El
consumo regular de marihuana puede tener un efecto negativo significativo en
los cerebros de los adolescentes y adultos jóvenes, incluyendo deterioro
cognitivo, de memoria y mala atención y menor cociente intelectual, según han
expuesto psicólogos en un debate sobre las implicaciones para la salud pública
de la legalización de la marihuana celebrado en la 122 Convención Anual de la
Asociación Psicológica Americana, que se celebra del 7 al 10 de agosto en
Washington, Estados Unidos.
"Es
necesario hacer hincapié en que el consumo regular de cannabis, el cual
consideramos una vez a la semana, no es seguro y puede provocar adicción y daño
neurocognitivo, sobre todo en los jóvenes", resume Krista Lisdahl,
directora del Laboratorio de Imágenes del Cerebro y Neuropsicología en la Universidad
de Wisconsin-Milwaukee, en Estados Unidos.
El
consumo de marihuana es cada vez mayor, según Lisdahl, quien se refirió a un
estudio de 2012 que muestra que el 6,5 por ciento de los estudiantes de
secundaria reconoció fumar marihuana a diario, frente al 2,4 por ciento que se
registró en 1993. Además, el 31 por ciento de los adultos jóvenes (de 18 a 25
años) dijo haber consumido esta sustancia en el último mes.
Las
personas que se han convertido en adictos a la marihuana pueden perder un
promedio seis puntos de cociente intelectual (CI) en la edad adulta, según
Lisdahl, quien hizo alusión a un estudio longitudinal de 2012 en el que se
siguió a 1.037 participantes desde su nacimiento hasta los 38 años de edad.
Estudios
de imágenes cerebrales de los consumidores regulares de marihuana han mostrado
cambios significativos en su estructura cerebral, particularmente entre los
adolescentes, afirma Lisdahl. Además, se han visto anormalidades en la materia
gris del cerebro, que se asocia con la inteligencia, en 16 jóvenes de 19 años
que incrementaron su consumo de marihuana en el último año, destaca.
Estos
resultados negativos se mantuvieron incluso después de que los investigadores
controlaran los principales problemas médicos, la exposición prenatal a las
drogas, retrasos en el desarrollo y problemas de aprendizaje, añade esta
investigadora.
"Al
considerar la legalización, las autoridades deben abordar las formas de
prevenir el acceso fácil a la marihuana y proporcionar financiación adicional para
el tratamiento de consumidores adolescentes y adultos jóvenes", afirma.
También recomienda que los legisladores consideren la regulación de los niveles
de tetrahidrocannabinol o THC, el principal componente químico psicoactivo de
la marihuana, con el fin de reducir los posibles efectos neurocognitivos.
Algunas
formas legalizadas de marihuana tienen niveles más altos de THC que otras,
detalla Alan Budney, de la Universidad de Dartmouth, en Hanover, New Hampsire,
Estados Unidos. El THC es responsable de la mayoría de los efectos psicológicos
de la marihuana y algunas investigaciones han demostrado que el uso frecuente
de THC de alta potencia puede aumentar el riesgo de problemas agudos y futuros
con la depresión, la ansiedad y la psicosis.
"Estudios
recientes sugieren que esta relación entre la marihuana y la enfermedad mental
puede moderarse por la frecuencia de consumo de la marihuana y la potencia de
la sustancia", subraya Budney. "Por desgracia, gran parte de lo que
sabemos de la investigación anterior se basa en fumar marihuana con dosis mucho
más bajas de THC de las que se utilizan comúnmente en la actualidad",
añade.
Los
tratamientos actuales para la adicción a la marihuana entre los adolescentes,
como breves intervenciones escolares y asesoramiento ambulatorio, pueden ser
útiles, pero, a su juicio, se necesita más investigación para desarrollar
estrategias e intervenciones más eficaces.
Además,
la aceptación del uso de la marihuana medicinal legalizada por parte de la
gente parece tener un efecto sobre la percepción de los adolescentes sobre los
riesgos de la droga, según Bettina Friese, del Instituto Pacífico de
Investigación y Evaluación en California, Estados Unidos.
Esta
experta presentó los resultados de un estudio de 2013 con 17.482 adolescentes
de Montana, Estados Unidos, que detectó que que el uso de marihuana entre los
jóvenes fue mayor en los condados donde son muchas las personas que votan a
favor de legalizar la marihuana medicinal en 2004. Además, los adolescentes en
los lugares con más votos a favor de la legalización de la marihuana médica
perciben el consumo de esta droga como menos peligroso.
Según
Friese, los resultados de las investigaciones sugieren que una actitud más
tolerante hacia la marihuana medicinal puede tener un mayor efecto en el
consumo de marihuana entre los adolescentes que el número real de licencias de
marihuana medicinal disponibles.
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