El
20 por ciento de los adolescentes tienen un zumbido permanente en los oídos por
escuchar música alta, y sólo un 5 por ciento toma medidas preventivas, según ha
mostrado un estudio realizado por la audióloga clínica del Hospital
Universitario de Amberes (Bélgica), Annick Gilles.
Se
trata de un síntoma, causado por la exposición al ruido fuerte, que está
claramente relacionado con daños en los oídos. De hecho, según ha comentado la
experta, las personas que lo sufren son capaces de escuchar los mismos
volúmenes de sonido, antes de producirse un daño, aunque tienen problemas a la
hora de identificar los sonidos del habla al resto de ruidos.
Para
realizar la investigación, publicada en la revista 'PLoS ONE', Guilles y sus
compañeros entrevistaron a 4.000 estudiantes de secundarios a los cuales les
pidieron que realizaran un cuestionario sobre el zumbido temporal y permanente
que sufrían, así como sobre lo que sentían cuando escuchaban ruidos fuertes y
las medidas que empleaban para proteger sus oídos.
De
esta forma, los expertos comprobaron que tres de cada cuatro niños tenían
zumbidos temporales y uno de cada cinco permanentes. En este sentido, sólo el 5
por ciento reconoció que había usado algún tipo de protección para los oídos
contra el ruido fuerte como, por ejemplo, tapones.
"El
zumbido por sí solo puede ser muy molesto y tener efectos dramáticos en las
personas. Además, muchos de los adolescentes que han participado en este
estudio pobrablemente también han tenido una pérdida auditiva asociada, lo que
realmente agrava el problema de la audición", ha comentado el experto de
la Universidad Johns Hopkins Medicine en Baltimore (Estados Unidos), Josef
Shargorodsky.
En
este sentido, el audiólogo pediátrico de la Escuela de Medicina de Harvard en
Boston, Brian Fligor, ha señalado que este problema auditivo suele perjudicar
el sueño, la concentración y la capacidad para relajarse.
Así,
los especialistas han señalado la posibilidad de que los zumbidos sean una
señal de advertencia sobre una futura pérdida de audición. Y es que, tal y como
ha asegurado Gilles, actualmente no hay tratamiento para este problema, por lo
que ha abogado por concienciar a la sociedad sobre la importancia de tomar
medidas de prevención en el caso en el que se acuda a conciertos, festivales o
espacios donde la música está alta.
"Los
padres deben controlar que sus hijos escuchan música a un volumen razonable y
que protegen sus oídos en ambientes ruidosos, dado que todavía no hay cura para
la pérdida de audición", ha zanjado Shargorodsky.
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