El
tiempo libre del que disponemos en verano puede ser una oportunidad perfecta
para centrarse en el cuidado de la espalda a través de gestos tan sencillos
como sonreír o hacer estiramientos a diario, según la especialista en
Fisioterapia del Hospital Quirón de Torrevieja, Marta Leyda. Factores más
comunes en invierno como las prisas, los atascos, las constantes preocupaciones
o las emociones mal gestionadas pueden hacer que "el tono de los músculos
aumente y, con el paso del tiempo, provoquen dolor, acortamiento muscular o
sensación de rigidez y bloqueo", ha señalado la especialista en un
comunicado.
Llevar
una vida sedentaria y coger peso de forma inadecuada también aumenta la
probabilidad de que aparezcan molestias en el cuello o en la parte baja de la
espalda, algo que, según Leyda, "no es ni más ni menos que un grito
silencioso para que dejemos de maltratarlos y nos replanteemos cómo queremos
hacer las cosas".
Tampoco
las personas desempleadas se libran de estas dolencias, ya que "la
intranquilidad y desasosiego que les genera pensar en su futuro y el de su
familia, les causa una tensión que puede desembocar en dolor de espalda y otras
molestias musculares", ha proseguido.
Para
evitarlas, esta experta fisioterapeuta ofrece estrategias como empezar el día
desperezándose durante varios minutos o realizar estiramientos cada día, además
de practicar un deporte con el que realmente se disfrute, que no resulte una
obligación.
Para
ello, propone buscar espacios naturales como la playa o la montaña para hacer
esos ejercicios, los cuales ayudan a disminuir la rigidez y a aumentar la
fuerza y resistencia de nuestros músculos, además de liberar hormonas como las
endorfinas o la serotonina.
La
parte psicológica también influye directamente en el bienestar físico, por lo
que Leyda aconseja sonreír y, siempre que se pueda, reír con los amigos, ya que
una sonrisa "supone menos gasto energético a nivel muscular que poner cara
de preocupación o enfado".
También
es importante mantener la mente flexible y libre de responsabilidades y
obligaciones innecesarias.
En
este sentido, ha indicado que se debe disfrutar de tiempo libre para nutrir
nuestro niño interior con masajes o ejercicios de relajación.
Otra
clave es disminuir nuestro ritmo de vida, aprovechando que en vacaciones no hay
horarios tan estrictos, y poner una atención plena en todo lo que se haga.
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