Reducir
el número de personas que no tiene acceso a letrinas o unas instalaciones
sanitarias mínimas es uno de los Objetivos del Milenio que la ONU se fijó para
2015. Sin embargo, según datos de la Organización Mundial de la Salud, en 2011
más de mil millones de personas seguían defecando al aire libre, una práctica
que se asocia con la difusión de enfermedades como el cólera, la disentería o
la transmisión de parásitos intestinales. A meses vista de que se cumpla la
fecha, tanto gobiernos como ONG dan por hecho de que el reto no se podrá
cumplir, en parte porque el problema no es solo una cuestión de
infraestructuras. Un trabajo publicado esta semana en la revista PLoS Medicine
da cuenta del enorme desafío que supone.
El
equipo liderado por Sumeet Patil, de la Escuela de Salud Pública de la
Universidad de California, ha evaluado los efectos de una de las campañas que
se han llevado a cabo en la India para tratar de mejorar el acceso a soluciones
sanitarias. El país asiático es uno de los focos del problema, aunque desde
finales de los años 90 ha implementado varios programas para mejorar la
situación. Uno de ellos, denominado India's Total Sanitation campaign se
desarrolló, entre otros estados, en la zona de Madhya Pradesh, una de las más
desfavorecidas del país. "El objetivo de este programa es que en la India
rural no se defecara en la calle. La meta en cada pueblo es asegurar que en
todos los vencidarios, colegios, etc. se utilicen los baños al igual que otras
infraestructuras y servicios sanitarios. Con esta medida se esperaba
incrementar la salud infantil, al igual que mejorar la dignidad y privacidad de
las personas. Porque la mayoría de las enfermedades transmitidas por el agua se
pueden prevenir ofreciendo suministros de agua segura, higiene y sistemas
sanitarios", explica a EL MUNDO Patil.
Sin
embargo, a juzgar por los resultados del trabajo, el logro no ha sido tan
contundente. Según los datos de los investigadores, tras la campaña, se incrementaron
los hogares con instalaciones higiénicas en un 19% y el porcentaje de adultos
que hacía sus necesidades en la calle pasó del 84% al 73%, un éxito muy modesto
comparado con las expectativas. Además, estos resultados no tuvieron ningún
efecto sobre la salud de los niños de la zona, medido en parámetros como el
crecimiento, la anemia o la prevalencia de enfermedades intestinales.
Uno
de los datos más llamativos del trabajo es que un porcentaje significativo de
aquellos que construyeron letrinas en su hogar continuaron defecando al aire
libre. El problema no es sólo la falta de acceso a instalaciones adecuadas,
aunque esta perspectiva es muy importante, subrayan los investigadores. Es
necesario tener también en cuenta la perspectiva cultural, y analizar cómo es
posible hacer llegar a estas poblaciones un necesario "cambio de
comportamientos".
"Nuestro
estudio presenta un relato de lo difícil que puede ser alcanzar una cobertura
universal y la eliminación de la defecación al aire libre para estos programas",
señalan en las páginas de la revista médica.
Pese
a todo, reconocen que su trabajo tiene algunas limitaciones a tener en cuenta,
como el hecho de que el seguimiento se realizó 21 meses después de haber
concluido el programa, lo que quizás no haya dado margen para la implementación
completa de nuevos hábitos y que los progresos se compararon con lugares en los
que la falta de sanitarios tampoco era total.
En
un artículo que acompaña al estudio, Clarissa Brocklehurst, del departamento de
Salud Pública Global de la Universidad de North Carolina (EEUU) subraya que,
pese a que el estudio muestra que el problema es, en ocasiones, "más un
problema de comportamiento que de ladrillos y cemento", no hay que cejar
en el empeño de mejorar el acceso a instalaciones sanitarias en todo el mundo.
"No
hay tiempo que perder. Si hay que salvar a generaciones de niños de los
problemas y las enfermedades que provoca, y hay que salvar a generaciones de
mujeres y niñas de la indignidad y el riesgo que la defecación al aire libre
conlleva [dos niñas fueron violadas y asesinadas en la India cuando buscaban un
lugar apartado para hacer sus necesidades], centrarse en el problema de acceso
sanitario debe ser una de las mayores prioridades de La India", sostiene.
Por
otro lado, existen otras medidas en las que hay que hacer hincapié para evitar
las enfermedades que matan a millones de niños. Como señala a este periódico
Sumeet Patil, también habría que llevar a cabo "tratamientos para el
consumo de agua, enfatizar en el lavado de manos con jabón, abastecimiento de
agua corriente... Todas estas medidas reducen las infecciones entéricas.
Cambiar comportamientos es algo muy complejo y no hay nadie que tenga un modelo
con eficacia demostrada. No obstante, los defensores de la iniciativa Community
Led Total Sanitation (CLTS) [programa para eliminar la defecación en las
calles] citan su éxito en Bangladesh en el cambio de conductas, pero yo no
conozco ningún estudio de investigación rigurosa sobre esto", concluye.
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