Las
noticias e imágenes que llegan de Siria parecen indicar que se han utilizado
armas químicas contra la población, al menos eso es lo que ha denunciado la
oposición al régimen de Bashar Asad y lo que algunos expertos señalan tras ver
vídeos de las víctimas. Aunque todavía hay muchos interrogantes sobre el tema,
como quién ha sido el ideólogo del empleo de esta medida (no está claro si
procede del Gobierno sirio o de la oposición) o el tipo de sustancia empleada,
lo que sí parece incuestionable es la gravedad de lo ocurrido: centenares de
muertes que, según las fuentes, superan el millar.
Por
los datos publicados y las imágenes recogidas por las cámaras que han grabado a
las víctimas en los hospitales, parece que podrían haberse utilizado agentes
nerviosos, una de las más letales sustancias químicas reconocidas por los
expertos. Su mecanismo de acción consiste en bloquear una enzima necesaria para
el funcionamiento del sistema nervioso. Si esta enzima, llamada
acetilcolinesterasa, está bloqueada el sistema nervioso entiende que tiene que
hiperestimular al tejido muscular y se produce una contracción muscular
permanente, tanto en los músculos que controlan la respiración como en los
cardiacos, lo que genera dificultad para respirar, sudoración, salivación
excesiva, convulsiones y pérdida de visión. Finalmente, la persona suele morir
por asfixia o paro cardiaco. Los efectos sólo tardan minutos en producirse si
la sustancia se inhala, aunque si sólo se ha estado en contacto con la piel
pueden tardar de dos a 18 horas en aparecer los problemas mencionados.
Entre
las varias sustancias consideradas agentes nerviosos, una de ellas es el gas
sarín, que fue utilizado en la guerra de Irán-Irak, en 1988 en la localidad de
Halabja, donde miles de personas murieron por esta causa. "Algunos de los
síntomas como boca y ojos abiertos y mirada fija [de las víctimas sirias], son
muy similares a que los que se vieron en Halabja", explica a la BBC
Bretton-Grond, un ex comandante de las Fuerzas británicas contra el terrorismo
químico y biológico.
Sin
embargo, algunos datos todavía son contradictorios. En primer lugar, para que
sea efectivo -y producir miles de muertes- el gas sarín debe rociarse en forma
de aerosol, a una distancia cercana. Por otro lado, los vídeos muestran que las
personas que atendieron a las víctimas no muestran ningún problema, algo
extraordinario ya que el gas sarín se queda impregnado en la ropa y puede ser tóxico
para aquellos que entren en contacto con la sustancia.
Diferentes
tiempos de actuación
Por
otro lado, el gobierno sirio, podría tener otro tipo de armas químicas, como
los agentes pulmonares o el cloro, que generan un daño generalizado del sistema
respiratorio provocando la asfixia. Sus síntomas tardan un poco más en
aparecer, entre dos y cuatro horas, y la muerte se produce en unas 24 horas.
Siria es uno de los seis países que junto con Sudán del Sur, Angola, Somalia,
Corea del Norte y Egipto, no firmaron la Convención de 1993 en la que se prohibía
el uso de armas químicas, pero también su producción y almacenamiento.
Con
los agentes asfixiantes o pulmonares, "no puedes respirar", afirma
Amesh Adlja del Centro de Seguridad de la Salud en la Universidad de Pittsburgh
en declaraciones al diario Washington Post. "Es el fin tras una alta dosis
de cloro".
"La
estructura química de los compuestos presentes en estas armas es muy sencilla y
muestra con claridad que cualquier laboratorio, en cualquier país, nuclear o
no, puede producirlos", afirma Natalia López Moratalla, catedrática de
Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Navarra.
Existen
otros agentes que tienen efectos fatales si se utilizan contra el ser humano.
En la Primera Guerra Mundial se dieron a conocer las sustancias vesicantes,
dentro de las más conocidas está el gas mostaza. Su acción va dirigida a la
piel y a las mucosas y a los ojos, ya que produce grandes quemaduras que dan
lugar a ampollas y conjuntivitis. Estas sustancias pueden ser propagadas en
formato líquido o gaseoso no tardando más de cuatro horas en aparecer sus
efectos sobre los ojos y pulmones, aunque el daño sobre la piel puede
retrasarse hasta 48 horas. También tiene efectos tardíos sobre la población y décadas
después pueden surgir dificultad en la visión, cáncer y otros problemas.
Para
Bretton-Grond, el escaso tiempo en que se ha producido la muerte de centenares
de sirios apunta más "al empleo de un agente nervioso" que al uso de
gas mostaza. Además, en las imágenes de las víctimas tampoco se han visto
signos de quemaduras en la piel.
"En
la mayoría de las ocasiones lo que se busca es paralizar la musculatura o
impedir la respiración, como por ejemplo, los 'benzilatos', que son sólidos dispensados
en forma de aerosol para ser inhalados y que son incapacitantes", señala López
Moratalla. "Sus efectos incluyen pérdida de la visión y alteraciones
mentales como pérdida de la memoria, desorientación y confusión que dura varios
días", señala esta experta.
Poca
información
Pero
todavía faltan datos que aclaren qué ha ocurrido en los últimos días en Siria
porque otro hecho que desconcierta a los expertos es cómo ninguna de las
personas que ha estado ayudando a las víctimas sin ninguna protección, ni ropa
ni mascarilla, ha tenido ninguna reacción. Tampoco se han visto que médicos u
otros sanitarios estén aplicando algún tipo de antídoto, y además tampoco estos
profesionales están desarrollando síntomas.
Por
su parte, el profesor Alexander Kekule, del Instituto de Microbiología Médica
de la Universidad Halle en Alemania, señala que los síntomas observados en los
vídeos no son los típicos que se dan tras el empleo de armas químicas, ya que
en los rostros de las víctimas no se ve sufrimiento o irritación de ojos.
"Algunos, quizás todos los pacientes, son rápidamente descontaminados con
agua o agua y detergentes. El agua es esparcida por el pecho, pero (al menos no
se ve en el vídeo) no sobre la cara y los ojos", explica a la BBC.
De
momento, son pocas las conclusiones que pueden extraerse de las imágenes y la
información que llega desde Siria, el Consejo de Seguridad de la ONU ha pedido
"una investigación minuciosa, imparcial y pronta" de las acusaciones
que ha hecho la oposición al Gobierno sirio de haber empleado armas químicas que
dicen haber matado a unas 1.300 personas. Esa será la principal misión de un
equipo de la ONU que hace unos días aterrizó en el país para investigar
precisamente el uso de armas químicas después de haberse realizado tres
denuncias sobre este tema contra el régimen de Bashar Asad, aunque este ha
acusado a la oposición como responsable de varios incidentes ocurridos entre
abril y marzo.
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