viernes, 23 de agosto de 2013

Evitar la ingesta calórica durante el tratamiento contra el cáncer podría mejorar su respuesta



La restricción de la ingesta calórica durante el tratamiento contra el cáncer podría mejorar la respuesta al mismo, tal y como evidencia una investigación llevada a cabo por el Instituto Francés de Salud e Investigación Médica de Niza. Este trabajo, que ha sido publicado en la edición digital de 'Blood', la revista de la Sociedad Americana de Hematología (ASH, por sus siglas en inglés), expone que reducir el número de calorías de la dieta del paciente oncológico durante un periodo definido podría mejorar el éxito del tratamiento.

La explicación a ella la encuentran los expertos en que la ingesta calórica "puede desempeñar un papel importante en la muerte de células cancerígenas", así como mejorar la eficacia de terapias contra tumores específicos. Así, cuando se consumen menos calorías, se reduce la cantidad de nutrientes disponibles para las células del cuerpo, "lo que frena el proceso metabólico y limita la función de algunas proteínas", indican. En concreto, plantean que esta situación "podría ayudar a inhibir la sobreexpresión de la proteína Mcl-1".

A juicio del autor principal del estudio y miembro de este centro de investigación galo, el doctor Jean-Ehrland Ricci, es posible mejorar la eficacia de los tratamientos, así como la supervivencia de los pacientes de determinados tipos de cáncer, "mediante la comprensión de la relación entre el metabolismo y los supresores de cáncer".

Investigación sobre ratones

Para llegar a esta conclusión, el experto y su equipo de investigadores han realizado seguimiento a ratones con linfoma de Burkitt y linfoma difuso de células B, los cuales fueron separados en dos grupos. Al primero se le administro una dieta con un 75 por ciento menos de calorías de lo normal, mientras que el otro recibió una alimentación regular.

Tras ello se volvió a estratificar a estos animales, pero esta vez en cuatro grupos, estando dos de ellos bajo dieta normal y otros dos con alimentación baja en calorías. De los dos primeros, uno recibió terapia experimental con ABT-737, fármaco diseñado para inducir la muerte de células cancerosas, mientras que el otro no. Por su parte, en los dos alimentados con restricción calórica también se administro el tratamiento a uno sí y a otro no. Así, han observado que el grupo con restricción calórica y bajo tratamiento "aumentó la supervivencia respecto a los otros tres grupos". En concreto, la media de supervivencia en este grupo fue de 41 días, mientras que ésta descendió hasta los 33 en los que recibieron tratamiento y dieta regular. Por su parte, los que no recibieron tratamiento descendieron ambos hasta los 30 días.

Además, los expertos exponen que la combinación de la terapia y la dieta baja en calorías "redujo el número de células de linfoma que circulaba en los ratones". Esto sugiere "una sensibilización de las células del linfoma al tratamiento", concluyen.

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