacionales e
internacionales es la principal prioridad del deporte profesional y ahora hay
pruebas de que se puede lograr este objetivo dando prioridad al trabajo
preventivo contra las lesiones", defiende.
Lo
que habría que trasladar a la mentalidad del mundo del fútbol es que cada
partido que se pierde un jugador es un lastre para todo el equipo y, sobre
todo, un tropiezo que se puede evitar. La mayoría de las lesiones se dan en los
músculos y tendones que van de los isquiotibiales a la ingle, junto a los
esguinces en los ligamentos y los problemas en las articulaciones de la rodilla
y el tobillo. Y la medicina sabe ya que todas son lesiones que se pueden evitar
con una adecuada prevención, junto a otros muchos factores que están
descubriéndose estudio a estudio, desde estrenar botas a jugar demasiados
minutos en una temporada.
Ahora
también sabemos que, entre la élite europea, es más común lesionarse en
partidos perdidos y empatados, que cada equipo tendrá por temporada unos siete
desgarros en los isquios y que sufrirá unas ocho o nueve lesiones graves (más
de cuatro semanas de baja). Datos que desmienten, además, el tópico de que el
fútbol es cosa de lloricas: en comparación con otros deportes, "la
incidencia de lesiones durante un partido entre futbolistas profesionales es
alta".
Prevenir
lesiones, mejor que llorar al árbitro
Otro
ejemplo infalible de la importancia de la prevención son las lesiones mal
curadas: a mediados de la década pasada la tasa de recaídas superaba el 20% y
en la actualidad ronda el 12%. "Esto debería proporcionar un fuerte
incentivo para que los entrenadores y directivos sigan invirtiendo en sus
departamentos médicos y en recursos para desarrollar un trabajo preventivo
continuo y a largo plazo", reclama Hägglund. Las lesiones no son
fortuitas, no son cuestión de suerte, hasta las lesiones derivadas de una grave
entrada o un mal gesto pueden mitigarse.
El
mayor interés del estudio está en que no se comparan equipos distintos, con
diferentes capacidades deportivas y económicas (plantillas más amplias para
rotar jugadores o más infraestructura para fichar fisios, por ejemplo). Se
comparan consigo mismos, con su propio rendimiento temporada a temporada en
función de la carga de lesiones y de la gravedad de las mismas.
Cuando
los equipos reducen el daño, mejoran su posición en el campeonato nacional y
aumentan su coeficiente de UEFA, lo que implica que llegan más lejos en Champions
o Europa League. La pasada temporada, las lesiones se dispararon un 400% entre
los jugadores del City y no lograron revalidar el título. Ese mismo año, el
último de Ferguson en el banquillo de Old Trafford, el Manchester United redujo
su carga de lesiones en un 35% y ganaron una posición, haciéndose con la
Premier. Y más de uno pensando en los árbitros.
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