Estudiar
el cerebro supone enfrentarse a un complejo sistema de neuronas y miles de
millones de conexiones. Muchas veces solo se puede estudiar en cultivos de un
solo tipo de célula, con lo que se pierde el «realismo», o bien en animales
vivos o a veces en seres humanos, con todas las dificultades que eso implica.
Ahora,
un equipo de investigadores de la Universidad de Tufts, en Boston, Estados
Unidos, ha desarrollado un modelo tridimensional vivo que pretende imitar al córtex
cerebral de una rata. (Este es el curioso aspecto del cerebro artificial).
Según
el estudio, publicado esta semana en la revista «Proceedings of the National Academy
of Sciences» (PNAS), la imitación está bastante lograda. Tiene materia blanca
(dendritas o ramas de las neuronas) y gris (somas o cuerpos de las neuronas)
compartimentada y diferenciada en zonas. Da respuestas bioquímicas y fisiológicas
a los estímulos y sobrevive en el laboratorio durante más de dos meses.
Está
constituido por un armazón poroso rígido de un compuesto similar a la seda en
el que se anclan neuronas de la corteza de la rata. Por otro lado, una matriz
de gel de colágeno permite que los axones se interconecten y sobrevivan. Además,
acoplaron módulos circulares en anillos concéntricos para simular la formación
de capas del neocórtex.
Según
los investigadores, este modelo permitirá estudiar en vivo las funciones
cerebrales, las respuestas a las enfermedades y a los fármacos. Según el
director de la investigación, David Kaplan, «Este modelo ofrece una oportunidad
única para mapear eventos neurofisiológicos en tiempo real y estudiar la función
cerebral en el laboratorio», por lo que se entiende que este diseño puede
marcar un antes y un después en el campo de la neurobiología.
Por
ejemplo, cuando se dejó caer un peso sobre el modelo de tejido para simular una
lesión traumática del cerebro, el tejido liberó altos niveles de glutamato, un
neurotransmisor emitido por las células tras el daño cerebral.
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