Investigadores
del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus
siglas en inglés), del Instituto Nacional de Salud, el Instituto del Ejército
Walter Reed de Investigación y el Centro de Investigación Médica de la Marina,
de Estados Unidos, están investigando una nueva vacuna contra la malaria.
Se
trata de la vacuna 'PfSPZ' que, según los resultados de un ensayo clínico en
fase inicial de investigación, publicados en la revista 'Science', puede ser
más eficaz y segura contra la infección por malaria en personas sanas. Para
ello, se compone de esporozoitos vivos, aunque debilitados, de la especie
'Plasmodium falciparum', el más mortal de los parásitos que causan esta enfermedad.
"La
carga global de la malaria es extraordinaria e inaceptable. Los científicos y
los profesionales de la salud han hecho importantes avances en la
caracterización, tratamiento y prevención de la enfermedad. Sin embargo, la
vacuna sigue siendo un objetivo difícil de conseguir aunque nosotros estamos
esperanzados con este importante paso hacia delante", ha comentado el
director del NIAID, Anthony S. Fauci.
En
concreto, el ensayo en fase I ha tenido lugar en el Centro Clínico de los NIH
en Bethesda y ha contado con la participación de 57 voluntarios sanos de 18 a
45 años que nunca habían padecido malaria. De ellos, 40 participantes han
recibido la vacuna y 17 no. Asimismo, con el objetivo de evaluar la seguridad
de la vacuna, las personas que fueron vacunadas fueron divididas en grupos a
los que se les suministró diferentes dosis de forma creciente.
Posteriormente,
los participantes fueron monotorizados durante siete días y ninguno tuvo ningún
tipo de efectos adversos asociados a la vacuna y, además, no se observaron
infecciones de malaria relacionadas con 'PfSPZ'. En este sentido, los
investigadores encontraron que aquellos que recibieron las dosis más altas generaron
anticuerpos contra la malaria así como más "celdas", un tipo de
sistema inmune celular específico de la vacuna T.
Del
mismo modo, para evaluar si esta vacuna consigue prevenir la infección, todas
las personas que participaron en el estudio fueron expuestas a las picaduras de
los mosquitos portadores de la cepa a partir de la cual se desarrolló la
vacuna.
Así,
comprobaron que aquellos que recibieron la dosis más alta de la vacuna
estuvieron protegidos contra la infección y, sólo 3 de 15 fueron infectados, en
comparación con los 16 de 17 participantes del grupo de dosis más baja que
fueron infectados. Respecto a las 12 personas que no recibieron ninguna dosis
de la vacuna, 11 de ellas contrajeron la malaria después de exponerse a los
mosquitos.
"En
este estudio hemos demostrado que los esporozoitos se pueden desarrollar en una
vacuna contra la malaria que le confiere un alto nivel de protección y se basa
en las buenas prácticas de fabricación que se necesitan para ser
aprobada", ha asegurado el jefe de sección de Inmunología Celular del
Centro de Investigación de Vacunas del NIAID e investigador principal del
ensayo, Robert A. Seder.
Ahora
bien, el único "desafío" que presenta esta vacuna es que se
administra por vía intravenosa. No obstante, estudios previos a dosis más bajas
han demostrado que las rutas más comunes para administrarla es la intradérmica
--en la piel-- y la subcutánea --debajo de la piel-- no han dado una respuesta
inmune tan fuerte como la vía intravenosa.
"A
pesar de este desafío, los resultados del ensayo son un primer paso prometedor
en la generación de protección de alto nivel contra la malaria, y permiten
futuros estudios para optimizar la dosis, el horario y la ruta de entrega de la
vacuna", ha señalado Seder.
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