Ranas,
perros, ballenas, caracoles: todos estos animales tienen la capacidad de
regenerar las conexiones nerviosas, pero los seres humanos y los primates no.
Desde hace años se investiga sobre la causa, y ahora parece haberse encontrado
un posible responsable: p45, una pequeña molécula que parece ser capaz de ‘convencer’
a los nervios dañados para que vuelvan a crecer y que se conecten de manera
efectiva los circuitos.
La
investigación del Instituto Salk (EE.UU.) sugiere que dicha pequeña molécula
podría conducir al desarrollo de terapias para los miles de personas que viven
con graves lesiones en la médula espinal y sufren parálisis. «Esta investigación
sugiere que podríamos imitar los procesos de reparación neuronales que se
producen de forma natural en los animales inferiores, algo realmente muy
fascinante», señala el autor principal del estudio, el profesor Salk Kuo-Fen
Lee, que acaba de publicarse en «PLoS Biology».
Este
hallazgo es el fruto de un proceso investigador que viene de años. En un
estudio publicado el pasado verano en «PLoS ONE», Lee y sus colegas encontraron
que la proteína p45 promueve la regeneración del nervio al prevenir la inhibición
de nuevo crecimiento de la vaina del axón (conocida como mielina). Sin embargo,
los seres humanos, los primates y algunos otros vertebrados más avanzados
carecemos de p45. En lugar de ello, los investigadores descubrieron una proteína
diferente, p75, que se une a la mielina del axón cuando se ha producido el daño
en el nervio en estos animales. En lugar de promover la regeneración del
nervio, p75 detiene el crecimiento en los nervios dañados.
En
realidad, dice Lee, «no sabemos por qué no se produce en los seres humanos esta
regeneración de los nervios. Podemos especular que el cerebro tiene tantas
conexiones neuronales que dicha regeneración no es absolutamente necesaria,
pero...».
En
el nuevo estudio, los científicos observaron cómo dos proteínas p75 se unen
entre sí y forman un pareja que se adhiere en los inhibidores liberados de la
mielina dañada. Y mediante el estudio de las configuraciones de las proteínas
gracias a la tecnología de resonancia magnética nuclear (RMN), encontraron que
la proteína p45 promotora del crecimiento podría de hecho interrumpir la
formación de parejas de p75. «Por razones que desconocemos, cuando p45 aparece,
se rompe la pareja en pedazos», explica Lee.
Además,
los investigadores comprobaron que la proteína p45 era capaz de unirse a la
región específica de la proteína p75 que es crítica para la formación de la
pareja de p75, disminuyendo así la cantidad de pares de p75 que se unen a
inhibidores de la liberación de la mielina. Con menos parejas de p75
disponibles para unirse al inhibidor de señales, los axones fueron capaces de
volver a crecer.
¿Posible
terapia?
Los
resultados sugieren que un agente, ya sea p45 u otra molécula modificadora que
pueda romper efectivamente las parejas de p75 podría ofrecer una posible
terapia para daño de la médula espinal.
Los
investigadores especulan que una de las vías para desarrollar una terapia podría
ser la introducción de más proteína p45 en las neuronas lesionadas, pero una táctica
más inteligente sería la introducción de una molécula pequeña que bloqueara la
unión entre las dos proteínas p75. «Dicho agente posiblemente podría atravesar
a través de la barrera hematoencefálica y alcanzar la zona dónde se han
producido las lesiones de la médula espinal», dice.
El
siguiente paso será ver si la introducción de p45 ayuda a regenerar los nervios
humanos dañados. «Eso es lo que esperamos hacer en el futuro», añade Lee.
Ref:
Haz click aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario