Un
test que se realiza a través de las fosas nasales puede diagnosticar con
rapidez y precisión la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ), una patología
neurodegenerativa incurable y finalmente fatal, según concluye un estudio
realizado por investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) que se
publica «The New England Journal of Medicine».
Hasta
ahora, un diagnóstico definitivo de ECJ requiere pruebas de tejido cerebral
obtenidas después de la muerte o por biopsia en pacientes vivos. La ECJ es una
enfermedad criónica y este tipo de enfermedades se originan cuando, por razones
que no se entienden, las moléculas de proteína priónica normalmente inocuas se
vuelven anormales y se reúnen en grupos, afectando tanto a animales como a
personas.
Vacas
locas
Las
enfermedades priónicas humanas incluyen una variante familiar y esporádica de
ECJ. La forma más común, la ECJ esporádica, afecta a un estimado de una persona
entre un millón al año en todo el mundo. Otras enfermedades priónicas incluyen
temblores en las ovejas; caquexia crónica en ciervos, alces y alces; y la
encefalopatía espongiforme bovina (EEB), conocida como 'enfermedad de las vacas
locas', en el ganado.
Los
científicos han asociado la acumulación de estos grupos con el daño tisular que
provoca agujeros como de esponja en el cerebro. «Este emocionante avance mejora
notablemente las pruebas de diagnóstico disponibles para la ECJ que son menos
fiables, más difíciles de tolerar para los pacientes y requieren más tiempo
para obtener resultados --afirma Anthony S. Fauci, director del Instituto
Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) del NIH--. Validándola
de forma adicional, esta prueba tiene potencial para usarse en el ámbito clínico
y la agricultura».
Diagnóstico
sencillo
Una
prueba de diagnóstico de fácil uso permitiría a los médicos diferenciar
claramente las enfermedades causadas por priones de otras patologías del
cerebro, según el autor principal del estudio, Byron Caughey, científico del
NIAID. Aunque no hay tratamientos específicos para la ECJ, las perspectivas de
su desarrollo y eficacia podrían mejorarse mediante un diagnóstico precoz y
preciso.
Además,
una prueba que identifica a las personas con diversas formas de enfermedades de
priones podría ayudar a prevenir la propagación de las patologías priónicas en
y entre especies. Por ejemplo, se sabe que las enfermedades priónicas humanas
se pueden transmitir a través de procedimientos médicos como transfusiones de
sangre, trasplantes y la contaminación de los instrumentos quirúrgicos, además
de que algunos individuos han contraído la variante de la ECJ después de la
exposición al ganado infectado con EEB.
El
estudio de NIAID incluyó 31 muestras nasales de pacientes con ECJ y 43 muestras
nasales de personas con otras enfermedades neurológicas o sin ninguna patología
neurológica. Las muestras fueron recogidas principalmente por Gianluigi Zanusso
y sus colegas de la Universidad de Verona en Italia, que desarrollaron la técnica
por la parte interna de la nariz para recoger neuronas olfativas conectadas al
cerebro. Posteriorment identificaron correctamente a 30 de los 31 pacientes con
ECJ (el 97% de sensibilidad) y mostraron correctamente resultados negativos
para todos los 43 pacientes que no padecían la ECJ (100% de especificidad).
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